Quizás porque la cultura y tradición japonesas son completamente diferentes a la occidental, quizás porque son mucho menos trascendentales que nosotros, quizás porque la muerte forma tan parte de ellos como la vida, quizás porque no les asusta que llegue su último suspiro. Quizás por eso en Japón en general y Hirokazu Koreeda en particular, hablan de la muerte con una naturalidad pasmosa.

En "Still walking" podemos escuchar esta conversación entre dos ancianos:
- Tengo la sensación de que mi tiempo se podría acabar cualquier día. Cuando ocurra, quiero que esté conmigo en mi muerte.
- En ese caso, te sobreviviré.

En España, Europa o América la conversación sería algo diferente:
- Tengo la sensación de que mi tiempo se podría acabar cualquier día, no? Si ocurriese, quiero que esté conmigo hasta el final.
- ¿Ocurrir, qué? Si usted todavía está muy joven, al menos le quedan 10 años para disfrutar de sus nietos, y espérese que no crezca aún más la familia!

Nosotros intentamos evitar la muerte, en Japón la afrontan, la esperan sin miedo y la viven con naturalidad. Koreeda debe de ser uno de los directores más prolíficos en asuntos mortuorios. En "Still walking" Koreeda habla del implacable paso del tiempo. A un anciano matrimonio le visitan sus hijos. Un hijo casado con una viuda con un niño, y la otra hija casada y con dos hijos. Abuelos, padres y nietos hablan con total naturalidad de los familiares muertos. Un hijo de los ancianos murió, y su foto preside la casa.

El director japonés perdió a su padre y a su madre, y como hijo arrepentido por no haberlos atendido como debieran, les ha hecho una película homenaje. El mismo Koreeda reconoció sus influencias familiares para hacer el film. "A pesar de ser una película de ficción, me basé en la personalidad de mi madre y en su forma de hablar para la madre del protagonista. Quería hacer una película en la que reconociera a mi madre. No quería llorar su pérdida, sino volver a reír con ella. Así nació este largometraje".

No es la primera vez que Koreeda habla de la muerte. "After Life", "Maborosi", "Distance" o la aclamada "Nadie Sabe", tratan en mayor o menor medida, la muerte.

En poco más de una hora se pueden contar historias encantadoras. No hace falta gran cosa, ni presupuestos desorbitados, ni actores conocidos, ni efectos asombrosos. Lo único necesario es un buen guión, uno de esos que escasean, uno como el de "Somers Town". Esto, unido a un director con entusiasmo y talento y a un reparto adecuado, y tenemos películas maravillosas. Visto así, tampoco parece tan fácil, por eso este tipo de films están en peligro de extinción.

Meadows pasea su cámara por los alrededores de la estación de King Cross acompañado de dos amigos. Marek (Piotr Jagiello) y Tomo (Thomas Turgoose) se conocen en circunstancias extrañas, uno es polaco, el otro inglés, uno hace fotos, el otro se pasea sin un hogar a donde ir; pero los dos se hacen amigos, y los dos se enamoran de la misma chica. "Somers Town" es una película realmente entrañable.

Los dos jóvenes actores son unos figuras, tremendos. Existe una complicidad entre ellos que sobrepasa la pantalla. También me ha encantado la Banda Sonora Original de Gavin Clark y Ted Barnes, es magnífica y acompaña a la perfección a estos dos jóvenes por los barrios de Londres.

Hay una gran diferencia entre una "película de adolescentes" y una "película sobre adolescentes". "Speak" estaría englobada en el segundo grupo. En el primero estarían films como "American Pie", "Supersalidos", y de más comedias absurdas. Algunas tienen su gracia, otras son patéticas. Pero el fondo de estos films no es otro que el entretenimiento y la risa fácil, en muchas ocasiones es básicamente humor sexual o escatológico.

Para ver desde un punto de vista más sincero un film sobre adolescentes, hay que acercarse a películas como "Speak". Jessica Sharzer nos acerca a los problemas de una joven que empieza un nuevo curso, sin amigas, sin intereses y sin nada que le motive. La joven Melinda Sordino se encuentra deprimida y desorientada, y además se ha cerrado a todo el mundo y no cuenta sus problemas a nadie. Sus padres aunque se acercan tímidamente a ella, no le preguntan, sus amigas le dan la espalda, y ella se refugia en la pintura. Mediante flshbacks comenzamos a conocer porque Melinda ha llegado a esta situación y comprendemos su depresión.

Creo que el film se acerca muy acertadamente a los problemas de los jóvenes, y a pesar de que la película es un drama realizado con gran estilo, al final la película va hacia el lado más sencillo. La adolescencia es para muchos jóvenes una etapa fascinante, sin embargo, para otros es un dolor agudo cada segundo que pasan con vida. Melinda sentía ese dolor.

No sólo no tuvieron suficiente con hacer tres temporadas de más, sino que también han hecho una película de sobra. "The Final Break" es una mierda por un motivo muy simple.

Después de todo lo que han pasado estos muchachos para ser libres y para que Scylla no cayera en las manos equivocadas, ¿nadie puede ayudarles para sacar a Sara de la cárcel? Paul Kellerman manipulaba videos, pruebas, hacía milagros. ¿Ahora no puede hacer nada para sacar a Sara de la cárcel, tiene que sacarla Scofield? ¡Venga ya, es ridículo! Se supone que estos chicos deberían de tener muchísimos privilegios.

Por cierto, qué fue de Scylla?, ¡No me jodas!, ¿Salvan el mundo y siguen siendo gente señalada? No es normal, nada de la serie lo es, a pesar de ser un magnífico entretenimiento, pero este desenlace es ridículo.

Es una lástima que alargaran más de lo necesario esta exitosa serie. La primera temporada de "Prison Break" fue un fenómeno social, una asombrosa serie con un ritmo frenético, que temporada tras temporada se fue diluyendo y repitiendo. Aún así, no seré yo quien ponga a parir la serie. El resto de temporadas no alcanzan, ni de lejos, el nivel de la primera, pero igualmente las he disfrutado de sobra.

En muchos capítulos da la impresión de que nos toman el pelo, que nada encaja, y realmente, así es. Prison Break es un rompecabezas que se va liando y complicando hasta límites irrealistas e inconcebibles, pero tragamos y perdonamos. Es efectivamente, como la comida rápida, como la cocaína, como un polvo indebido. Prison Break tiene algo que te impulsa a verlo, a pesar de sus muchos errores, sus descuidos y sus idas de pinza.

Lo he pasado bien viendo Prison Break, es un entretenimiento extraordinariamente bien realizado. De toda la serie me quedo con algunos personajes. Alexander Mahone me parece de lejos el mejor de los protagonistas, no sólo su personaje es el más interesante, sino que también está interpretado magníficamente. A John Abruzzi, Paul Kellerman y T-Bag también les guardaré un buen rinconcito en mi memoria. Tampoco me olvidaré de Scofield.

Primera Temporada. Nota: 9'5.
Segunda Temporada. Nota: 7.
Tercera Temporada. Nota 6.
Cuarta Temporada. Nota: 7.

En spoiler hablaré de lo que considero mejor de cada temporada.