Me podría quedar en decir que es mi película de romanos preferida. Pero con esto me quedo muy corto. Quizás el mejor piropo que se le puede dar es que es de esas películas que resisten sin pestañear el visionado anual de semana santa. Algo que esta a la altura de muy pocas películas.
Espartaco fue el encuentro de varios genios del celuloide, que hicieron una película que desborda: crueldad, sentido del humor, romanticismo, tragedia, belleza...
El grandioso Hollywood clásico se mezclo además con la innovación y el descaro de los nuevos talentos como Kubrick o Trumbo. Produciendo una combinación soberbia, unos toques de sal y pimienta necesarios.
Llegas a sentir realmente lo que significo el gran imperio romano en las palabras y en la presencia del majestuoso Olivier...
Obra maestra.

Una más entre las grandes películas de Buñuel. Perturbadora y lasciva en cada uno de sus fotogramas, como Viridiana, y eso ya es un gran piropo. Entre el desconcierto que te provoca acabas por entender que no has echo más que sumergirte en la mente "insana" de su autor y después que se parece más a la realidad de lo que pensabas. Maravillosos los actores.

Contundente producción de Netflix que la pone a la altura de las grandes series de sus competidoras.
Envidiable combinación de ficción y documental. Los creadores de la serie aprovechan el caramelo de una historia real ,de esas que superan ampliamente a la ficción, y un personaje irrepetible para sacar matricula de honor en una narración vibrante que te entusiasma en todo momento. Tal cual como la blanca sustancia protagonista te hace que necesites redosificar inmediatamente que se te acaba el capitulo.
De echo, superan en calidad al resto de series del momento. En narcos no hay capítulos de relleno, cada capitulo tiene el mismo peso, con puntos álgidos de gran brillantez. Por supuesto las generosas dosis de sexo y violencia brutal adornan el pastel en todo momento, como buena serie de nuestros días. Pero Narcos es una magnifica película con principio y fin, contada con virtuosismo.

Despropósito de precuela que es como si los mismos que hicieron el gran éxito de 1991 se hubiesen empeñado en hacer lo mismo otra vez pero mal hecho de narices. Aun así, no lo hubiesen echo tan mal.
Es sosa y aburrida hasta no poder más, lo que para este tipo de cine es lo peor que le puedes decir.
Lo que más me sorprende es la gran habilidad que tiene para hacer que todo el mundo este mal. Desde Hopkins, que parece preguntarse todo el tiempo "¿Pero esto no lo habíamos echo ya?". Hasta los magníficos Fiennes o Hoffman, este esta hasta ridículo en la película. Tiene merito ya que el reparto es que es de lujo.
Resumiendo que es una de esas películas con las que apetece ensañarse sin piedad, como es el caso. Paro ya...

Desolador acercamiento al abandono, y a la vergüenza, al profundo dolor que este produce. Pero sin intentar dar explicaciones. No hacen falta; te das cuenta de que no estas tan lejos de ese mendigo interpretado por el genial Celso Bugallo.
Una película que ofrece mucho más de lo que podrías esperar de ella.