No deja de ser una película de aventuras y acción con superhéroes que está más vista que los tebeos pero, ya que no esperaba ninguna maravilla, me entretuvo y me lo pasé bien. Me gustó que los protagonistas, menos la antorcha humana, no llevaran bien eso de ser superhéroes y que quisieran ser personas normales casarse y tener hijos y formar una familia. También me gustó como la prensa sensacionalista les seguía, como si fueran gente del mundo del espectáculo. Lo demás es terreno trillado pero como no tiene mayores pretensiones tampoco podemos exigerles mucho más de lo que dan. El silver surfer me pareció un poco pánfilo.

La idea es buena, lo que ocurre es que la película no tiene desarrollo. Los personajes no evolucionan y tampoco hay gags divertidos. Lo único que puede tener cierta gracia son los diálogos disparatados del viejo. Lo que pasa es que escuchado el primero escuchados todos.

Es una comedia romanticona y simpática, con algunos puntos buenos. Consigue que te rías pero no que te identifiques con los protagonistas porque son una pareja demasiado perfecta y demasiado, o sea, "súper-guay". Robin Williams hace de cura progre entrometido. Lo hace muy bien pero el personaje en sí es poco creíble. Tiene todos los tópicos de este tipo de cine pero aun así consiguen que sea entretenida, sobre todo para verla de la mano de la parienta o de la prometida.

La película repite un poco el esquema de "Antes del amanecer", y de su secuela "Antes del atardecer", en cuanto trata de una pareja que visita una ciudad durante un breve espacio de tiempo. Sin embargo, si aquellas eran películas románticas esta se decanta claramente por la comedia ácida en torno al choque de culturas entre franceses y americanos. Tiene golpes muy buenos, y el estilo de dirección de Julie Delpy es ágil y con ritmo. La mayor pega que le pongo es que el chico americano se parece demasiado a los personajes neuróticos e hipocondríacos que suele interpretar Woody Allen, pero claro, sin llegarle a la altura. Lo mejor de la película son los dos actores que interpretan a los padres de Julie Delpy, que son sus propios padres en la vida real. Resultan desternillantes.

Una comedia romántica que recuerda muy a menudo a las buenas comedias clásicas americanas. Han renunciado a los gags más o menos facilones que pueden gustar a los más pequeños. Todo es más sutil y más elegante que las últimas películas de animación y se ve con una sonrisa en los labios. Está dirigida de forma magistral. Hay travelings, planos secuencia y movimientos de cámara impresionantes, casi como de Scorsese. Y eso que todo es animación. Por poner una pega: hubo un tramo que se me hizo un poco largo, como si la acción se detuviera. Yo habría aligerado un poco la historia.