Es la primera vez que veo una película de Kitano. Lo cierto es que quería empezar por una cinta que fuera representativa de su cine, a ser posible de sus primeros trabajos. Me decanté finalmente por Sonatine y me dispuse a verla con elevadas expectativas.

Buena parte de lo que me habían comentado y/o había leído por ahí es cierto.
Se conjugan imágenes y pasajes realmente serenos y hermosos con violencia explícita. Violencia que te sacude de golpe, cual bofetada a mano cambiada. Sobre todo porque surge de sopetón e incluso sin venir a cuento, en ocasiones.
Kitano rueda de forma algo lenta, pero elegante...sin embargo muchos personajes, empezando por el que interpreta él mismo, se muestran demasiado fríos ante la cámara, casi inexpresivos, lo cual se pone especialmente de manifiesto cuando aguanta el plano y se ve la misma cara de palo durante unos segundos.

En cuanto al argumento en sí y su desarrollo, tengo que decir que los comienzos del film, más contextualizadores que interesantes, no son gran cosa. Pero va mejorando progresivamente y todo acaba de forma magnífica. El final es de esos que casi justifican por sí solos el visionado. No es que contenga un giro inesperado o resulte original, sino que da gusto contemplarlo, es tremendamente fatalista, a la par que bello. No podía haber sido diferente.

Al grano: es una peli decente. Solvente sería la palabra. Se deja ver de principio a fin manteniendo en todo momento el ritmo y el interés.

Las actuaciones son más que correctas. Todos están estupendos en su rol y quizás destacaría el personaje de la enfermera, pero ninguno desentona.

Tiene una historia más o menos convencional bien hilvanada y que cuenta con un buen final. A muchos les sorprenderá pero, en todo caso, tampoco es que sea muy original (lo cierto es que a estas alturas, resulta difícil encontrar alguna película del género que lo sea).

Lo que puede fascinar en pequeñas dosis, si se alarga a la bruto acaba empachando cosa mala.

Devorar esta película de principio a fin es un reto considerable. Primero porque sabes paso a paso lo que va a suceder, al menos en mi caso (y doy por hecho que en el de la mayoría), con lo cual la capacidad de sorpresa es prácticamente nula. Segundo porque reitera demasiado las cosas; sirva de ejemplo el detalle del primer plano de la "boca narradora" (si cortasen y pegasen todas las veces que hace acto de presencia, daría para un buen cacho). Tercero por la ausencia de música, sonando en su lugar un repertorio de ruidos que se vuelve cansino, hasta desagradable.

Hay mucho trabajo detrás. Stop Motion artesanal y firma personal del autor, que da su toque particular a la obra, aunque sólo sea en lo que atañe a la estética pura y dura. Para mi gusto, esta última es más fea que tétrica. No creo que a un niño le resulten atractivos esos muñecotes hechos con huesos, calcetines y ojos de plástico... Me moló la representación de las figuras con cartas y poco más.

El título de mi crítica hace referencia al corto final (que no tiene nada que ver con el resto de la película y es incluso más desconcertante). Me parece de un nivel más resultón que el resto (y grueso) del metraje.

Irreversible es una película realista. Es más, es terriblemente realista. Supongo que ésa era una de las principales pretensiones de Gaspar Noé, junto con la de impactar y no dejar indiferente. Misión cumplida, pues.
Algunos dicen que los hechos narrados son demasiado exagerados, con lo cual pierde valor y autenticidad. No podría estar más en desacuerdo. Los acontecimientos que se suceden no ocurren todos los días y menos de una forma tan contundente. A Dios gracias. Pero PODRÍAN ocurrir. Me parece totalmente factible...y no hace sino confirmar la valía de dirección e interpretaciones. Algo real no tiene por que ser algo común.

El mensaje es sencillo, un acto puede acarrear una secuencia de consecuencias que van surgiendo de forma fatalista, casi lógica y casi inevitable. Es como una máquina de efectos encadenados o una línea de fichas de dominó que van derrumbándose. De ahí la aseveración de Álex de que el futuro ya está escrito (y surge en los sueños premonitorios). El tiempo lo destruye todo, si así ha de ser; los hechos se precipitan y somos comparsas, testigos o víctimas.

Cassel me parece un actorazo como la copa de un pino. Ya me convenció en la estupenda "La Haine" y aquí sigue reafirmando mis impresiones más positivas. Bellucci vuelve al rol de mujer hermosa maltratada, como en Malèna. Claro que de forma mucho más brutal y directa...

En general me pareció un ejercicio interesante el de mostrar los acontecimientos de forma inversa en el tiempo. Así como pasar del negro al blanco, cuando suele ser al revés (ejemplos a porrillo, sirva el de "Réquiem por un sueño"). La camara, que parece ser la misma en todo el metraje, sigue largas secuencias (más méritos y halagos para el reparto, dado el plus de dificultad añadida, ya alto de por sí), da vueltas en un punto muerto o en un objeto concreto para enlazar secuencias y da toda una retaila de sensaciones, no todas ellas agradables, por supuesto. Según lo que suceda se muestra mareante, incluso diría que nerviosa o, en el extremo contrario, serena. A veces parece no sólo que hay una única para todo el rodaje, como alguien puntualizó ya, sino que es la vista del propio espectador, como un tercero en medio de todo el embrollo.

¿Adaptar la realidad o mostrarla para bien o para mal?
En todo caso expresar y convencer. Vaya si Irreversible lo hace.