Vamos a ver películas por dos motivos, principalmente: a) porque a ti te interesa la película y quieres verla, o b) porque a alguien le interesa la película y tú le acompañas.

¿Por qué será que en el caso b) solemos odiar a muerte la película, no sólo odiarla, sino detestarla y desear a sus creadores la muerte lenta en compañía de tiburones, cocodrilos, bates de béisbol y frascos de ácido? Supongo que es porque NOSOTROS no la queríamos ver: los pobres creadores, ¿qué culpa tienen? Así es el ser humano y sus egoísmos.

Sí: en mi opinión, "Tengo ganas de ti" es un insoportable esperpento ruidoso lleno de diálogos aberrantes, con actuaciones espásticas, carreras de motos que te producen accesos de bilis, situaciones más vistas que un perrico sacando la lengua en verano, llena de necedad, de vacío, de mercantilismo, de pura morralla visual que hace que te sangren los ojos... "Tengo ganas de ti" se traduce en "Tengo ganas de matar".

A mi novio le encantó.

Lynch no se siente del todo cómodo con estas aventuras galácticas en el año diez mil uno noventa y uno. Si bien imprime su personal sello en muchas secuencias (sobre todo en las que se retrata a los malvadísimos y grotesquísimos Harkonnen) estamos hablando de un film con clara vocación comercial, y creo que eso resulta un lastre. Otro problema es que se ha querido respetar en lo posible la muy densa novela de ciencia ficción en la que se basa, y de ahí que resulte tan larga como un día sin pan (que sobra mucho, vamos). En el apartado de efectos especiales, me parece que la cinta ha envejecido un poco mal, si exceptuamos el asombroso diseño de algunas criaturillas asquerosas que aparecen. Los actores no lo hacen mal (no cuento a Sting como actor, ya que se limita a poner careto de enajenado en los pocos minutos en los que sale); mención especial a ese locuelo de Brad Dourif que borda su papel de calculadora humana pervertida, y a Obi Ouan Kenobi (perdón, Max von Sydow), tan carismático como siempre.

En resumen, una especie de versión hard de "Star Wars" sin androides infantiles ni villanos de opereta ni duelos de espadas láser ni combates de naves gigantes en el espacio; donde podemos escuchar la voz interior de los personajes, asistir a complots galácticos que no se acaban de entender de tan enrevesados, asistir a algunas escenas "made in Lynch" (o sea, deliciosamente desagradables) y contemplar algunas de las más memorables secuencias del cine fantástico. Y bostezar de vez en cuando.

Una película increíble, que asombra por su concisión (esos 79 minutos bien aprovechados) y maravilla por la poesía algo torcida que destilan sus imágenes.
El gran Jack Arnold hace lo que mejor sabe hacer (cine de monstruos) con un excelente pulso narrativo, unas interpretaciones ajustadas, una heroína que subyuga y un extra: ese humanoide anfibio que pasa de ser un tipo con un traje de goma a una criatura acosada y enamorada. Y te la crees. Y te da miedo, y pena. Conseguir esto es un lujo al alcance de muy poca gente.
Olvídense por un momento de transformers, zombis y niñas japonesas que salen de la tele: aquí tienen las raíces ya olvidadas del cine fantástico.

Humildemente, creo que las opiniones y críticas aquí vertidas pecan de ingenuidad:"Hispania" no es una serie histórica, ¡es una sitcom ambientada en la época romana! El que los de Antena 3 la hayan vendido como una serie histórica obedece a un inexplicable error, quizá algún duende de la imprenta hizo sus diabluras en los teletextos y guías de la tele del país...
Pero viendo las descacharrantes imágenes y escuchando los demenciales diálogos te percatas enseguida de que el objetivo de los creadores de "Hispania" era acercarse al humor ácrata de los Monty Python y su circo volador; y a veces superarlo.
¿Los actores no vocalizan? ¡Está hecho adrede! Todo el mundo sabe que nuestros actores televisivos pueden declamar con el virtuosismo de Marlon Brando en "Julio César"; de hecho, tuvieron que hacer un esfuerzo increíble para perder su dicción perfecta y escupir esos palabrejos incomprensibles.
¿Que hay muchos escotes? Bueno, la intención es clara: un comentario metalingüistico muy inteligente sobre el papel de las mujeres bonitas en la imagen posmoderna. La actuación de Ana de Armas fue escrita por una discípula de Theodor Adorno.
¿Los decorados, de pena? Sé de buena tinta que los productores eran conscientes de ello, pero siguieron las indicaciones del director: "Vamos, esto es humor, si hacemos una ambientación convincente la gente igual se pierde la ironía".
¿Vestuario? Comprado en la tienda de disfraces de la esquina. De esta forma se potencia el nivel cómico de las interpretaciones y el guión: efectivo de veras.
¿Y que me decís de la ambientación histórica? Varios catedráticos de Historia, Arqueología e Hispanismo Antiguo se reunieron durante días en un hotel de la Costa Brava y allí, provistos de cantidades ingentes de drogas psicodélicas y vodka barato, procedieron a deconstruir todo lo que se sabe sobre la península durante la conquista romana. De esta forma lograron un condensado de estupideces grotescas digno de Lars von Trier o los libros de historia de cuando Franco: risas aseguradas.
Pero lo mejor de todo son las batallas: siguiendo técnicas de improvisación del cabaret soviético los actores fueron empujados a hacer estas escenas como les saliera de los abajos. Siempre que alguno por casualidad hacía algo que no daba pena, se le llamaba la atención: "Olvídate de que eres un centurión, imáginate que estas en carnavales".
Lo dicho: "Hispania" perdurará en nuestro recuerdo como la mejor sitcom patria desde "Los ladrones van a la oficina".

Un 10 y porque no se pueden poner más estrellitas. Y es que:
- Es de Joe Dante: montaje frenético, cinefilia/cinefagia compulsiva, humor negro y socarrón, personajes entrañables y/o cabrones. Su peli está plagada de referencias a otras obras maestras del cine etéreo y los capullines podemos entretenernos sonsacándolas: hasta el infinito. Conjuga con una suavidad de maestro multitud de registros, hay momentos en los que pasas miedo, hay espacio para el gore para-todos-los-públicos, podemos recrearnos en algunos de los chistes con más mala leche de la historia...
- Salen unos bichos verdes que joden la Navidad con sus mil travesuras. Para la gente que odia esas fechas tan entrañables, no hay mejor receta para curarse la depresión. ¡Gremlins en el discurso del Rey ya!
- Sale también un bichejo peludo adorable y de buen carácter, la mascota definitiva. Lástima que sobreviva.
- Destila amor por el cine y amor por lo fantástico: eso no se lleva ahora, no señor.
- ¿He dicho ya que salen unos bichos verdes que joden la Navidad?