¿Petardo de película? No, más exactamente un petardazo.

Chica extra y encima adiestrada en todo tipo de peleas cuerpo a cuerpo, pero que no sabe recibir un beso de un muchacho porque de una vez reacciona tratándole de romper el cuello (o quizás es que el tipo era español y encima le gustaba esa clase de música y jaleo típico de la gitanerías por las cuales los extranjeros clasifican a todos los españoles).

No entiendo como un buen director como Joe Wright (Orgullo y prejuicio, GB 2005) ha podido caer tan bajo dirigiendo un petardazo de filme como "Hanna", que por cierto no le llega ni a la uña del dedo meñique de cualquier pie a la menos considerada o relegada de las obras de Hanna Barbera,

No pierdan el tiempo, pasen de ver esta película y no tirarán una hora y media de su valioso tiempo en algo tan mediocre.

La película desde el primer cuarto de hora ya te ha declarado sin decirlo expresamente que va sobre un hombre harto de la vida que pretende suicidarse y de otro que se cruza en su camino (un taxista inmigrante en USA) que se compadece de él, que trata de investigar cuales son sus motivos, disuadirlo, darle amistad, etc.

En líneas generales es un filme interesante, cálido, humano, que toca el corazón, aunque sin chispa, sin la sal marina suficiente (queda soso o desaborido).

Muy buena, en blanco y negro, acerca de lo cobarde que somos los seres humanos cuando determinados abusadores abusan de nosotros o de los demás y en lugar de hacer algo, de enfrentarnos a ellos, tragamos, tragamos y tragamos sin lógica alguna.

Este es el tema principal la película, aunque también conlleve que todo aguante tiene un límite y hasta al más amenazador abusador antes o después tiene de vérselas con "la horma de su zapato".

Estupendo el papel que hace el actor Beau Bridges, que en ese timpo contaba con menos de veinte años de edad, hermano del también famoso actor Jeff Bridges, el de "Tron", I y II y "Valor de ley" II.

Interesante, pero sin llegar a ser ni siquiera una buena película. Es pesada y cuando ha transcurrido más o menos la mitad del filme se comprende que el director anda más perdido que el mismísimo personaje del Papa que él proyecta.

Por ejemplo, toda esa parte del torneo de voleibol es tan ridícula y fuera de lugar, que sociológicamente sólo se le puede ocurrir a un director que tiene poquísima idea de cómo son los "príncipes de la Iglesia" y que más bien se limita a caer en tópicos inconsistentes sobre los cardenales. Vamo, es que no cuela ni siquiera en una comedia.

Morettí tenía en principio un buen tema, pero no lo sabe desarrollar, le queda demasiado grande y hace en lugar de un sabroso, crítico y salado filme en torno a un Papa recién elegido, hace una especie de historia pamplinosa, empalagosa, repleta de topicazos sobre los sentimientos de un tipo que acepta ser nombrado Papa y más sosa que un un huevo sin sal que encima salió sin yema.

Esta película tiene un no sé qué inimaginable, pero la cuestión es que cuando se ve necesariamente hay que reverla y volverla a ver cantidad de veces más. Por esto no es de extrañar que a los pocos meses (1964) de su estreno y gran triunfo en Italia, el director hiciera la continuación del noviazgo o historia de amor que aquí narraba, y resultó que la gente tenía tantas ganas de ver la continuación de este gran "amore" que igualmente fueron como locos a ver "Non son degno di te" (1965), es decir, la segunda parte de "In ginocchio da te", que igualmente fue un tremendo triunfo cinematográfico que aún perdura.
Y no paró ahí la cosa, la gente quería más de esta historia de amor, y tuvieron que hacer la tercera película, titulada "Se non avessi piu te" (1966), y como resultaba que este amor entre Gianni Morandi y Laura Efrikian conmovía tanto a los italianos tuvieron que hacer incluso una cuarta película en 1968 titulada "Chimera", donde ambos seguían igual de guapísimos viviendo su amore divino. Ojalá a Filmaffinity no se le olvide de recoger todas estas bellísimas películas que no lo son simplemente porque las protagonizaran los bellísimos Gianni Morandi y Laura Efrikian, sino también porque las canciones que contienen son como una máquina del tiempo que te trasladan in súbito desde este triste mundo en el que vivimos a una suerte de espacio celestial donde el alma se ensancha y goza de lo lindo.