Ni Coppola ni Anne Rice, esto sí es una película de vampiros: decadente, asquerosa, demencial, oscura, terrorífica, divertida y satírica. Seguramente, si los vampiros existen, se parezcan mucho a estos. La animación es de otro mundo, de verdad.

Uno de los guiones más brillantes sobre el desquiciamiento humano y las particularidades de la personalidad. Goldblum está que se sale en su papel, primero de pianista melancólico (¡brillante!) y después de supuesto Jesucristo. Un cuento/comedia/drama fantástico anclado en la vida cotidiana con algunas escenas ciertamente muy divertidas y muchos elementos desconcertantes.

Sin duda no es una película para todos los gustos, pero sí para los amantes de las rarezas y para los que no se tomen muy en serio algunos supuestos intocables (aquí el amor y la religión, principalmente)

Excesiva, reflexiva y desbordante reflexión sobre el amor y la fidelidad, de factura impecable e interpretaciones desconcertantes. Sophie Marceau nos ofrece la que seguramente es su mejor actuación hasta la fecha y Pascal Greggory firma los momentos más brillantes de la película. Zulawski explota la sensualidad del cuerpo desnudo, introduce algunas escenas de acción bellamente resueltas (pero quizás fuera de tono) y apela a la pura estética con algunos momentos musicales muy atractivos.

Pese a su largo metraje, el ritmo y la intensidad de los actores mantienen al espectador en vilo continuamente, sobre todo si este conecta con los personajes. Además, Marceau lleva el peso de la película de maravilla.

¿Alguna vez han asistido a la deliberación del jurado de un festival de cine? Bien, pues viene a ser esto: Todo el mundo llega con una película para defender a capa y espada, pero nadie coincide, así que ninguna de esas puede ser. Todo el mundo pasa a la segunda opción, pero tampoco coincide nadie, y así la tercera, la cuarta, la quinta. En algún momento de la deliberación alguien dice "¿Os acordáis de...?" Y la verdad es que nadie se acuerda, pero más o menos les suena que no estaba mal o que tenía una idea original o que la actriz era un bombón o cualquier cosa, lo que sea. Y esa película gana.

"Hard Candy" no era ni mucho menos la mejor película que se pudo ver en el Festival de Cinema de Sitges 2005, pero es la que ganó.

Sinceramente, pocas veces he visto una peli con pretensiones artísticas (por no decir "arties") tan mala, tan sumamente mala, tan infumable. Y aunque suene a tópico, sí: salí de la sala. Y para que no digan después la alquilé en DVD y le di una segunda oportunidad, para ver si en algún momento había un giro de guión que solucionara aquel desprópósito. Pero no, no había ningún giro de nada: todo seguía siendo igual de insoportable, hasta el final.

El guionista tuvo una idea (tópica, pero adecuada a un tema socialmente delicado) y el director decididó que esa idea, que daba como mucho para un chiste o una crónica de sucesos, podía llevarse al cine. Es cierto que es una película de actores, de dos actores concretamente, y si bien Patrick Wilson cumple, a Ellen Page no se la cree nadie, principalmente porque a la pobre le ha tocado un personaje que no se aguanta por ningún lado. Así que la peli cojea y se cae de un sitio muy alto: al que los autores pretendían llegar.

Por cierto: ¿Cuál es el mensaje de esta peli?

"El sueño del mono loco" es una desconcertante rareza (por su contenido, por sus actores, por su dirección...) que sosprende gratamente gracias a una inteligente mezcla de géneros. Porque si bien al principio la película parece que va a decantarse hacia el thriller, incluso hacia el thriller fantástico, después se centra en un drama psicológico que acaba convirtiéndose en una película de terror en toda regla. Trueba dirige acertadamente a un elenco de actores ecléctico y apuesta por los primeros planos de manera exagerada, asfixiando tanto a los personajes como al espectador, sumido buena parte del metraje en atmósferas oscuras y en un extraño París de extrarradio.

La película es, además, una desencantada reflexión sobre la niñez y también sobre el oficio de escribir, que a veces es lo mismo.