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España España · Barcelona
Críticas de Marcos Orgaz
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
8
2 de diciembre de 2021
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por Marcos Orgaz
02 DIC 2021
Para Segundo Desayuno



De acuerdo, os voy a contar un secreto. Uno evidente. Siempre he querido ser Rodrigo Cortés. Al igual que mi hermano, mi gran amigo Rafa, Harold o el tipo que vendía por televisión aquella milagrosa mascarilla para adelgazar la cara. Si habéis escuchado hablar —o leído— al señor Cortés, sabéis de qué hablo. Cuentan además ciertas lenguas que uno dirige igual que escribe, que mira igual que habla y observa tal que mira. O quizás no hubo tales lenguas y quizá, y tan solo quizá, emanen del hombrecillo que vive dentro de mí y que lo admira. ¿Pero os dais cuenta de que estoy empezando a irme por las ramas?

Entonces, ¿dónde estaba? Ah, sí, es miércoles. Madrugo, me dirijo al cine y entro en la sala; me acomodo en mi butaca de siempre y me dispongo a ver Love Gets a Room, (El Amor en su lugar). A continuación, apagan las luces y se produce dicho instante que Virginia Woolf describió brillantemente como de expectación. Los asistentes del pase se frotan papel y bolígrafo y dan inicio a sus cuchicheos: «¡Psst!, juraría que es la de Rodrigo!», «Oiga, sucede todo en el Gueto de Varsovia ¿verdad?», «Tío, he leído por ahí que es un musical», «¿Perdone, sabe cuanto dura?», «¿Sabes?, esta noche juegan los Knicks y Kemba Walker estará como suplente, ¡voy a perder cincuenta pavos!».

La película por fin arranca y tras la primera gran secuencia y ante la atenta mirada de mis compañeros de prensa, comienzo a conjeturar: «Esto va a estar bien» —pienso—, y naturalmente, con mis aires de grandeza y algo de fortuna, acierto. La trama avanza y me percato de que la mayoría de las actuaciones son sensacionales y que Clara Rugaard, la muchacha que interpreta a Stefcia, es simplemente genial; bella y rebosante de talento. También Ferdia Walsh, su compañero; quien me resulta carismático y leal. Noto como la cámara no deja de moverse, intuyo que a sabiendas de que los personajes van a poder hacerlo poco. Por la razón que sea, a Rodrigo Cortés le vuelve a interesar el no salir del ataúd —en este caso teatro— y eso, a mí, me entusiasma.

Muy bien, entonces me encuentro en mitad del metraje y me está interesando lo que veo y escucho. Me cautiva la Banda Sonora a cargo del extraordinario Victor Reyes, el montaje y las voces de los actores entonando el mensaje que comienza a entreverse sobre la necesidad del Arte en un mundo deplorable. No obstante, acude a mí un nuevo juicio cuando los diálogos deambulan por recovecos más sinceros. Llegando el final, por ejemplo, cierto personaje le pregunta a Stefcia: «¿No crees que hay vida después de la muerte?» A lo que ella responde de manera acertada y totalmente objetiva bajo mi humilde —y como siempre irrelevante— punto de vista, con total conocimiento en lo referente a la condición humana: «No estoy segura de que haya vida antes». Es entonces, cuando la película pasa de gustarme a fascinarme. Cuando muestra que aún haber escasos momentos de felicidad, ya sea por el amor, el Arte; ya sea por cualquier distracción y pese a ser conocedores de lo dolorosamente absurda y deprimente que es la vida, seguimos estando programados para resistirnos a dejarla partir.
Marcos Orgaz
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6
25 de diciembre de 2019
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprecio la osadía de actualizar la famosa obra literaria ‘Little Women’, un clásico del que hacía mucho tiempo nadie se atrevía a tocar. Después de ver su ya anterior perla ‘Lady Bird’, Greta Gerwig se perpetua en mi mente como una buena cineasta llena de ambición y un pulso firme para contar historias. Temo que haya sido un espejismo.

Veo poco riesgo y modernidad, Gerwig no aporta nada que no haya visto en las versiones anteriores. El único cambio notorio, me hace fruncir el ceño y preguntarme qué está sucediendo con demasiada frecuencia. El jugar con los tiempos está al alcance de muy pocos directores, y muy a mi pesar, siento que a Greta Gergwig (por lo menos ahora) le viene grande.

Las protagonistas están geniales, en especial Saorise Ranon, la pequeña pelirroja que descubrí en la genial ‘The Lovely Bones’. Me importa más bien poco con quien está en escena esta chica, me roba toda la atención. Aquí está resplandeciente, sugerente y perfecta en un personaje que es muy difícil. Emma Watson sigue dándome alergia.

Chalamet como actor siempre me sorprende, lo dije después de ver la última del genio de Allen, (en la que creo que logra su mejor papel) si no se le tuercen las cosas me veo dejando a un lado mi cólera hacia su persona y posteriormente encumbrándolo.

Son pocas las señales para entender el momento de la historia en el que transcurre lo que vemos en pantalla.
Pero pese a ello, la banda sonora de Desplat me absorbe junto al talento de la mayoría de los actores y consigo engancharme. Paso un buen rato, aunque algo confundido. Al salir del cine la pienso un poco, para luego volver a recordar escenas de ‘El Irlandés’.

Por Marcos Orgaz,
19 de diciembre de 2019



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@themarcosorgaz
@maraquiles
Marcos Orgaz
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