A pesar de que me mosquea un poco el peloteo constante con Snyder de algún sector de la crítica y fans desde que hizo 300 o Watchmen, daré mi punto de vista. El punto de vista de alguien que no es un hardcore fan de los comics, que ni siquiera vio la versión de 2017, y al que 300 y watchmen le parecen dos buenas pelis, pero ya, no obras maestras. Por lo tanto solo la valoro como conjunto y película separada de sus precedentes.

Lo primero que destaca es su formato reducido (opción curiosa para este tipo de cine y funciona). Es cierto que no es una peli perfecta porque tiene sus problemas, pero no se le puede negar su obsesión por la visión estética del autor, por la puesta en escena recargada y la épica, que no convencerá a algunos, pero que en mi opinión funciona muy bien en el cine de superhéroes, así debería ser, que se sienta el poder que tienen, cada personaje tiene su cuota de épica desatada.

Visualmente es un festín muy poderoso, filmada de manera diferente al resto de cine de superhéroes. Por extraño que parezca sus momentos solemnes también funcionan, los momentos íntimos de los personajes. El ritmo va como va, yo no me aburro, pasa relativamente rápido para durar casi cuatro horas. Narrativamente no creo que sobre mucho para la experiencia general, eso tiene mérito en una peli tan extensa, supongo que la versión que salió al cine fue un lío curioso e incompleto/inconexo en cuanto a historia. Creo que algunos momentos redundantes de cámara lenta sobran, cuando lo repites tanto pierde su gracia, también algunos toques de humor funcionan, otros no. Luego hacía el final hay una lucha, que aun estando muy bien, la esperaba más épica o complicada. Son los pocos peros que veo a una gran experiencia, habría molado verla en el cine en pantalla grande con toda su épica.

Sorprendentemente esperaba menos, y aunque llegó con algo de hype de fans, merece la pena mucho, y pienso que se mete directa en la liga de primer nivel del cine de superhéroes donde residen solo dos o tres películas, y esta Snyder's cut lo veo, por como está construida la peli, como la respuesta a Vengadores Infinity War y Endgame, yo creo que consigue superar Endgame pero no a Infinity War, que para mí tiene ese equilibrio perfecto de ritmo, épica y villano genial. Son dos estilos distintos, ambos totalmente disfrutables, tampoco se queda lejos. Bien Snyder, capullo, posiblemente hayas construido tu mejor película.

Ahora que la he terminado, tras tantas horas, ocho temporadas, nada menos... Unas palabras para una de las mejores series de la última década.

Las agencias de inteligencia. Esas instituciones tan herméticas, de las que tenemos una visión bastante arbitraría gracias a hollywood. Pero sin duda, hasta que no llega Homeland jamás se había mirado de forma tan humana y profunda al trabajo y dilemas morales que conlleva ser miembro de estas agencias. Gran guion.

Para hacerlo más interesante, todo se cuenta desde el punto de vista de una gran agente, con una enfermedad mental que necesita tratamientos. Carrie es la fuerza principal de la serie. Un personaje maravilloso que nunca olvidaré, por todo, Claire Danes hace un trabajo fantástico. Sin olvidar por supuesto a Saul, el otro personaje principal y F. Murray Abraham, como jefazos que mueven los hilos, y juegan con el secretismo más alto.

También han habido grandes secundarios que han sostenido gran parte de algunas temporadas. Grandes personajes como Quinn, Brody, Gromov, Haqqani...

Lo que más destaco sin duda es, la constancia en la calidad de la serie a lo largo de diez años, que se dice pronto. Pocas series son capaces de mantener un nivel alto tantos años, y es uno de los fuertes. Aquí la octava temporada es tan buena como la segunda o la cuarta que son las mejores.

El mayor dilema, que se hace ver durante la serie es muy simple y universal. ¿Es más importante la seguridad nacional, el orgullo nacional, o la humanidad?

La serie toca muchos grises. No todo es subjetivo, hay malas y terribles decisiones, hay cagadas, hay momentos de arrepentimiento, de derrota y de victoria. Pero siempre hay un punto de vista que no te obliga a decir, estos son los buenos, y estos los malos, eso se agradece viniendo de Estados Unidos. Simplemente es así a nivel global el mundo donde vivimos hoy en día. Política, orgullo, nación, conspiración, crueldad.

Echaré de menos esta serie a la que estaba enganchado. Ojalá piensen en hacer alguna película en un futuro cercano.

Andrei Rublev es la mejor película de la historia del cine. Es complicado cuando hablamos de la mejor, porque es algo categórico y cómo lo justificamos, qué baremos utilizamos. ¿Es la belleza? ¿La innovación? ¿Es lo que hay detrás y la importancia de lo que cristaliza? ¿Qué es lo que nos hace decantarnos por la mejor de las mejores?

Los fragmentos, ya sean de pinturas o de la vida. Estos tienen un interés especial para Tarkovsky, ya que la escena final da el sentido al esquema narrativo de la película.

Andrei Rublev combina épica y lirismo intimista, es capaz de enlazar escenas brutalmente crueles, con otras espirituales, delicadas y de inocencia.

Como dato curioso: Tarkovsky decía que solía ver "Los Siete Samuráis" de Kurosawa antes de filmar cada una de sus películas. En Andrei Rublev es donde más se ve la influencia de un ya consolidado Kurosawa, habiendo hecho su obra maestra. Las batalles en escenas de enorme complejidad técnica, la densidad y detallismo narrativo... A lo que Kurosawa más adelante respondió que él siempre veía Andrei Rublev, ya que era su favorita del director ruso.

Las explosiones poéticas que luego serían liberadas en "El Espejo", aquí ya se ven en bastantes ocasiones. Andrei Rublev lo tiene todo. Drama, comedia, tragedia, terror, misterio, belleza...

No creo que nadie ha llegado a cotas de maestría tan altas en su segunda película. A Tarkovsky le fluía el cine por las venas. Es difícil de creer.

Durante más de dos años, Tarkovski y su coguionista, Andrei Mikhalkov-Konchalovski, se dedicaron a escribir el vasto guion de la película, empapándose en documentos medievales, tanto literarios como gráficos, y en arte y cultura medieval rusa, hasta convertirse en verdaderos expertos.

Todo eso se traduce de manera cristalina en la película. Veracidad, realismo, técnica...

Así definió Wang Bing la película. Hu Bo es un cuerpo extraño en la industria del cine. Es uno de esos poetas que salen cada mucho tiempo y se consumen en un par de años pero creando algo único por el camino. Por eso, la analogía del meteoro es tan certera.

An Elephant Sitting Still contiene las vísceras, la rabia contenida de un ser complejo, un ser demasiado consciente del mundo. Aquel niño que al pasar a ser adulto ve la realidad injusta del mundo y se niega a formar parte de ella, ve que no tenemos solución.

Huimos de los que juzgan, huimos del orgullo, huimos de nosotros mismos y de las decisiones que tomamos. Huimos de la culpabilidad, justificada o no, de la violencia y desesperanza, buscamos un tren que nos lleve más allá, a otro lugar, porque la esperanza es lo último que se pierde

Por eso queremos ir a Manzhouli. Ese lugar donde habita un elefante sentado y quieto, viendo la vida pasar, sin participar, porque el participar nos hace, muchas veces, cómplices de la maldad que el ser humano lleva dentro (y eso es justo lo que les pasa a nuestros protagonistas). Y por esto mismo, posiblemente, Hu dejó la vida, y por eso mismo esta película duele tanto, porque muestra la puñetera verdad, sin medias tintas.

Sin embargo, aunque la película es de las más desesperadas y depresivas que ha dado la historia del cine, el último plano es de una belleza abrumadora, conjugando humildad, lirismo y esperanza. Véanla.

Gracias Hu Bo.

Sí, considero a esta obra maestra como posiblemente la nueva cumbre del cine coreano.

Gisaengchung, Parasite o Parásitos, es la nueva sátira social, comedía negra o thriller dramático de moda. Nótese como he utilizado varios géneros, y es que la nueva joya de Bong Joon-ho elude etiquetas, o ponemos todas o no ponemos ninguna, yo prefiero decir que es una película sin género, ya que va progresando, empieza siendo una cosa y termina en otra. Ese contraste, saltando de un género a otro con tanta facilidad hace de Parásitos una obra realmente original, seguramente la que más de 2019.

Pero hay mucho más que admirar aquí. Cómo se utiliza el espacio fotográficamente y en virtud de la narración. Visualmente, el diseño de producción y demás está mimado al detalle. El casting es maravilloso. Cada actor, desde la elección de los mismos hasta la caracterización, es sublime. Tengo que destacar a Song Kang-ho, que hace un papel magistral como ese padre divertido y bonachón, pero atormentado al mismo tiempo.

El guion lo es todo, y en esta película lo más brillante, lo que te agarra por el pescuezo, es la historia: retorcida y brillantemente endiablada. Un cine social con ideas fuera de convencionalismos y políticamente incorrecto, recordando en espíritu a Buñuel. No hay héroes ni villanos, cada personaje toma decisiones y sufre sus consecuencias, mejores o peores. Ricos, pobres, todos tienen sus propios demonios, y Bong les obliga a ponerse frente a frente. Realmente hay momentos tan inesperados que eluden a la razón, son inexplicables pero a la vez poderosos. Los protagonistas comienzan en un punto y terminan en otro realmente distinto. Pero el guion no sería lo que es sin la dirección brutal y perfecta de Bong Joon-ho, todo crédito es poco.

La tripas me dicen que debería ganar el Oscar a la mejor película en general, porque lo merece (y si no que gane otros premios como dirección), ha sido un bombazo mundial, tanto artística como comercialmente para ser una película de Korea, Parásitos ha dado el pelotazo y Bong se pone en primera línea de los directores modernos. Seguramente gane 1917 como están diciendo periodistas, Joker tiene menos opciones pero es otra maravilla... Estas tres películas en el mismo año, entre otras, demuestran el cierre de década tan memorable que nos ha dejado el cine.

Con Parásitos a la cabeza, es quizá el mejor año de cine en 10 o 12 años, y eso es sin duda una grandísima noticia para la salud del cine. Gracias Bong por esta, aquí el adjetivo es innegociable, obra maestra.