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España España · Barcelona
Críticas de Thrall
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
4
28 de julio de 2014
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aburrida y previsible secuela de “El origen del planeta de los simios” que guarda un preocupante parecido con “El Rey León” en lo tocante a como ilustra la estructura tribal de los primates. César, el magnánimo, sabio y paciente líder de la tribu (no vamos a llamar a eso “manada”), su antagonista Koba, malvado, repulsivo y manipulador, que no dudará en obrar para con sus ansias de poder y no por el bien de la especie, pasándose por el forro uno de los más sagrados mandamientos de las sagradas tablas simiescas: no matarás a otro congénere.

Luego tenemos toda la retahíla de monos secundarios y sus típicos roles, léase Ojos Azules, el hijo pródigo de César, aún influenciable pero claramente destinado a heredar el trono (aunque con esa expresión como de pena dudo que gane unas primarias), Maurice, el enorme, pacífico y sabio orangután pelirrojo, Rocket, el fiel amigo y seguidor de César…dos o tres personajillos más para completar el elenco de estereotipos y en un tercer plano, el masivo relleno de clones simiescos, para mayor gloria de la infografía moderna y su capacidad para crear ejércitos, como ya vimos por primera vez en “El Señor de los Anillos” y su programa “Massive”.

En cuanto a los humanos, aparecen totalmente desdibujados, hasta tal punto que uno no tiene ni idea de quien ejerce de líder, como se estructura su precaria organización, cuántos son en realidad, si cada ciudad tiene focos de resistencia parecidos a los de San Francisco (aunque no parece que resistan contra nadie), si esta “resistencia” es de ámbito mundial o solamente se focaliza en los USA (cómo no) y un interminable etcétera de preguntas sin clara respuesta.

La película es demasiado larga, los simios son demasiado omnipresentes y uno acaba exhausto de tanto “¡ough! ¡ough!” subtitulado al español. Entiendo el reto técnico de dotar de tanto realismo a personajes cien por cien digitales y es alucinante que se haya llegado tan lejos en este campo, pero siguen siendo gráficos de ordenador y…se nota. ¿Qué quiero decir con esto? Que la versión de Tim Burton era una soberana mierda, pero los monos eran tíos disfrazados y quedaban muchísimo mejor. ¿Vamos a dejar en la calle a genios del make-up capaces de lograr las cotas de realismo de la versión de Burton? ¿Sale más barato tirar de ordenadores? Quién sabe.
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Thrall
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6
28 de octubre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Voy a centrar mi crítica en el supuesto hiperrealismo con el que el aparato de marketing de esta película nos ha venido machacando desde hace meses. Nos decía la campaña publicitaria (de las más agresivas que haya visto, por cierto) que nada de lo que aparecía en "Marte" era tecnología del futuro, que todo lo que había (hábitats, vehículos, máquinas, recursos, equipo, etc) era contemporáneo y preexistente, o mejor dicho, que podía fabricarse con las tecnologías actuales. El hacer énfasis en este aspecto concreto tenía toda la intención del mundo de reforzar la idea de que íbamos a ver un cuasi-reportaje en cuanto a que iba a ser una película especialmente realista, creíble y fiel a las leyes de la física, recuperando en cierta manera el espíritu que impulsó Kubrick en el planteamiento de "2001" y que Cuarón resucitó al rodar "Gravity".

Los errores (evidentemente deliberados y en pro del taquillazo) los dejo para el spoiler pero una cosa está más que clara: sé de excursionistas experimentados que las han pasado canutas perdiéndose por el Pirineo y no me gusta nada comprobar como un tío que es abandonado nada menos que en un planeta yermo, irrespirable, bañado en radiaciones cósmicas y a millones de kilómetros de la Tierra se lo pasa bomba sobreviviendo, poniéndose música disco y solventando con extrema facilidad todos los abrumadores retos científico-técnicos a los que se enfrenta para no palmarla. No se atisba pizca de emoción, de sufrimiento, ni un ápice de locura o de desesperación. Sobrevivir en Marte jamás había sido tan divertido y casi que dan ganas de estrellarse con un cohete en Venus por aquello de subir el listón.

Esperaba una película inspiradora, que hiciera aflorar al explorador que llevamos dentro, que resucitara el interés por nuestro planeta vecino a varias generaciones e incluso, porqué no, que diera un cierto impulso a la comunidad científica, a los gobiernos con agencias espaciales y a la opinión pública global para que la conquista de Marte llegue a ser una realidad tangible en un futuro no demasiado lejano.

Al final todo ha quedado en un mero blockbuster, en un olvidable subproducto a la altura de "Misión a Marte", "Los Últimos Días en Marte", "Planeta Rojo" y demás morralla marciana. Nada de lo que esperaba se ha cumplido. No es una obra maestra ni mucho menos y no va a haber un antes y un después tras la última del tío Scott.
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Thrall
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4
2 de noviembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Festival desmesurado de efectos digitales que echan completamente por la borda la que a mi parecer es una sabia elección del protagonista que encarna a Superman. Henry Cavill da mucho el pego mostrándonos a un héroe tímido, comedido y maduro (ni es el mojigato de Reeves ni el niñato deleznable Routh) y el traje al fin ya no es un pijama ridículo con exo-gallumbos sinó una armadura hecha de algo tecnológicamente de otro mundo. A pesar de eso, pues, la cinta que nos ocupa tiene nula emoción, tiene una carencia absoluta de momentos épicos, con una relación Superman-Lois irrisoria (tanto que uno se pregunta ¿porqué se besan ahora?) y todo flota de forma rutinaria en un río interminable de CGIs desproporcionados que anulan del todo la singularidad del personaje hasta tal punto que se ve como "uno más de éstos que vuelan y lo destruyen todo". No hay nada original ni novedoso...la sensación al terminar la película es que todo ya se ha visto antes en otros films de superhéroes.
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Thrall
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2
5 de noviembre de 2012
16 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decepcionante intento de arreglar el estropicio de "Quantum of Solace" y de hacernos creer a los fans de la saga que una vuelta a las excelencias de "Casino Royale" era posible. Nada más lejos de la realidad, "Skyfall" acaba siendo mil veces peor que su predecesora, aburrida hasta la náusea, insulsa, anodina y hasta estúpida en ciertas secuencias. Bond, al igual que Batman, también es víctima de la "nolanización" o la manía de dotar de pretendida madurez, oscuridad e hiperrealismo a personajes de ficción de naturaleza más bien fantasiosa. Ni Batman ni Bond podrán ser jamás Jason Bourne por mucho empeño que se ponga. "Casino Royale" fue una buena película debido a un excepcional equilibrio entre los clichés bondianos de toda la vida y un atrevido aunque moderado descenso hacia las profundidades humanas del personaje. Connery fue un prodigio de deshumanización, cinismo y casi misoginia, Lazenby no cuenta, Moore un bobalicón redomado, Dalton fue un buen 007 (que no sus dos películas) y Brosnan involucionó demasiado hacia Connery. En ese sentido Craig era perfecto en “Casino Royale”. No sólo él sinó el enfoque del personaje. Duro, implacable, frío pero también humano, vulnerable. Los villanos de turno eran gente que se envolvía en sombras, de actos sutiles, de mover hilos aquí y allá. Gente de aspecto normal y corriente; agentes dobles, hombres de negocios, banqueros y, en definitiva, personajes de un mundo más o menos real, discretos y pragmáticos. Muy atrás quedaban los ridículos y estereotipados villanos de otras entregas; hombres excéntricos con delirios de grandeza, con proyectos de dominación mundial absurdos, psicópatas enfermizos con esperpénticas armas de destrucción masiva. “Quantum of Solace” desde luego es muy inferior a “Casino Royale” pero seguía aproximadamente fiel a esa nueva filosofía. Esa, para mi, era toda la madurez que necesitaba la saga, ni un gramo más.

Pero no han podido contenerse.

"Skyfall" pretende ir mucho más allá, pero lo hace de forma torpe, dejándose llevar por las turbulencias de un guión pésimo lleno de situaciones ridículas y secuencias que hubiesen aburrido a los fans más ultras de Tarkovsky. Javier Bardem exhibe todo su buen oficio pero el personaje que encarna es patético e infantil en cuanto a caracterización, dándose de bruces con el pretendido hiperrealismo al que tendía la saga desde que Craig se hizo con el papel de 007. Este choque, esta gran contradicción, es una de las enormes decepciones que merman sobremanera el interés de esta última entrega de la serie. Ha habido una clara vuelta al villano tontorrón, delirante e hiperbólico cuando ya había quedado claro que la tendencia era otra. El metraje es excesivo y tedioso, el ritmo es del todo irregular y por otra parte, las predecibles escenas de acción no son nada del otro jueves en comparación con las de “Casino Royale”.

James Bond murió tras arrojar el colgante de Vesper a la nieve y despedirse de "M" en la fría Rusia. Le atropelló un tranvia, pilló un coma etílico del que no pudieron sacarle o se la pegó con su Aston Martin. Quien sabe. El caso es que en "Skyfall" aparece otro personaje, quizá sea un dobe cero pero desde luego no acaba en siete. ¿Un 006 quizá?. Aunque a mi me recuerda más bien a un Jason Bourne en versión rústica o un Batman sin disfraz. No lo sé. Y no me importa. De hecho, no me importaba nada de lo que estaba sucediendo en la película y hasta tenía ganas de largarme de la sala mucho antes de la conclusión (hubo gente más lista que se fue sin más).

En serio, parecía como si Chris Nolan estuviese detrás del tinglado.
Thrall
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5
28 de diciembre de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por diversos motivos de índole navideña tuve que esperarme ocho largos días para dejarme caer por un cine a disfrutar de lo que iba a ser la secuela más esperada de la historia del cine. No me quedaban más uñas que morder (tras comerme las mías, manos y pies, las de los compañeros de curro y las de los vecinos) así que a riesgo de parecer un tipo pelín nervioso tuve que ir pitando al Cine Bosque (Barcelona) para evitar tener serios problemas gastrointestinales.

Soy fan de Star Wars. Mejor lo aclaro ahora. Cuando George Lucas perpetró las tres puñaladas traperas con alevosía y traición que todos conocemos, llamadas Episodios I, II y III (sí, por Dios, "La Venganza De Los Sith" también es una bazofia) me invadió la tristeza. Yo, que había construido maquetas del Halcón, de un X-Wing, que tenía muñecos, que siendo adolescente había leído los libros del Universo Expandido, que incluso leí el libro "La Guerra de las Galaxias" escrita por el mismísimo Lucas (vomitiva, pero qué más daba entonces), que jugué a todos los simuladores de combate espacial de Star Wars hasta destrozar joysticks y teclados, tuve que aceptar la aniquilación total de la saga a manos de su propio creador. Lo que Dios da, Dios lo quita y tal.

Por si no fuera poco, luego va El Hacedor (como diría C3-PO) y se saca de la chistera una reedición de la trilogía original con añadidos infográficos, a cada cual más esperpéntico. Una película de 1977 con CGIs del siglo XXI...¿pero a quién se le ocurre? A George Lucas. ¿Para qué ser fan de algo así? Lo llego a saber y monto maquetas de puentes colgantes, que total, solo los puede destrozar un terremoto o una guerra. Pues eso, en su día compré el "pack de la trilogía original", pues el reproductor de VHS estaba más muerto que el Almirante Ozzel y debía tenerlas en DVD. Cogí los discos de las versiones retocadas y los eché al cubo de la basura (a la mierda la remasterización) y me quedé con las versiones intactas. Eso es ser fan, no sólo de Star Wars, sino del cine en general.

¿Y ahora qué? El binomio palomitero J.J. Abrams - Walt Disney se hace con la gallina de los huevos de oro con la promesa de reflotar la saga, restaurar el honor mancillado de todos los fans que sufrimos los desvaríos de George Lucas y situar el listón bien alto para las secuelas venideras. Pero claro, hablamos del tipo que parió "Perdidos" y que convirtió "Star Trek" en un estresante parque de atracciones (no es que me gustase especialmente esta saga pero respetaba su estilo poco comercial y en ocasiones sesudo) sumado a los tipos que parieron a Mickey Mouse, al Pato Donald y a Pocahontas. El resultado es obvio.

Misión cumplida, J.J.: "The Force Awakens" es un entretenimiento blockbusteril anodino pero frenético, sin más. Ni despierta pasiones, ni emociona en las distintas apariciones de los viejos iconos de la saga (ya sean de carne y hueso o mecánicos) ni cuenta nada correctamente. El guión es pésimo y la concatenación de acontecimientos se basa en una casualidad tras de otra, a cada cual más sonrojante. En una película como ésta, una cosa es otorgarse licencias de todo tipo, más o menos tragables para el espectador (no ya para el fan), y otra muy distinta es hacer las cosas rematadamente mal. Le doy un cinco por las cabriolas del Halcón en su evasión de Tatoo...digo, Jakku, por las ruinas del Star Destroyer en el desierto y poco más.
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Thrall
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