Lee Chang-dong, el destacado director surcoreano de películas como Poetry y Secret Sunshine, está de regreso después de ocho años con Burning, película basada en la historia corta Barn Burning de Haruki Murakami. Afortunadamente, esta semana la película llega a carteleras mexicanas después de su estreno en el Festival de Cannes de la edición 2018.

Burning enreda al espectador a través de su evolución paulatina. Al inicio parecer ser un drama sobre la inquietud de un joven. Sin embargo, la película evoluciona a un misterio que crea numerosas suposiciones sin preocuparse por dar respuestas. Más bien pretende confundir y presumir con lo que vemos en pantalla, pues únicamente contamos con la visión de Lee, quien no es una fuente fidedigna, al actuar motivado por sentimientos infundados de posesión, privilegio masculino y “amor”.

Lovesick empieza cuando Dylan (Johnny Flynn), un veinteañero (¿o treintañero?) que vive en Londres acaba de enterarse que tiene una enfermedad de transmisión sexual, por lo que tiene que ponerse en contacto con todas sus parejas sexuales pasadas para informarles y tomen las precauciones necesarias. Pero no dejen que la premisa de la serie los engañe, pues únicamente funciona como el catalizador de la historia y, de esta forma, viajar al pasado y conocer sobre sus peripecias en el amor y entender cómo es que llegó hasta donde se encuentra actualmente. Tanto en los flashblacks como en los sucesos actuales, Dylan siempre está acompañado por sus dos mejores amigos, Evie (Antonia Thomas) y Luke (Daniel Ings), quienes tienen un papel fundamental en su vida y en su historia sentimental (conforme pasan las temporadas estos personajes se desarrollan más, se vuelven más complejos y parte de la historia ya se centra en ellos).

Lo padre de esta serie es la sencillez con la que se presenta la historia y la naturalidad con que ésta fluye capítulo tras capítulo. Los tres actores principales tienen una química envidiable y palpable, lo que hace parecer que casualmente tenemos la oportunidad de presenciar un grupo de amigos reales y no una serie de televisión. De igual forma, las situaciones que suceden en la serie son realistas y honestas, lo que nos ayuda a desarrollar simpatía por los personajes principales y hasta podemos empezar a identificarnos con ellos, hecho que hace que en verdad nos involucremos en la historia y queramos la felicidad de Dylan, Evie y Luke.

Esta serie es una comedia romántica de 30 minutos por capítulo que es fresca, realista (nada de sucesos irreales hollywodenses) y honesta. A lo largo de los capítulos he muerto de risa, me he identificado con las emociones que demuestran y en muchas ocasiones, meha tranquilizado conocer un punto de vista en cosas del amor y de la amistad que me ha quitado el sueño de vez en cuando.

En verdad se las recomiendo ampliamente para que la empiecen a ver AHORA MISMO. La terminarán en un fin de semana y se quedarán con ganas de más. (Y btw, si quedan obsesionados con Johnny Flynn igual que yo, les comento que es poeta, compositor y cantante, y tiene muy bonitas canciones, por si quieren buscarlo después y escucharlo).

Esta parodia a las clásicas comedias románticas está llena de comentarios simpáticos y críticos a los estereotipos de los que se cuelgan las grandes producciones hollywoodenses para hacer suspirar a su público objetivo. El problema es que no son comentarios que no se hayan discutido antes.

Personalmente, no me gustan las comedias románticas, concuerdo con algunos de los comentarios dentro de la película que las califican como sentimentales y absurdas. A mi entender, la cinta no está hecha para disuadir de disfrutarlas, sino que justifica el placer culposo que sienten algunos por consumirlas y al hacerlo, se convierte en una comedia romántica más.

Los números musicales son sencillos y me atrevo a decir, aburridos, es difícil dejar de compararlos con cosas que se han hecho antes. Lo que me lleva a las alusiones que hace. La banda sonora, el vestuario, y el guion en general tienen referencias a películas como Cuando Harry conoce a Sally, Jerry Maguire, Notting Hill, Mujer bonita, Si yo tuviera 30, entre muchas otras. Si ustedes son entusiastas del romance en el cine seguramente se divertirán encontrando las múltiples referencias.

En conclusión, ¿No es romántico? es una película con un público definido, cuyo interés por el género les hará pasar un buen rato.

Aeon Flux tiene dos representaciones distintas entre sí (la animación y la película), ambas comparten el contexto, pero ciertos detalles en la trama, en los temas tratados y en la estética ponen a la película de Hollywood como una versión notablemente inferior de la animación.
La serie animada, la original, vio la luz en octubre de 1991 en MTV (justo cuando MTV no era Jersey Shore o Teenage Mom) y se desarrolla en un futuro postapocalíptico, altamente tecnificado donde “coexisten” dos sociedades distintas, una basada en el orden absoluto (Bregna) y otra en la libertad individual, casi anarquista (Monica), aunque esta separación va desapareciendo conforme pasan los capítulos, las sociedades convergen al punto medio.

La historia se centra en dos personajes, Trevor Goodchild y Aeon Flux, con una relación compleja y tormentosa, pues son amantes con diferentes objetivos, que en ocasiones los hace enfrentarse o ayudarse. Estos personajes son introducidos como enemigos, ya que Aeon busca matar a Trevon en el primer episodio y aún ahí se siente cierta tensión sexual en el aire.

La serie es alucinante y surrealista, no solamente por su estética sexualizada y violenta, sino también por la profundidad de los temas tratados en cada capítulo, incluyendo el amor, celos y voyerismo, hasta desafiar el concepto de héroe como lo conocemos. Cada episodio es, en gran medida, autónomo entre sí, y podría en principio mirarse sin un orden claro; sin embargo, no lo recomiendo ya que existe un hilo conductor claro que une toda la serie.

Battle Angel: la última guerrera está basada en la serie de manga Gunnm, que significa “Sueño de goma”, de Yukito Kishiro. Fue dirigida por Robert Rodríguez (Desperado, Sin City, Machete y Del crepúsculo al amanecer), escrita por James Cameron (Titanic, Avatar y Terminator) y Laeta Kalogridis, y producida por Cameron y Jon Landau (Titanic). No cabe duda de que en su manufactura participaron genios de la industria; y de hecho, es un proyecto que Cameron intentó hacer por muchos años, hay reportes que señalan que desde 2003 está en proyecto.

Sin duda, lo que más me gustó de la cinta, es la excelente adaptación del material original. Poco tiempo tuve para ponerme al corriente, pero es claro que los encargados de adaptar la historia lo hicieron perfectamente en cuanto al conflicto de Alita.