(HAY SPOILERS EN ZONA NO SPOILER) Obra redonda de principio a fin. Lars von Trier con una cohesión que da miedo, nos enseña el terrible resultado que se manifiesta tras la toma de poder de un individuo. En la película observamos dos resultados a dos cesiones de poder: el primer resultado, producto de la cesión de poder de Kidman hacia el pueblo, que acaba desastrosamente, ya que dicho pueblo (Dogville, pueblo de perros) sintiéndose soberano por una vez, decide abusar (literal y no literalmente) de Kidman, y el segundo resultado, producto de la cesión de poder del padre de Kidman hacia la propia Kidman, que acaba en masacre. A mi modo de ver esa es la lectura, y la manera de plasmar la idea que se trata de transmitir es inmejorable, un 9.

Me lleva Hemingway, me lleva al más puro existencialismo adolescente y por supuesto me lleva a cuestionar sinceramente la vigencia de la libertad. La propuesta del creador del show no es otra que la de ofrecer una utopía a unos habitantes que a sabiendas de la artificialidad, deciden vivir una realidad paralela mejorada, encantadora y sobre todo inalcanzable para una persona promedio. Me lleva a cuestionar el sistema, sí, mezclemos, me lleva a cuestionar el sistema capitalista que coacciona al individuo, pero me lleva a cuestionar también a otros sistemas que promulgan aparentes libertades, como el socialismo puro. Este es el quid de la película, y sobre todo este el quid de nuestra concepción de orden social, libertad, es decir, individualidad por encima de todo o noción de conjunto que estrecha las libertades del individuo. Al final caemos en el nihilismo, ningún sistema funciona, no somos capaces de conocer la realidad, no somos capaces de conocer nada, ahora bien, esta película sí que es capaz de conocer el mecanismo que lleva a nuestra mente a pensar, por eso es un nueve.

A quién no le viene a la cabeza Metrópolis de Fritz Lang cuando se comienza una serie de cariz futurista, y a quién no se le viene a la cabeza Deadwood cuando se comienza una serie que trata el western clásico con, obviamente, medios y directores modernos. Es mucho decir sí, pero esta serie tiene un poco de todo eso, tiene un poco de Metrópolis en la irreverencia del tema y sobre todo en la idea inicial, lo único que se puede criticar, y sí, tiene un poco de Deadwood en la retórica, en la atmósfera y en el ritmo. Lo nuevo y lo antiguo, lo frío y lo caliente, el bien y el mal, la libertad contra la opresión y sobre todo esa macroestructura a lo Show de Truman que está claro que debe explotar en mil pedazos, todo esto parece que va a ser Westworld, y aunque me equivoque y se aleje de las gigantes que he mencionado, con que les llegue a la suela de los zapatos merecerá la pena verla. Un gran primer capítulo.

Ojalá todas las sorpresas fueran tan buenas como esta. Una de las películas del año, sorprendentemente brutal y cruda. Las actuaciones son fantásticas y la primera escena es sencillamente sublime. No hay peros en esta película, sentarse y aplaudir.

Aún siendo reconocible, es sin duda una de las películas más extravagantes filmadas por Shyamalan. Rodada con poco dinero y poca imaginación, pero hasta ahí, sería una película más, un aprobado raspado en la inmensa producción cinematográfica del siglo XXI. El problema llega en el tramo final, aberrante, capaz de enmascarar algunas buenas escenas de la parte central de la película. Resumiendo, como siempre ocurre con Shyamalan, mucho ruido y pocas nueces.