Haz click aquí para copiar la URL
España España · murcia
Críticas de suzukid
<< 1 2 3 4 >>
Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
10
7 de febrero de 2012
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este Eclipse, como en Viridiana, donde también actúa Paco Rabal, se nos muestra el cambio de un mundo. Aunque en este caso el mundo ya ha cambiado. Aquí, Paco Rabal aparece poco y aparece como una sombra resignada al atavismo, es el antiguo galán que ya no atrae a una niña en una crisis de valores. Una muñeca sin ganas de pagar la ‘fiancé’ del compromiso. Que así entra en una situación de abulia permanente. Este Eclipse, como un baile entre la luna y el sol, juega en dos planos. La frialdad con la que se viven las escenas de amor da lugar a la excitación con la que se juega en bolsa. El verdadero amor es al dinero.
La bolsa es un mundo peculiar y caótico, poco conocido por el común de los mortales. Nadie apuesta en cine por hablar de él. Incluso hoy día. Pocos nos explican a qué juegan y con qué juegan, para que no sepamos que su actividad completamente legal, pueda ser a veces completamente inmoral. Entre el ruido y la furia, la bolsa unos días sube y otros baja, sin más razón. El caos y la desesperación de los inversores no afecta a la frívola Vittoria. No es estupidez. Simplemente no empatiza con el mundo que le rodea. Ella representa otra cara que posibilita la modernidad. La de la persona sin rumbo, pero no por ello infeliz, que ha cambiado cualquier proyecto de afianzamiento por un delicado estado de juego permanente.
En la bolsa se suceden las olas de ira del pequeño inversor tras una fuerte caída. Que va y que viene con sus activos convertidos en papel para dibujar. Los grandes inversores no aparecen en ningún momento. Solo entran en contacto con sus agentes a través del siempre presente teléfono. Mientras, los brókers más espabilados se relamen y siguen ganando y a lo suyo. Los inversores arruinados buscan culpables. Una frase “son los socialistas los que lo joroban todo” ¿la culpa la tienen los que no especulan? Otra frase, la culpa es de los políticos “los políticos tiran de los hilos”. Esta película es del 1962. Cuando al parecer aún existía un poco de control sobre el insaciable “mercado”. Así que es imposible no ver una clave de actualidad. Como sabemos, los inversores insatisfechos con lo establecido, lograron imponer por la vía política la desregulación, una globalización del dinero que les permite especular del todo con todo. Más reflexiones curiosas “¿A dónde va el dinero cuándo la bolsa cae?” Pregunta la pizpireta Vittoria al descreído y ameno Alain Delon. Ni lo sabe ni le importa. El dinero está en el aire, como lo está el amor, pero en ningún otro sitio próximo. En la bolsa unos ganan y otros pierden. Ganan los fuertes, claro. O sea, los ricos. El que sabe puede ganar millones en segundos. Quitando al dinero la dimensión de meritorio. Despojándolo del trabajo. Se puede vivir jugando en la bolsa y en el amor. El truco está en no sentir dolor cuando se pierde. (siga leyendo, no es spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
suzukid
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
27 de agosto de 2011
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Peliculón. Al principio pensaba que era otra copia de la puesta en escena kaurismaki. Pero luego pensé que era más bien la peli que nunca consigue hacer von trier. Personajes sobrios pero al límite en un mundo de moralidad vuelta del revés. Donde hasta los símbolos más básicos son trastornados por un intento de utopía doméstica que te deja con el culo torcio, y ciertamente, la peli es retorcida. Mola que te enganche por su hipnotismo. Pero que la entiendas bien entrada la película.
suzukid
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
23 de octubre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fando y Alexander Jodorowsky y Lis, primera criatura fílmica del hombre del piano en los dientes, podría pasar por una buñuelada bien cargada de menjunjes surrealistas, pero con extra de guindilla psicoloca. Tras su reproducción en salas y salitas de estar, se han descrito muchos casos de inflamación encefálica conocida como simbolitis jodorowskiana. Para los de estómago delicado, también van bien servidos, pues no faltan los espectáculos procesionales con monstruos tramoyescos al más puro estilo circense felliniano.
Y para los que piensen que están locos de a-Tar porque aman los funerales en plan Harold y Maude, aquí van a tener buena ración de ello. Lis por aquí que te vis y Fando Waldo Geraldo, o lo que es lo mismo, cojachonda y pitoflójico, son Eva y Adán felizmente enamorados, tiernos e ingenuos como un phoskito y un tigretón a la búsqueda de su infierno perdido. Orfeo y Eurídice juntos, caminito del precipicio del Hades a ritmo de Pachamama mix, a tope de sustancias psicorumberas, con gramofón portátil para amenizar el trayecto.
La película fue tildada de provocadora y revolucionaria, pero lejos de la experimentación formal aparente, en el baile de máscaras, hay una línea sencilla, englobada en esa expresión (tan horrible) que es “el viaje iniciático”, con pruebas y pesadillas a superar. Donde Jodorowsky mete a presión toda la visión mágica, excéntrica, acéntrica, de su empacho psicoanalítico. Muertos estos perros, se acabaron los relatos freudianos. Con lo que se desmiembran los significados simbólicos para quedar viva una sucesión yuxtapuesta de esperpentos y de frescos rocambolescos. Con un pie, o las dos piernas cojas, metidas en un fango heterogéneo de supuestos ritos ancestrales, con supuestos poderes sobre la vida y la muerte.
La película fue tildada de provocadora y revolucionaria, pero vista desde nuestros ojos, entre tanto atavismo se cuelan elementos tan conservadores como esos inmutables arquetipos de género, la mujer es en exceso débil (aunque sea en apariencia), y es una carga para un hombre que está en busca de su virilidad: feliz aventurero, violento y dionisiaco.
Décadas después no ha cambiado mucho la historia en la cabeza de este hombre. Si te pica, pues te Jodorowsky. Él siempre tiene una solución sanadora no suscrita por la OMS: cúrate matando al padre, enterrando a la madre, copulando con tu hermana, pintando con sangre de la regla de tu abuela muerta las paredes de la cuna de tu prima. Al tun, catapún y al vino, pepino. Por si eso no bastara, recita palabras con poder, pregunta a seres mitológicos y busca conexiones cósmicas. Ya verás como así, llegarás a ser quién tú quieres ser, llegarás a estar loco, de los de a-Tar y podrás pregonar sobre lo místico, siempre bien ensartado en los términos de lo atávico y lo mítico, y vender fantasía al por mayor. Ciertamente, Jodorowsky representa un batiburrillo de obsesiones aparentemente provocativas que podrían sanar a un montón de pitonisas en crisis existenciales. Al fin al cabo al propio autor todo esto sí le ha acabado sanando, pero más que la mente, el bolsillo.
Se pueden aplaudir también varios logros de Jodorovsky. Lejos de análisis, la película es un chute, un cuelgue placentero y psicoactivo. Proyecta fragmentos de visualidad incontestable que te absorben igual pensando si detrás de cada acto y cada escena hay una explicación simbólica, o no. Momentos de escalofriante belleza hay unos cuantos, desde la rosa masticada con soltura de la primera toma a esas tonadillas terroríficas. “Nadie se acordará de mí cuando haya muerto”, “qué bonito es un entierro”. Hay que felicitar a este hombre, simplemente por ser, a su manera, completamente libre y mostrar que puede haber un proyecto ético coherente detrás de la forma. Puede enseñar a muchos pequeños futuros hijos del cine la posibilidad de hacer un algo diferente lejos del centro de gravedad permanente del cine mundial (sito donde ya saben ustedes), apenas alterado por, por ejemplo, el racionalismo y realismo de cines como el europeo.
Pero el mayor logro de Fando y Lis, de Jodorowky y Arrabal, es la capacidad, consciente o no, de crear un nuevo mito al estilo clásico del héroe. Él, un hombre, impotente y frustrado, se sacrifica para que su amada, enfermiza e incapaz, alcance el paraíso y la salvación. Allá en Tar, donde “verás al pájaro que bebe una gota de agua cada cien años” y hay “un escorpión que se esconde tras una piedra blanca”, pues bueno, ahí mismo.
suzukid
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
19 de enero de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier película que se haya filmado previa a 2019 y que trate los escenarios distópicos de una pandemia, parece un extraño ejercicio premonitorio. Se agudiza la paranoia y se tiende a pensar que estos sabían algo. El caso es que no creo que un equipo de cine independiente inglés supiera más de pandemias que cualquier de los mortales hace 2 años. Pero es importante que el cine explore las posibilidades catastróficas de la vida moderna. Pues sin duda las profecías parecen auto-cumplidas. No esperemos que tengan igual de razón los que especulan con la caída de meteoritos, eso sí.
La película se sostiene a sí misma con dos escenarios, cuatro actores y mucho diálogo. Por supuesto, tiene sus errores e incongruencias. Pero el mensaje queda, sin duda: una pandemia puede ser usada por las instituciones para sus más húmedos sueños de control social. Para tenernos a todos en casa, engañados, asustados, con falsas esperanzas de salvación. Y en esas estamos. - ¡Sálvanos, Estado! Coge nuestra libertad, infómanos como te dé la gana, prometedme que algún día viviré ahí con vosotros, en Galapagar, en la Moraleja. Pero no, lo triste es que nunca hay Moraleja.
suzukid
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
15 de julio de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las distopías cada vez son más precarias y para pobres mentales. Parece que el conglomerado empresarial que subvenciona la economía verde mundial no ve las películas que financia, porque si las vieran se darían cuenta que el cuento no se lo creen ni ellos. Puestos a ver pelis con mensajes ecofriendly aptas solo para menores de 10 años, Avatar al menos se parecía a Pocahontas en 3D con gatos azules gigantes y así pasabas el rato entretenido.
Pues volviendo al 2067 (se van quedando sin años del siglo XXI para hacer pelis apocalípticas), resulta que en este futuro cercano, unos poco más de 30 años, en la Tierra se extinguirá el oxígeno atmosférico y, por supuesto, las plantas, los cultivos, los bosques, las selvas, hasta las de interior y los cactus morirán irrmediablemente. Porque claro, los hombres somos muy malos y lo vamos quemando todo a cascoporro, y hasta no sé cómo nos ponemos evaporamos el agua de los océanos, si hace falta, ¡la humanidad unida puede con todo!
Eso sí, da igual que la ciencia nos diga que nada puede arder sin comburente, en este caso oxígeno y que a nada que descienda el O2 de un 20% es casi imposible que haya incendios. O que para extinguir el oxígeno en la tierra tendría que haber una catástrofe nivel una lluvia de rayos gamma, chocar con un meteorito del tamaño de marte, etc. da igual el mensaje acientífico, lo importante es asustar y mentir a la "chavalada" global con el Apocalipsis.
Pero Apocalipsis de buen rollo, porque en cambio, en este futuro de cachondeo, el salto a través del tiempo está "chupao". El científico bueno consigue que viajemos por el tiempo, y otro montón de cosas sorprendentes, sin ningún problema.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
suzukid
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow