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Críticas de Bloody princess
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
4
13 de noviembre de 2017
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo que la primera película de terror que vi fue por un error de mis padres y acabé en el cine viendo Child's Play, allá por año 1988 pero, a pesar de que Chucky me produjo multitud de pesadillas, salí fascinada por ese muñeco pelirrojo. Desde entonces, he tenido especial predilección por el cine de género, aunque de joven mi acceso fue muy limitado al no estar rodeada por horror lovers. La única víctima fue mi pobre madre que se veía obligada a satisfacer los sangrientos gustos cinéfilos de su hija adolescente y tuvo que tragarse cosas como: Scream (1996), I know what you did last summer (1997), The Faculty (1998) o Urban Legend (1998).

Con todo este rollo os quiero contar que el cine de terror ochentero me pillo muy pequeña y no he podido disfrutar de él, hasta una época muy tardía. En el caso de, The Thing (1982), de mi venerado John Carpenter, la vi al poco de abrir el blog y me fascinó de la misma manera que lo había hecho Chucky en mi más tierna infancia. Así que imaginaros que, después de haber visto la para mí, decente precuela de 2011, lo que supuso enterarme de que existía una secuela no oficial de la película original.

La accidentada historia de esta película no podía ser más interesante para una flipada de The Thing cómo yo. Allá por el 2011, la Universal decidió hacer una precuela/remake de la cinta de Carpenter pero con una protagonista femenina que acabaría siendo la siempre maravillosa Mary Elisabeth Winstead. Conocedores de que la principal baza de la película original, residía en los efectos especiales prácticos, decidieron contratar a Amalgamated Dinamics Inc (ADI), dirigida por Alec Gillis, expertos en la creación de monstruos en películas como Alien 3 (1992), Tremors (1990) o Alien vs Predator (2004). Pero finalmente, no sabemos debido a qué causa, Universal decidió prescindir de los efectos artesanales de ADI y sustituirlos por CGI, tal y como aparecen en la precuela oficial. Sin embargo, Gillis, lejos de conformarse con esta decisión, decidió aprovechar estos recursos y emprendió una campaña en Kickstarter que se convirtió en la financiación más cuantiosa de un proyecto de ciencia ficción y terror de la plataforma. El resultado fue Harbinger Down, escrita y dirigida por el propio Gillis y protagonizada por un icono del cine de los 80, Lance Herriksen.

Esta secuela, no oficial, cuenta la historia de un grupo de estudiantes de posgrado que se embarcan en el buque que da nombre a la película, con el propósito de estudiar los efectos del calentamiento global en el mar de Bering. La tripulación rescata del fondo marino lo que parecen ser unos restos espaciales soviéticos congelados, pero lo que verdaderamente despiertan es un organismo letal que no dudará en aniquilar a la raza humana.

El propósito de Gillis y su equipo era convertir esta película en una especie de tributo a los clásicos del cine de terror y de la ciencia ficción ochenteros, mediante la utilización exclusiva de animatronics y efectos de maquillaje. El problema es que parece que sólo se centraron en evitar todo tipo de efectos digitales y no en elaborar un guion atractivo e interesante.

Como es habitual, en las películas de serie B de este tipo, tenemos un monstruo que se vuelve muy agresivo al abandonar su entorno y estado habitual, localiza víctimas con las que alimentarse y alcanzar dimensiones gigantescas, poniendo a toda la tripulación de este barco en jaque.

Tenemos un grupo de personajes, bastante estereotipados: El profesor egocéntrico, el capitán duro y valiente, la rusa borde, el gigante de cuerpo imponente, pero más bueno que el pan, el típico sabelotodo y la estudiante inteligente que toma las riendas de la situación, pero que carece del carisma necesario para emular a heroínas como Sigourney Weaver o Linda Hamilton. En definitiva, que ninguno resulta lo suficientemente atractivo como para que nos preocupe ni lo mas mínimo su vida. Además, el orden de bajas, lejos de ser sorprendente, se puede adivinar a los 10 minutos de película.

La historia tiene momentos en los que la intensidad decae y, para ser los efectos especiales el punto fuerte de esta cinta, no me parecieron ninguna maravilla. Sigo prefiriendo los efectos especiales y el diseño del monstruo de la película de Carpenter porque, a pesar de que el diseño del bicho no me desagradó, tenía una especie de fulgor azulado que me recordaba al cutrerío de las peores películas de SyFy.

Sinceramente, no os recomendaría Harbinger Down, a no ser que os guste tanto como a mí la película del 82 o seáis unos fanáticos de los efectos artesanales. Se me hizo bastante pesada, a pesar de que este universo monstruoso me encanta y que estaba como loca por verla desde que me enteré de su existencia. Podéis matarme si queréis, pero os confieso que a mí me gusta mucho más la película del 2011 y creo que como precuela funciona perfectamente. Ahí lo dejo, jejeje.
Bloody princess
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8
9 de febrero de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevaba mucho tiempo queriendo ver esta película después de haber leído tan buenas críticas sobre ella, pero por una causa o por otra no había tenido oportunidad. La vi hace cosa de un mes, y me encantó. Por fin algo que me impactaba y me dejaba petrificada en el sillón mirando la pantalla sin parpadear.

Dos amigas, Marie y Alexa, se disponen a pasar el fin de semana en la casa de campo que tienen los padres de esta última para estudiar sin ningún tipo de interrupción. Pero esa noche un desconocido asaltará la casa matando de manera brutal a la familia y raptando a Alexa. Marie, que no ha sido descubierta por el asesino, le perseguirá sin descanso para poder salvar a su amiga.

Su director es el francés Alexandre Aja. Alta Tensión fue su segunda película y con la que empezó a cosechar su fama mundial, gracias a la gran aceptación que obtuvo en multitud de festivales. Llegó incluso a conseguir el premio al mejor director en el Festival de Sitges del año 2003. En la producción contó con la colaboración del famoso director francés Luc Besson y, según cuentan las malas lenguas, la relación no acabó muy bien. La película fue rodada en francés con subtítulos en inglés por imposición de Besson, cosa que no agradaba del todo al joven director francés que lo veía como un lastre para su distribución internacional. Además, el giro argumental al final de la película, principal punto de controversia entre los espectadores del que ya hablaremos más adelante, fue sugerido por Besson.

La cinta de Aja es brutal de principio a fin, cuenta con un opening muy impactante que no dejará indiferente a nadie. En él descubriremos cómo se las gasta el asesino, un personaje de lo más enigmático, del que desconoceremos su procedencia, y sus motivaciones para matar a la familia o para raptar a la chica. El asesinato del padre de familia en las escaleras de la casa, es absolutamente atroz. La protagonista, Cécile de France, está perfecta en su papel de Marie. Una chica dura y fuerte, que nos recuerda vagamente a la teniente Ripley de Alien, que hará todo lo posible por salvar a su amiga del horror.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bloody princess
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7
17 de junio de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay muy pocas películas de terror que me asusten realmente y no es porque sea una persona insensible, más bien soy todo lo contrario. El problema radica en que en este tipo de películas donde todo sucede tan rápido y los personajes están definidos a grandes rasgos, no me da tiempo empatizar con nadie. Beneath produjo en mí una sensación de claustrofobia y desasosiego, que lo único que quería era salir del cine y respirar aire puro. Fue algo que su director, Ben Ketai, consiguió no sólo con las interpretaciones de sus personajes, en las que todos están más que correctos, sino con esa atmósfera agobiante y asfixiante que envuelve tanto a los protagonistas como a los espectadores. Podríamos decir que esta película es la hermana pequeña de The Descent, que a pesar de contar con menos presupuesto que ésta, no la hace menos efectiva.

El argumento de la película, basado en hechos reales, cuenta la historia del último día de trabajo, previo a la jubilación, de George, un curtido minero. En este día tan especial, le acompañarán su equipo de compañeros/amigos y su hija, que quiere conocer de primera mano la profesión a la que su padre a dedicado toda su vida. Y como era de suponer, las cosas saldrán mal. Como consecuencia de una negligencia, impensable en un grupo de mineros experimentados, se produce un derrumbamiento, que les sepultará a 600 metros bajo tierra. Será a partir de aquí, como consecuencia del aire cada vez más tóxico y las nulas posibilidades de escapar por sí mismos, cuando los personajes se verán sumergidos en una vorágine de locura y desesperación, que les llevará a comportarse de las maneras más salvajes inimaginables. Si a esto le sumamos, que lo peor no va a ser estar sepultados bajo tierra, ni tener el tiempo en contra, debido a que la cantidad de monóxido de carbono va en aumento. Lo peor y más terrorífico les está esperando en lo profundo de la montaña.

Beneath es una película , en la que apenas hay escenas en las que salga sangre, pero consigue su efectividad debido a esa atmosfera agobiante y claustrofóbica, en la que los protagonistas están sumidos en la más absoluta oscuridad, muchas veces rota por la triste bombilla que llevan sobre sus cascos. Hay escenas que producen verdadera angustia, como en la que un pequeño grupo tiene que atravesar una estrechísima grieta por la que apenas caben y la chica se queda atascada. O en las múltiples huidas, prácticamente a oscuras, en las que corren por túneles sin control y de los que no sabes si van a ser capaces de salir.

Una película que sin duda, me sorprendió, y que recomiendo a todo aquel que le guste pasar un “mal” rato frente a la pantalla. Y os aconsejaría que si vais a verla en casa, abráis las ventanas, porque el aire será algo muy valioso, que empezareis a valorar tras ver esta película.
Bloody princess
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7
13 de noviembre de 2017
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se si es casualidad, pero ya resulta sospechoso y un tanto repetitivo, que ésta sea la tercera película de este otoño (The Babysitter, Happy Death Day), protagonizada por mujeres atípicas como Scream Queens o Final Girls.

La historia arranca con Sadie y McKayla, dos adolescentes tan obsesionadas con la redes sociales y conseguir seguidores, que han decidido secuestrar a un conocido asesino en serie para que las instruya en el arte de matar y así conquistar la red. Pero, como no podía de otra manera, el plan se tuerce y nuestras protagonistas tendrán que modificar su plan, pero no por ello escatimar en sangre y víctimas.

La comedía de terror ideada por Tyler MacIntyre, pretende darle una nueva vuelta de turca al slasher, tranformando a las víctimas habituales de este tipo de películas, en las asesinas encargadas de emprender la matanza adolescente. Es interensante y al mismo tiempo aterrador, ver cómo estas dos jovenes matan con el único afan de conseguir seguidores para su blog "Tragedy Girls", en el que se dedican a informar sobre los asesinatos que tienen lugar en el pueblo, pero claro, con información más que privilegiada. La película esta plaga de hastags, likes y de referencias a las redes sociales por las que navegan los jovenes de hoy en día y, lejos de ser molesto, complementa bastante bien la estética desenfadada y cómica de la cinta.

Además de un guión interesante, el exito de Tragedy Girls se sustenta en la química de sus dos protagoniastas, interpretadas por las prácticamente desconocidas, Brianna Hildebrand y Alexandra Shipp. Representan a la perfeccion la delicadeza de unas adolescentes bien vistas y valoradas por sus familiares y amigos y ese punto de locura asesina que a veces sale a la luz. También son muy interentes los cameos de Josh Hutcherson, cuyo papel es deternillante y el de Kevin Durand, que aquí interpreta a un asesino con algún que otro problema de dicción.

En una sociedad como en la que vivimos, tan preocupada por la popularidad a cualquier costa, no es muy descabellado pensar que algo así pudiese llegar a producirse, pero lejos de ser alarmante, Tragedy Girls, se centra en el humor y en la diversión. Alguno de los asesinatos, en los que se derrocha sangre a raudales, me recordó en cierto modo, a la escena de la trituradora de madera de Tucker and Dale vs Evil (2010), interesante, ¿verdad?. Pues toda la película esta plaga de momentos cómicos y situaciones absurdas de lo más divertidas y, aunque no es una película perfecta, es una propuesta refrescante, dónde el binomio entre el humor y la comedia funciona a la perfección.
Bloody princess
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8
13 de noviembre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
See no Evil (1971), conocida en España como Terror ciego, es un thriller psicológico británico, de ese casi establecido subgénero de mujeres con algún tipo de discapacidad que son acosadas en su casa por un perturbado/psicópata. Protagonizada por la delicada Mia Farrow, tras la estela del éxito de Rosemary’s Baby (1968), nos pone en la piel de Sarah, una joven que se ha quedado ciega, tras sufrir un accidente de equitación. De vuelta a la casa de campo en la que vive con sus tíos, la joven comienza a acostumbrase, poco a poco, a su nueva situación. En una de las salidas con su antiguo novio, un psicópata entra en la casa, masacrando a toda la familia. A su regreso, Sarah se va a la cama sin percatarse de que el lugar está plagado de cadáveres.

La cinta fue dirigida por el prolífico Richard Fleischer, con un guion de Brian Clemens. Fleischer, que tocó casi todos los géneros durante su extensa carrera, es especialmente conocido por títulos como 20.000 leguas de viaje submarino (1954), Tora! Tora! Tora! (1970) o Conan, el destructor (1984). Sin embargo, títulos que nos interesen por temática, tenemos un par de películas basadas en hechos reales: The Boston Strangler (1968), en la que Tony Curtis interpreta al estrangulador Robert de Salvo y 10 Rillington Place (1971), basada en uno de los casos más escabrosos de la crónica negra británica. Por su parte, el guionista, Brian Clemens, ya nos había echo estrmecernos un año antes, con el thriller And soon the darkness (1970).

Este subgénero del que ya tenemos otro clásico protagonizado por la siempre maravillosa Audrey Hepburn, Wait until darl (1967), ha gozado de buen salud en los últimos años con títulos como: Shut in (2015), Hush (2016) o Don´t breathe (2016)… Este tipo de películas me suelen funcionar bastante bien porque, a uno de mis géneros favoritos como es el Home Invasion, se le suma que la víctima no tiene todas sus capacidades disponibles para defenderse de los asaltantes. Al final todo este juego del gato y el ratón se acaba convirtiendo en una fuente de superación para la víctima, que termina sacando partido de sus habilidades más desarrolladas, para escapar del asesino.

Una de las cosas que más me gustó de I see no evil es que refleja a la perfección, las limitaciones que tiene una persona ciega para escapar de un asesino. En el caso de Sarah, vemos como su casa puede estar plagada de cadáveres y ella no darse cuenta hasta que se choca con algún elemento que está fuera de lugar o pisa algún cristal fruto del forcejeo. Pero lo peor de todo, no esto, sino que cuando una persona intenta escapar de un asesino, echa a correr sin volver la vista atrás y una persona ciega haría lo mismo, pero luego se encontraría perdida y con dificultades para regresar a la civilización. En ese sentido, la película transmite muy bien la angustia e impotencia de la protagonista al encontrarse perdida en medio del campo, si saber cómo encontrar el camino a casa.

La acción se sitúa en una casa de campo, en un pueblo parecido al de Raw Dogs (1971), pero en Inglaterra. Gente humilde que vive del campo y de pequeños trabajillos de dudosa legalidad. En este contexto, se encuentra la rica y delicada Mia Farrow que aquí no nos ofrece la mejor de sus actuaciones. En ocasiones, se la ve demasiado hábil manejando su ceguera recientemente adquirida y mirando directamente a los ojos de sus interlocutores. Por lo demás, refleja a la perfección la fortaleza de su personaje que quiere hacer todo lo posible por adaptarse a su nueva situación y salir adelante, pero al mismo tiempo, transmite esa vulnerabilidad y delicadeza que la caracteriza.

También cabría destacar la gran labor del director que emprende un juego con el espectador, mostrándonos las escenas poco a poco, al mismo tiempo que las va descubriendo el personaje de Mia. El asesino permanece en todo momento en las sombras y sólo le reconocemos por las botas de cowboy que actúan como su particular distintivo. Todo esto produce una tensión y una empatía hacia la joven que te mantiene enganchado durante todo el metraje.

En definitiva, See no evil es una película correcta, muy bien dirigida. Para mí es una de las mejores que trasmite las limitaciones que tiene el personaje y como algo muy sencillo para los demás, para una persona invidente puede convertirse en toda una odisea. Es una película bastante recomendable, sobre todo para aquellos que, como a mí, les encanten los Home Invasions, sean del tipo que sean.
Bloody princess
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