Antes del estreno de esta serie en Netflix, se comentaba que iba a reemplazar a GOT, pero no está cumpliendo. Está basada en una saga literaria de 8 libros, osea que quedarían 7 temporadas más de The Witcher. Geralt de Rivia el personaje principal (Henry Cavill) que para ser un cazador de monstruos caza muy pocos monstruos durante los 8 capítulos. Además existen quizás 3 historias paralelas, contadas simultáneamente y que nunca cierran y que a penas se cruzan; claro, se deja abierta la historia pensando en la segunda temporada en vez de cerrar dignamente la primera... así trabaja Netflix. En cuanto a las actuaciones, todas dejaron mucho que desear, incluso el ex-Superman que este nuevo papel le sentó bastante mal.

El cine se basa en la estructura de tres actos, esta película no los cumple. Mas allá de ser desagradable desde la primera escena, no se justifica tanto sexo falso. Es demasiado inverosímil. Dejando de lado las pésimas actuaciones también hay que decir lo flojo del guión, un argumento que debió haber sido para un cortometraje.

Una buena mezcla de humor negro y drama, pero, esta parte de comedia fue poco explotada ya que tenemos a una excelente dupla Emilio (Oscar Martínez) y su nieta Blanca (Mafalda Carbonell). Ellos dos son los encargados de llevar adelante (solos) la película, aunque esperábamos algo más delirante de ambos: enredos, locuras, desencuentros y encuentros y demás. Más allá de las muy buenas actuaciones de ellos, hay que sumarle el nivel de Inma Cuesta a quien ya vimos en Argentina en Kloblic. El segundo acto tiende a ser plano, salen de un lugar y llegan a destino sin demasiados problemas, ya en destino ocurren algunas cosas que concluyen de manera bastante básica. Vivir dos veces es una muy agradable comedia que se basa en una muy buena estructura cinematográfica, un guion que es llevadero y maravillosas actuaciones.

Es casi imposible buscarle algo bueno a esta película. El guion es absolutamente soso, carece de toda intención dramática, en formato cortometraje de 15 minutos seguro hubiera funcionado, pero no como largometraje. La dirección de fotografía es pobre, sin idea de cómo iluminar los interiores para que no parezcan irreales; los puntos de cámara básicos, nada creativos. Más allá de haber muchas escenas que sobran por no agregar nada al argumento, nos quedamos como lo peor en las actuaciones, y que a pesar de estar Nicolas Cage, no logra repuntar la mala dirección de actores que tiene.

No basta con que estén Pedro Alonso y el gran Nacho Fresneda como actores principales, esto no alcanza a remontar un relato bastante absurdo y carente de misterio. No tiene una trama principal definida, la película se va dando en base a 2 subtramas, una menos interesante que la otra. Tiene muchísimas escenas que sobran que, de quitarlas, no alterarían en nada la historia. Las actuaciones son buenas, pero los personajes no son empáticos. “El silencio del pantano” no recurre a técnicas narrativas interesantes, más bien todo lo contrario. Soluciona escenas de maneras simples y sin justificaciones. Está basada en una novela y eso se nota, no tiene acción visual que toda película debe tener. Los personajes se mueven por lugares e interactúan con el resto de una manera que se hace demasiado obvia. Parece ser que el objetivo era no sorprender. La dirección de fotografía es básica y va acorde a las locaciones que no son nada deslumbrantes. El tratamiento sonoro deja mucho que desear al igual que su banda sonora.