Esta serie la descubrí por casualidad. Y en inglés con subtítulos pequeñitos, para que me resultara menos atractiva. Craso error. Ya desde el episodio piloto uno se engancha de mala manera a estos encantadores ladrones-timadores y a sus elaboradísimos golpes para restablecer la justicia en el mundo. O por lo menos en una parte de ella. Aunque mantiene un hilo argumental que se va definiendo a medida que se va acercando el final de la temporada (dado su gran éxito en EE.UU se está rodando una segunda), cada capítulo puede verse casi independientemente. Y algunos, de verdad, son antológicos. No solamente se disfruta viendo cómo elaboran y llevan a cabo sus trabajos, lo que a mí más me atrapó fue su sutil humor, que avanza capítulo a capítulo, irónico y socarrón, que ya quisiera para sí muchas de las pretendidas comedias que inundan nuestras cadenas.
Junto con Perdidos, Life on Mars, Fringe y Whitechapel, entra directa al top ten de mis series favoritas del último lustro. Muy muy muy muy recomendable.
Por cierto, en la sinopsis de la serie aparece catalogada como drama. Nada más lejos de la realidad. Solo lo es el suceso que da inicio a todas las aventuras. Comprobadlo

Difícil se me hace elaborar una crítica de esta película. Si se entiende que el director ha intentado mostrar (denunciando se supone, pues creo que sería el único motivo para hacer una cinta de este tema) una triste realidad, la de la violencia en el fútbol, habría que otorgarla valor. El problema es que, en mi opinión, la denuncia es demasiado difusa, y puede interpretarse todo lo contrario sin que por ello seas un perturbado. Que los hooligans ingleses no son neonazis que van dando palizas a negros u homosexuales queda patente en el filme. Pero creo que también queda patente que el fútbol les trae al fresco. No se excitan emocionados ante el próximo encuentro por el partido en sí, se excitan ante la perspectiva de darse de hostias contra los supporters del equipo rival. Y si los odian, más excitación si cabe. Es como si el partido fuese el aperitivo de lo realmente importante: la posterior pelea, que, de ganarse, les reportará más respeto, más fama, más ¿hombría?. Por eso no vale correr, huir, aunque te doblen en número. Eso no solo sería humillante, sería hundir, para ellos y en el fondo, una manera de entender la vida. Por eso, las escenas de fútbol son prácticamente inexistentes. Sólo se les ve excitados en el campo, y ante el juego, unos pocos fotogramas. En cambio, son muchos donde se les ve excitados repartiendo a diestro y siniestro.
Por otra parte, tampoco se profundizan en los personajes, con lo que no llegas a entender el por qué de esa visión. Será que, quizá, no hay un por qué. No sé. Si a esto le unes que hay sucesos incomprensibles, el sabor que te deja la cinta es insípido.

Muy buena película. Refleja a la perfección la naturaleza del ser humano, esa que le lleva, paradójicamente, a deshumanizarse cuando consigue el poder.
El director consigue transmitir una sensación de indefensión absoluta, donde la humillación puede esperar a la vuelta de la esquina. Esto, unido al ambiente claustrofóbico del lugar, te hace pasar más de un mal rato. Y eso que no es una cinta de terror o miedo.
Los actores están estupendos, destacando los dos protagonistas principales y la música casa a la perfección con todo el planteamiento.
Solo chirría, como ya han comentado, la historia de amor, metida, evidentemente, para poder dar con el desenlace que tiene.
En resumen, muy muy recomendable.

Como no creo en la casualidad, sé que el presunto azar que supuso encontrarme con esta serie tuvo un enorme motivo: hacerme disfrutar de la serie más irreverente, salvaje y surrealista (deja a Muchachada Nui como un vulgar aprendiz) de todo el siglo XXI. Tres temporadas culminadas con un especial que me dejó sencillamente sin palabras: ¡si hasta tiene profundas implicaciones filosóficas! Estos tres ingleses que, travestidos o no (el trabajo de caracterización y maquillaje es sencillamente genial) interpretan a la mayoría de los personajes, son únicos en hacer que una sucesión de gags mantenga un hilo argumental perfectamente guiado y accesible. La mejor prueba es la hilarante tercera temporada, un ingenioso cruce de historias a cada cual más rocambolesca. Quien quiera saborear el mejor humor inglés, el de toda la vida, que se acerque a esta absoluta obra maestra. Me lo agradecerá

Como no he visto el original del que es remake, vi la cinta limpia de cualquier tipo de prejuicio. Y lo que vi me satisfizo plenamente. Nos encontramos ante una cinta extraña, con continuos avances y retrocesos en el tiempo y que, además, mezcla varios géneros. Así, tenemos, por una parte, una hermosa historia de amor (unida a otra no menos hermosa historia de desamor); por otra, una interesante historia de intriga que avanza descubriendo sus cartas y que te mantiene inquieto la mayor parte del filme. Todo ello aderezado con unos ligeros toques de humor. El conjunto no chirría en absoluto, sino que está bien ensamblado, aunque al final es muy posible que, de todo lo que has visto, te quedes con ese amor obsesivo al que el título hace referencia.
Los actores hacen una labor brillante, cada uno en su estilo y con sus diversos matices, destacando la serena belleza de Diane Kruger.
En resumidas cuentas, una película que, en mi opinión, te sorprenderá gratamente si le das la oportunidad.