Estoy pisando los 40 años y soy una cinéfila repugnante desde que descubrí x files a mis 11 años. Aclaro el prontuario porque por supuesto no puedo decir que vi todo, pero a lo largo de mi existencia sí ví muchísimo cine de terror, thriller, suspenso y drama psicológico. Ese fue y aún es mi cuarteto favorito.

Hago esta crítica porque me parece injusto que comparen "A Serbian Film" (una película cuyo guión, para mí, es soporífero y predecible y a lo único que apunta es a generar asco con el escándalo de escenas rancias explícitas, no muy craneadas tampoco, a mí entender) con esta joya de thriller, en donde la historia es justamente al revés que el caso anterior: un guión que no hace agua por ningún lado, todo está explicado, a veces entre líneas. No sobra nada en los diálogos, allí es donde están las pistas. Las escenas desagradables son secundarias a la historia pero la acompañan perfectamente y sin quitarle protagonismo a la narrativa; quizá es cierto que ciertas imágenes podrían haberse sugerido en tanto aborda un tema delicado, pero no por eso, para mí, deja de ser un diez. Las actuaciones son impecables, no hay un sólo personaje que te abstraiga de la historia por lo mal que actúa. La había visto hace años, la volví a ver ahora y la recomiendo como un gran, gran thriller.

Comienza más o menos prometedora; sorprende la forma en que eventualmente terminás mirando una especie de Bad Taste onírico fusionado con los peores fx de Cuentos de la Cripta y un guión de cuyo desenlace pareciera haberse encargado George Costanza.

Que alguien piense que ésta es una película de terror es algo que supera los límites de mi comprensión. Y que la recomiende como tal, directamente, me confunde hasta el desvanecimiento.

Pifie notable en la filmografía de Schnidel, que decepciona si elegís ver esta película por sus trabajos anteriores. A excepción de Antonópulos y de la actríz que interpreta a la abogada de Achaga, el desempeño actoral del elenco es catastrófico: Minujín, que interpreta el guión como quien repasa sus líneas con desgano, Peretti, que a pesar de gozar de cierta naturalidad no termina de construir su personaje, y Achaga, de dicción tímida, por momentos inentendible.

Aún así, si a pesar de lo anterior te esforzás como espectador y le ponés fichas al guión, la historia arranca interesante pero pierde credibilidad a medida que avanza, y ya para el último tramo es todo tan ilógico que el único entusiasmo que genera es gracias a la cercanía de los créditos finales.

Sigo en spoiler.