La segunda película de la dupla Jeunet-Caro es más ambiciosa que delicatessen. Y eso que parecía imposible, en este caso la trama parte desde una idea infantil y se ramifica en una excelente historia, por momentos es un poco lenta pero personalmente disfruto del hipnotismo que crea. Es una película que se puede ver cuantas veces quiera y no cansa, como delicatessen , aunque uno le encuentra errores tontos de realización y saltos de eje, escucharon bien saltos de eje. Una pena para una obra de arte como esta que no haya cuidado esos detalles, por el resto de las cosas, todo parece caer a la perfección, la música es otro gol de media cancha.

Me gusto, en una de esa es porque me identifico con todos esos rollos y le creo, le creo las mentiras a un cine que por momentos puede volverse tedioso. Eso de por si, es mucho merito, y más si les cuento que los recursos son austeros, el film esta compuesto por grabaciones caseras y efectos echos en widows movie maker. Esta película es una vuelta de tuerca, una especie de dogma 95 llevado al extremo, una especie de documental , o falso documental, o lo que sea que sea, deja una sensación un poco rara en la boca.

Lo primero que tengo que decir es que la película esta hermosamente trabajada desde lo visual, y el clima que crea es fantástico, y el tiempo vuela y uno está sumergido en la Isla. Ahora llegando al clima parase ser que a nuestro querido Scorsese se le acabaron las ideas y dio un giro en la historia que digamos , no rompe en sí con la diéresis del film pero es más de lo mismo, ni el final
tributo a Stanley encaja y los últimos minutos son de una previsibilidad aburrida.