Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Sergio Berbel
Críticas 837
Críticas ordenadas por utilidad
10
8 de diciembre de 2023
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elena Martín Gimeno se ha convertido en una referencia ineludible del cine catalán en particular y europeo en general. De una manera callada, íntima, pequeña, a ratos infinitesimal, pero valiente y contundente como pocas, ha ido conformando una filmografía propia (como actriz y como directora) con una personalidad y un compromiso que tiene pocos precedentes. Un animal fílmico a estudiar y seguir con enorme atención siempre. “Creatura” es la vuelta de tuerca lógica y coherente a “Júlia ist” (su ópera prima como directora) en su proceso de madurez artística y personal, conecta de manera directa con el tema que magistralmente interpretó en “Suc de síndria” de Irene Moray y evoluciona respecto a su papel protagonista en la maravillosa e idolatrada por mí “Les amigues de l´Àgata” de Laia Alabart, Alba Cros, Laura Rius y Marta Verheyen, el testimonio definitivo del abandono paulatino de la adolescencia.

“Creatura” es uno de los films más valientes estrenado en los últimos años. No sólo porque afronta el tema del deseo sexual femenino (menos tratado de lo que pudiera parecer a simple vista en nuestra filmografía) sino porque lo hace, a través del personaje de Mila, su protagonista, en tres épocas vitales diferentes: a sus 35 años, en su adolescencia a los 15 y, lo que resulta más inaudito y más incómodo porque nos lo han vetado siempre a los cinéfilos, en su infancia, a los 5 años. Puedo recordar algunos casos de experimentación sexual de los niños en pantalla (pocos), pero no recuerdo ninguno en el caso de niñas. Elena Martín Gimeno conforma su personal apuesta a tumba abierta y sale de ella “cum laude”, incluso desorientando en algún momento a un espectador de cine tan formado (al menos por cantidad, ya no tengo tan claro si por calidad) como el que suscribe estas líneas.

Mila despierta pronto y con ganas de experimentación en torno al sexo cuando es una niña de apenas 5 años. Mila no es rara por ello, todas las niñas y niños pronto son conscientes de su cuerpo y necesitan experimentar con él para conocerlo. Pero el mundo adulto que rodea a Mila no está preparado para ello y lo trata como algo negativo y contra lo que se reacciona con violencia. Porque nadie dijo que ser padre o madre fuera sencillo (hablo de referencia porque yo no lo soy) y cómo afrontar la sexualidad en los menores de edad es un tema tabú no sólo en la familia, sino y sobre todo en la sociedad. Los padres de Mila, como otros muchos, sin duda no saben gestionarlo y los desborda.

Mucho menos en la segunda etapa mostrada en la película, la de una joven de 15 años que es presionada por los adolescentes hombres para que entregue siempre más de sí misma a nivel sexual para luego ser tachada de “guarra”. Todo ello conformará necesariamente los problemas de la edad adulta, que no sólo afectarán al deseo sexual de su protagonista de 35 años, sino que incluso se somatizarán a través de urticarias generalizadas por el cuerpo de Mila, en una reacción violenta del cuerpo ante la violencia vivida en la mente de la protagonista.

La película lo cuenta con más claridad y destreza que nunca antes, conectando directamente con el personaje protagonista de “Suc de síndria” de Irene Moray, con la que tiene clarísimas conexiones, y señala causas y culpables con claridad meridiana. Ya iba siendo hora. El guión, de la propia Elena Martín Gimeno y de Clara Roquet (directora de “Libertad”) es preciso y exacto, portentoso, como la dirección oportuna sin subrayados innecesarios, siempre comedida pero marcando claramente la seña autoral de su creadora, por parte de la cineasta catalana.

Y para que un proyecto así llegue a un buen puerto, y en este caso el destino es sobresaliente, se requiere un elenco actoral en estado de gracia y entregado y, en este caso, también concurre. Las mujeres que interpretan a Mila en sus tres momentos vitales resultan excelsas: tanto la niña Mila Borràs, como la adolescente Clàudia Malagelada (menudo descubrimiento el de esta actriz que protagoniza algunas miradas a cámara que hielan la sangre por su verosimilitud y provocación) y, cómo no y como siempre, la propia Elena Martín Gimeno en la edad adulta, espléndida como siempre resulta ella delante y detrás de la cámara.

También terminan siendo muy notables las interpretaciones de Àlex Brendemühl como el padre incapaz de asimilar el despertar sexual de su hija e imposibilitado para el contacto físico por ese machismo patriarcal que prohíbe a los hombres toda cercanía y sentimentalidad, así como la siempre solvente Clara Segura como la madre de Mila, al igual que Oriol Pla como su pareja en la etapa adulta. Todos saben dirigir a sus personajes y marcarles un destino cierto gracias a una directora portentosa que siempre conduce la nave con pulso firme e intenciones exactas y concretas.

Completan el espléndido resultado final la música de Clara Aguilar y la maravillosa y muy mediterránea dirección de fotografía de Alana Mejía González, que sabe sacar partido con la misma maestría a la oscuridad de los interiores como a la luminosidad arrasadora de la playa de Catalunya donde discurre buena parte del metraje del film.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
11 de noviembre de 2023
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que convierte en extraordinaria la modesta pero brillantísima propuesta de “Upon entry” es el impactante, electrizante y perturbador guión de Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vasquez y, sobre todo, la impresionante interpretación de Bruna Cusí, una de las inmensas actrices que Catalunya ha generado en los últimos años y que aquí derrocha una lección magistral interpretativa.

La premisa no puede ser más certera y precisa: Diego es un urbanista venezolano y Elena es una bailarina catalana; son pareja y han decidido comenzar la aventura de su vida yéndose a comenzar una nueva etapa vital en Miami. Pero, al llegar al aeropuerto de Newark, son retenidos e interrogados. Nos indignamos con ellos constatando que hemos perdido todos nuestros derechos y nuestra intimidad que pueden ser impunemente pisoteados en las oficinas policiales aeroportuarias en aras de una supuesta seguridad que tampoco lo acaba siendo. Pero algo está pasando y todo se va a complicar. Cada vez más. La tensión va a crecer hasta que se convierta en irrespirable y insoportable.

La propuesta, desde el punto de vista visual, no puede ser más sencilla, con tono casi documental. Alejandro Rojas y Juan Sebastián Vasquez se limitan a poner la cámara ante una pareja actoral en estado de gracia: fantástico Alberto Ammann como Diego, estratosférica la diosa Bruna Cusí como Elena. Ellos son el film y la película se sustenta en un guión portentoso que juega sus bazas a medio camino entre el drama psicológico y el thriller y que ellos personalizan con una verosimilitud y una honestidad sin precedentes.

Sus 72 minutos (metraje perfecto que es de agradecer en estos tiempos donde las películas sufren de elefantiasis) vuelan y dejan al espectador con ganas de más, de muchísimo más, porque se trata de una muestra de cine que crea adicción instantánea.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
30 de abril de 2023
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se puede ser muy moderna. Se puede vivir en Barcelona y frecuentar los ambientes cinematográficos e intelectuales de la capital de Catalunya. Se puede ser lesbiana inserta en la experimentación con el poliamor de manera vocacional. Se puede morir de sobredosis de música festivalera, autoficción mal entendida y de referencias culturales como Rohmer o Christina Rosenvinge. Todo eso está bien, pero siempre y cuando haya algo que contar, querida Zaida Carmona y, desde luego, ese no es el caso de la vacía e insípida “La amiga de mi amiga”, a ratos ciertamente insufrible.

Intentando emular la frescura, espontaneidad y la textura amateur propia del Almodóvar primigenio, Zaida Carmona quiere practicar en versión catalana un cierto ejercicio onanista para narrarnos en primera persona lo triste que está porque su novia la ha dejado y lo cachonda que sigue desde entonces en esa primavera perpetua que es Barcelona. La pena es que no pase nada mientras tanto, absolutamente nada.

89 minutos de rodaje que se acaban haciendo eternos por culpa de la inexistencia de un guión que firma la propia cineasta, perjudicado aún más por la desorientación interpretativa de su elenco artístico, que no acaba de dar con la tecla de ninguno de los personajes imposibles que pululan por este despropósito modernito ciertamente intragable. Tan sólo la aparición en los sueños de la protagonista de Christina Rosenvinge, ni más ni menos, me despierta de la siesta perenne que me provoca esta cinta.

Dicho sea de paso, por no estar, no está a la altura ni la dirección de fotografía de Alba Cros (coautora de esa obra maestra atemporal del cine catalán titulada “Las amigas de Ágata”). Mención aparte merecen el conjunto de canciones festivaleras que pululan a lo largo del film, que nos hace preguntarnos si estamos ya de cuerpo presente en el Granada Sound o en el Interstellar. El deseo de llegar a un público anestesiado a base de tokens es más que evidente y aún más lo que ello me desagrada.

Si la pretensión de Zaida Carmona era homenajear a la “Nouvelle Vague”o a Éric Rohmer, es evidente que no lo logra en ningún instante de su metraje, o quizás sea que Rohmer merezca homenajes de este tipo y mejor dejarlo ahí y no meternos en terrenos pantanosos.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
25 de septiembre de 2022
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A los que llevamos mucho cine y series a la espalda nos alegra el mes recalar en un producto audiovisual que realmente nos zarandee y nos despierte del letargo. “In my skin”, gloriosa serie de la aún más gloriosa BBC, lo consigue con creces, porque resulta imposible salir indemne de su propuesta, de un viaje que va de la comedia al drama social más sórdido, al compromiso con los desfavorecidos, con los perdedores, con los únicos que realmente merecen atención, porque las grandes historias de la humanidad se confeccionan con los perdedores. Los triunfadores son terriblemente aburridos.

Kayleigh Llewellyn ha creado una serie que te atrapa, te seduce y finalmente te golpea sin piedad, para que entiendas que la adolescencia es la etapa más compleja de la vida, pero puede complicarse aún más si eres la hija única de un fracasado matrimonio pobre formado por una mujer con un grave trastorno bipolar que, además de su enfermedad, es acosada y maltratada por su marido, alcohólico, machista y repugnante.

Es muy difícil ser la rarita del instituto, y además lesbiana, pero casi mejor eso que volver a casa. Y, como te avergüenza tanto tu situación familiar, inventas una vida de ficción para amigos y enemigos, que te hace terminar viviendo en una mentira permanente, cada vez con las piernas más cortas.

Bethan tiene 16 años, pero la vida no ha tenido piedad con ella. Por eso tenía que ser interpretada por una joven actriz extraterrestre, como demuestra serlo Gabrielle Creevy, por la que ganó con todo merecimiento un Premio BAFTA (al igual que también lo ganó tanto la serie como el guión). La clásica e insuperable escuela de actores y actrices británicas tiene en ella una sucesora a la altura de las circunstancias, porque ella es la serie, lo sabe y la sostiene de principio a fin con una capacidad portentosa de registros.

Con algunas raíces evidentes en “Shameless”, tiene menos tono cómico pero mucho más calado. Una serie que va descaradamente de menos a más y que se va desprendiendo de la capa cómica con la que arranca para hacerse cada vez más oscura, más siniestra y, por tanto, más real, y todo ello dirigido con una maestría absolutamente insuperable.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
13 de noviembre de 2021
16 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Santos criminales” es una auténtica desilusión. Sobre todo porque los nombres de David Chase y HBO merecían otro nivel pero, muy especialmente, porque el apellido Soprano requería de una precuela a la altura de las circunstancias, cosa que esta película no logra ni de lejos, rozando a ratos el desastre o el mismísimo ridículo.

Sobre todo y muy especialmente, porque adolece de un guión sin sustancia, apático, soso, tremendamente convencional, pisoteando todos los charcos de los lugares comunes del cine de gangsters y, lo que es más grave, equivocando el personaje protagonista. Porque estoy completamente convencido que ni una sola persona de las que se acercan a esta cinta esperan que todo se centre en torno a la figura del padre de Christopher Moltisanti, que no tiene peso alguno en la serie y que deja indiferente durante la extensión de su excesivo metraje por encarnar un periplo mil veces visto antes en historias iniciáticas del género mucho mejores que ésta (“Uno de los nuestros” de Martin Scorsese como culmen de lo expuesto).

Haber creado un personaje inmortal, quizás el más inmortal de la televisión, como el de Tony Soprano y no hacerlo protagonista de este film precuela es de una idiocia para analizar, pronosticar y tratar con urgencia. Y, sin embargo, incluso teniendo la suerte de poder contar con el propio hijo de James Gandolfini, Michael Gandolfini, para interpretar el personaje de su padre en la adolescencia, se acaba convirtiendo en un secundario más, desdibujado y fuera de foco, sin que el espectador pueda entender cómo ello ha sido posible.

Pero existe un error aún más garrafal, y es que la historia la narre una voz en off (sí, lo sé, la sombra de Martin Scorsese es demasiado alargada y evidente) un Christopher Moltisanti desde la tumba y explicando con todo lujo de detalles cómo y por quién se produjo su muerte genera uno de los spoilers más lamentables e innecesarios que haya contemplado nunca. La torpeza se eleva al cuadrado en este caso.

La dirección rutinaria de Alan Taylor no aporta absolutamente nada a la narración, sostenida por un elenco de actores con el piloto automático puesto en el que es difícil destacar a ninguno. Un chasco con todas las de la ley para contar una historia de gentes fuera de la ley.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow