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España España · El árbol de la ciencia, calle Pío Baroja
Críticas de Lulita
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Críticas 118
Críticas ordenadas por utilidad
Taxi (Serie de TV)
Serie
Estados Unidos1978
6,2
583
James L. Brooks (Creador), Stan Daniels (Creador) ...
9
10 de noviembre de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Danny DeVito, Judd Hirsch, Tony Danza, Andy Kaufman... grandes actores para una sitcom prácticamente olvidada a día de hoy.

Tuve la inmensa fortuna de tener durante mi adolescencia el canal Sony en VOSE, por lo cual pude ver varias series y sitcoms de antes y de ahora, entre ellas "Taxi", que solían proyectarla a la hora de comer, y que rara vez me perdía, por lo divertida y original que era. Ningún capítulo me parecía aburrido o repetitivo, y además me parecía una sitcom diferente a todas las demás, por su ambientación y temática. ¿Cuántas sitcom habrá sobre taxis, autobuses, trenes, etc..., sobre todo en aquella época? Desde luego que ha sido una gran idea hacer una sobre taxistas.

Danny DeVito está perfectamente caracterizado como el jefe bajito, gordo y cascarrabias de una ¿empresa? de taxis neoyorquinos, y más de una vez me ha hecho reír con sus desaforadas reacciones ante las problemas y desavenencias, y sobre todo con su maltrato hacia el taxista medio tonto que encarnaba Andy Kaufman (el mítico "hombre en la luna").

Judd Hirsch, el actor judío tan simpático que también hizo un papelón en "Independence Day" (cualquiera que la haya visto no olvidará su frase: "Nadie es perfecto", cuando uno le dice que no puede rezar porque no es judío), encarna a un taxista asertivo y con la cabeza bien amueblada, por lo cual es el protagonista. Cuando la veía, era el personaje que más me gustaba, por algo sería.

Y del resto... Bueno, esa serie la vi hace muchísimo tiempo, apenas me acuerdo. Me disculparéis si no doy más detalles, ya me ha costado bastante recordar todo lo anterior.

Eso sí, me quedo con las fantásticas imágenes del puente de Nueva York que atraviesa un taxi mientras dan los créditos iniciales.

Y qué nostalgia destilaba esa sitcom... Era tan de la época, y se me hacía bastante raro verla, siendo de los años noventa. Si no os parece buena, entonces como reliquia histórica os valdrá, al menos, ¿no?
Lulita
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10
31 de julio de 2013
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conozco la película desde niña. Y siempre que la recuerdo, me viene a la mente la escena donde Clarice confiesa la razón de su huida del rancho de su tío (los corderos). Recuerdo su mirada cristalina y temblorosa, su rostro tenso y su ceño fruncido, mientras cuenta su pequeño gran trauma, envuelta en penumbra opresiva. A un psicópata, nada más y nada menos. Sincerarse, contar lo que jamás te habías atrevido a contar a nadie... ¡con un psicópata a quien estás interrogando! La conexión que se establece entre ambos es tan intensa, que llegas a sufrirla, a anhelarla. Y el clímax de dicha tensión, para mí, se produce en el momento en que, al entregarle los folios, le roza delicadamente la mano con un dedo (y, por supuesto, Clarice no siente rechazo... más bien todo lo contrario). Magistral, bellísimo.

¿Qué siente Hannibal por ella? Hay muchas conjeturas, y por lo que he leído, en "Hannibal" (una de sus secuelas) se deja claro ese tema. Pero yo, sin verla, sino basándome únicamente en lo que he visto en "El silencio de los corderos", presupongo que ha visto en ella un diamante en bruto, y decidió utilizar sus elevadas capacidades para hacer el Bien (¿una vez más?); es decir, transformarla, convertirla en una mariposa hermosa, y así regalar algo bueno al mundo. Se convierte en su obsesión, en un proyecto. Por eso no la mata. No quieres matar lo que tanto quieres, lo que has creado.

Y ella metamorfosea. Se convierte en una resplandeciente mariposa. Lo consigue, y Hannibal le dio la llave para ello: le permitió enfrentarse a sus propios fantasmas y madurar, salir adelante, en definitiva, acallar los gritos de los corderos en su mente. Desde luego, seguro fue un buen psiquiatra antes de meterse a devorar gente.

Pobre Buffalo Bill. Cuando cayó fulminado por el arma de Clarise, sentí congoja. Una infancia terrible, unos imperiosos deseos de cambiar, de salir de sí mismo y ser otro... como la crisálida a la que tanto mima. Despellejar y ponerse la piel de otro para así saciar sus más viscerales impulsos. Nada más que un animal trastornado, infeliz. El Thánatos autodestructivo. Y al final lo consiguió: acabaron con él, acabaron con su miseria y sus penurias. Sentí congoja, pero al mismo tiempo alivio. Ya no tendrá que padecer más la existencia, el permanente estado de crisálida, la frustración de no poder superarlo y estar por fin a gusto consigo mismo, ser normal.

En fin, una película grandiosa, puro thriller psicológico de calidad.
Lulita
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7
20 de junio de 2011
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las películas que marcó mi infancia. Tom Hanks jovencito y guapete, un perro moloso que nos recordaba mucho al que teníamos (aunque fuera un bóxer) y por eso nos hacía tanta gracia, y las desventuras que corrían juntos... adorables.

Esa película, aunque pretende ser una comedia desternillante, tiene momentos dramáticos, muy dramáticos. Sigue en spoiler este apartado (puesto que desvelaré partes de la película):
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lulita
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9
10 de marzo de 2016
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy de la generación de "Mi pobre angelito". Elijah Wood tampoco era un desconocido para mí: ya de niño actuaba en películas infantiles que nos tragábamos mi hermana y yo, como por ejemplo la tristemente infravalorada y despreciada "North", con un jovial Bruce Willis como compañero de reparto.

"The Good Son", aka "El ángel malvado", no fue una película taquillera; de hecho, si no fuera porque teníamos TV por cable y éramos aficionadas a ver películas cada día, no la habríamos conocido nunca.

No obstante, de todas las películas que hizo Macaulay o Elijah, puedo decir que es la que más huella me dejó. Puedo enumerar varias razones:

1) La más obvia: era una niña, y todo lo que uno ve de niño y le gusta de verdad, se queda marcado en su memoria, aunque luego de adulto vea películas aún mejores.

2) Que actuaran juntos Elijah y Macaulay era todo un hito para mí: dos titanes de la interpretación infantil, ¡juntos al fin! Era emocionante ver ese duelo de actuaciones: yo estaba de parte de Macaulay (pues yo era la gamberra), y mi hermana de parte de Elijah (siempre fue mucho más sensible y madura que yo); y esperábamos ansiosas al final para ver cuál ganaba.

3) El poso que deja la película en el alma. No es una película superficial, a pesar de lo que pueda aparentar. Después del chocante final, nos quedamos boquiabiertas, pensando en si sería posible algo así en la realidad, si una madre puede realizar tal elección... cómo vivirá esa madre después de aquello. Como comprenderéis, tales reflexiones, en la mente de una niña pequeña, suponen una revolución interior, un punto de no retorno, una inflexión en la manera de ver las cosas. Y si aquello lo provoca una película, pues dicha película pasará a ser parte indeleble de la personalidad de la niña.

4) Ver a Macaulay siendo un niño malo. No daba crédito a mis ojos. De hecho, a día de hoy, sigo sin dar crédito...

5) La gran interpretación de Elijah Wood. Con cuánta pasión y desesperación exclama desde la ventana el nombre de su futura madre, "¡Susan!, ¡SUSAN!", antes de escapar corriendo para buscarla... Esta escena, además de la de la elección final, es la que con más intensidad recuerdo. Es un gran actorazo Elijah, y bien lo ha demostrado desde pequeño. Su talento es innato. Macaulay no actuaba tan bien, pero su capacidad de ser malvado demuestra su facilidad para empatizar, cambiar de registro; y así lo está demostrando hoy en día, labrándose un buen perfil y una carrera respetable, dejando atrás su pasado de niño estrella y joven drogadicto.

En fin... Grandiosa película. Ojalá la hubieseis vivido como yo lo hice. Experiencias únicas, irrepetibles en la vida, en la Historia.
Lulita
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9
26 de octubre de 2011
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, puede ser humor tonto, estúpido, e incluso absurdo, pero joder, está hecho de puta madre, no me jodáis. Adam Sandler consigue que Happy Gilmore sea un personaje la mar de entrañable y gracioso, y los demás personajes no son menos que el propio protagonista, lo que YA ES MUCHO DECIR, vamos. Es difícil encontrar una película donde todos y cada uno de los personajes, extras y animales incluidos, brillen por igual y te arranquen una risita bobalicona.

Es la primera película que hacen Adam Sandler (protagonista y escritor del guión) y John Dugan (director) juntos, y debo decir que, a mi criterio, es la mejor de todas las que Sandler ha hecho. La duración de la cinta es la justa para entretener y nunca aburrir; los gags son ingeniosos y están impecablemente hechos; las interpretaciones son deliciosamente hilarantes; incluso la mujer a la que ama Happy encaja, con lo difícil que es que una mujer no desentone para mal cuando se trata de comedia. Y Adam Sandler es más Adam Sandler que nunca. Ah, y Ben Stiller se sale en su papel de enfermero sádico, dios. Es tan buena para mí, que he perdido ya la cuenta de veces que la he visto.

En fin, todo un canto al optimismo (Happy Gilmore siempre ve o encuentra el lado positivo a las adversidades -el final es un perfecto ejemplo-), la alegría (H. G. tiene un gran sentido del humor), el esfuerzo (H. G. nunca se da por vencido -no hay más que ver la de veces que se ha presentado a la prueba de hockey-), la solidaridad (H. G. haría lo que fuera por su abuela -y por cualquier otra persona, no cabe duda-), el amor por tus semejantes (H. G. quiere a todos, y así es cómo consigue que todos le quieran y adoren -por más putadas e idioteces que cometa-), etc... ¡todo eso en una comedia aparentemente tan tonta y simplona!

Mención especial para el caimán, al que le he cogido un cariño inmenso. No me cansaría nunca de verle atrapar la bola una y otra vez.
Lulita
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