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7,1
60.530
8
27 de octubre de 2005
27 de octubre de 2005
405 de 507 usuarios han encontrado esta crítica útil
Simple. Sencilla. Previsible.
David Lynch demostró con "The Straight Story (una historia verdadera)" que los grandes directores pueden desplegar todo su talento con obras aparentemente menores. Dotarlas con su lenguaje propio de un barniz y una profundidad que pocos le pueden dar.
He tenido la misma sensación con "Una historia de violencia" mientras aparecían los títulos de crédito.
Aparentemente una historia escueta, con los rasgos propios de estar basada en una novela gráfica, pero con un análisis crítico y profundo sobre la violencia.
La violencia atrae al ser humano. No hace falta ver el share de cualquier programa que trate la crónica negra para saber algo que vivimos cada día.
En el atasco de una autopista provocado por un accidente en el carril contrario, cada vez que vemos un telediario, cada vez que visionamos una película con una secuencia explícita...
¿Acaso no es el sexo un acto violento? ¿No nos atrae y forma parte de nosotros?
Al igual que Tom Stall, su mujer y su hijo podemos (intentar) renegar de la violencia, parecernos repulsiva, saber que la violencia sólo engendra más violencia, pero un día puede que descubramos que forma parte de nosotros mismos, de la raza humana y su historia.
De manera hipócrita podemos lavar nuestros pecados, renegar de nuestro pasado, de nosotros mismos y seguir adelante...
Pero cada noche viviremos con la sensación que habita en nuestro interior y no ha muerto ni morirá. Y cualquier día puede que vuelva a nuestras vidas.
Muchas gracias Sr. Cronenberg por tan brillante y magnífica reflexión fílmica.
Compleja. Profunda. Real.
David Lynch demostró con "The Straight Story (una historia verdadera)" que los grandes directores pueden desplegar todo su talento con obras aparentemente menores. Dotarlas con su lenguaje propio de un barniz y una profundidad que pocos le pueden dar.
He tenido la misma sensación con "Una historia de violencia" mientras aparecían los títulos de crédito.
Aparentemente una historia escueta, con los rasgos propios de estar basada en una novela gráfica, pero con un análisis crítico y profundo sobre la violencia.
La violencia atrae al ser humano. No hace falta ver el share de cualquier programa que trate la crónica negra para saber algo que vivimos cada día.
En el atasco de una autopista provocado por un accidente en el carril contrario, cada vez que vemos un telediario, cada vez que visionamos una película con una secuencia explícita...
¿Acaso no es el sexo un acto violento? ¿No nos atrae y forma parte de nosotros?
Al igual que Tom Stall, su mujer y su hijo podemos (intentar) renegar de la violencia, parecernos repulsiva, saber que la violencia sólo engendra más violencia, pero un día puede que descubramos que forma parte de nosotros mismos, de la raza humana y su historia.
De manera hipócrita podemos lavar nuestros pecados, renegar de nuestro pasado, de nosotros mismos y seguir adelante...
Pero cada noche viviremos con la sensación que habita en nuestro interior y no ha muerto ni morirá. Y cualquier día puede que vuelva a nuestras vidas.
Muchas gracias Sr. Cronenberg por tan brillante y magnífica reflexión fílmica.
Compleja. Profunda. Real.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tiene muchos detalles para analizar acerca de la violencia.
Por un lado es repelida por los personajes, pero por otro lado les atrae, la utilizan o la aceptan en su propio beneficio. Pura hipocresía.
- La escena de sexo violenta se contrapone con la escena de sexo "virginal".
- Jack no quiere utilizar la violencia con el compañero del instituto que le molesta, pero finalmente le pega una paliza. Critica a su padre por su "violento" pasado pero le salva la vida matando al que iba a ser su ejecutor.
- Edie Stall vomita al enterarse del oscuro pasado de su marido, pero miente al sheriff para que no le arresten.
- Tom Stall tras la última matanza se lava en un río como si quisiera limpiar sus pecados y empezar nuevamente de cero.
- El final, aparentemente un happy-end, me parece una crítica de la hipocresía y doble moral del pueblo americano también explorado por Clint Eastwood en "Mystic River".
A través de la violencia y la muerte mantienen su bienestar, el sueño americano. Aplicable a la situación actual que atraviesa EEUU con la guerra de Irak.
Por un lado es repelida por los personajes, pero por otro lado les atrae, la utilizan o la aceptan en su propio beneficio. Pura hipocresía.
- La escena de sexo violenta se contrapone con la escena de sexo "virginal".
- Jack no quiere utilizar la violencia con el compañero del instituto que le molesta, pero finalmente le pega una paliza. Critica a su padre por su "violento" pasado pero le salva la vida matando al que iba a ser su ejecutor.
- Edie Stall vomita al enterarse del oscuro pasado de su marido, pero miente al sheriff para que no le arresten.
- Tom Stall tras la última matanza se lava en un río como si quisiera limpiar sus pecados y empezar nuevamente de cero.
- El final, aparentemente un happy-end, me parece una crítica de la hipocresía y doble moral del pueblo americano también explorado por Clint Eastwood en "Mystic River".
A través de la violencia y la muerte mantienen su bienestar, el sueño americano. Aplicable a la situación actual que atraviesa EEUU con la guerra de Irak.

5,8
69.179
4
16 de junio de 2012
16 de junio de 2012
426 de 556 usuarios han encontrado esta crítica útil
PREMISAS TRÓSPIDAS:
Un cura al dar misa dice: «Hermanos y hermanas… Dios nos hizo a su imagen y semejanza…». En ese momento se levanta un jorobado, tuerto, cojo y le dice al cura: «¿¡Y conmigo qué hizo, experimentos!?».
::=:‡=::=‡=::=‡:=•=:‡=::=‡=::=‡:=::
«No se te ocurra tomar ese chupito de licor de café caducado del Metadona… que te salen los niños tróspidos».
Viejo proverbio interplanetario
::=:‡=::=‡=::=‡:=•=:‡=::=‡=::=‡:=::
«Todo tróspido, por naturaleza, desea saber».
Aristóteles en estado tróspido
HECHOS TRÓSPIDOS:
Todo queda resumido en ir a plantar un pino y, antes de tirar de la cadena, contemplar que el mojón depositado allí te habla y te llama ‘papá’ o ‘mamá’. ¿¡Qué haría usted!? ¿Tiraría de la cadena o le adoptaría?
Si la premisa de “Alien, el octavo pasajero” fue «En el espacio nadie puede oír tus gritos», la de “Prometheus” sería «Desde tu butaca Damon Lindelof (que ya nos la coló doblada en “Lost”) tampoco escuchará tus gritos de rabia e indignación». ¿Precuela de “Alien”? Por favoooor, “Mi amigo Mac” tiene más puntos coincidentes. Tendría que haberse fijado en “Turkish Star Wars”: ¡eso sí que es una película coherente y fiable!
Ridley Scott se ha gastado el presupuesto de una misión espacial a Marte para realizar una película espectacular visualmente sostenida por un guión que únicamente hubiera rodado Ed Wood (la Troma lo hubiera desechado por su falta de humor y The Asylum por no tener tiburones gigantes ni nazis). ¡Ridley, eso sí que es tenerlos cuadrados! Y no lo de esa panda de científicos gañanes, hijos tróspidos y alienígenas becarios que parecen sacados de “La loca historia de las galaxias”.
REVELACIONES TRÓSPIDAS (en el spoiler):
Un cura al dar misa dice: «Hermanos y hermanas… Dios nos hizo a su imagen y semejanza…». En ese momento se levanta un jorobado, tuerto, cojo y le dice al cura: «¿¡Y conmigo qué hizo, experimentos!?».
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«No se te ocurra tomar ese chupito de licor de café caducado del Metadona… que te salen los niños tróspidos».
Viejo proverbio interplanetario
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«Todo tróspido, por naturaleza, desea saber».
Aristóteles en estado tróspido
HECHOS TRÓSPIDOS:
Todo queda resumido en ir a plantar un pino y, antes de tirar de la cadena, contemplar que el mojón depositado allí te habla y te llama ‘papá’ o ‘mamá’. ¿¡Qué haría usted!? ¿Tiraría de la cadena o le adoptaría?
Si la premisa de “Alien, el octavo pasajero” fue «En el espacio nadie puede oír tus gritos», la de “Prometheus” sería «Desde tu butaca Damon Lindelof (que ya nos la coló doblada en “Lost”) tampoco escuchará tus gritos de rabia e indignación». ¿Precuela de “Alien”? Por favoooor, “Mi amigo Mac” tiene más puntos coincidentes. Tendría que haberse fijado en “Turkish Star Wars”: ¡eso sí que es una película coherente y fiable!
Ridley Scott se ha gastado el presupuesto de una misión espacial a Marte para realizar una película espectacular visualmente sostenida por un guión que únicamente hubiera rodado Ed Wood (la Troma lo hubiera desechado por su falta de humor y The Asylum por no tener tiburones gigantes ni nazis). ¡Ridley, eso sí que es tenerlos cuadrados! Y no lo de esa panda de científicos gañanes, hijos tróspidos y alienígenas becarios que parecen sacados de “La loca historia de las galaxias”.
REVELACIONES TRÓSPIDAS (en el spoiler):
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
— Al haber mostrado el 65% de la película en material viral y los giros más importantes de la misma en el medio millón (y no exagero) trailers, pósters, imágenes, sinopsis filtradas y teasers el efecto sorpresa que pudiera generar la película se ha perdido en un agujero negro.
— La película no da explicaciones siguiendo la normativa corporativa de «No les saques dinero a un friki si puedes sacárselo por partida doble». En “Prometheus 2” nos explicarán todo, todito, todo… Sí, sí… Bueno, no hay que tener más de dos dedos de frente para unir las piezas que nos ofrecen aquí.
— Después de tanta precuela-porculera creo que ha quedado claro que es mejor vivir en la ignorancia. ¡No queremos saber los orígenes de la humanidad si con ello tenemos que perder nuestro cerebro!
— “Prometheus” puede ser vista como una crítica a la educación y ‘herencia’ a finales del siglo XXI. No sabemos qué sistema educativo tienen pero sí que Weyland Corporation no debe hacer ningún tipo de test psicotécnico a los científicos elegidos para tal importante y vital misión. Ni en ‘Gran Hermano’ hay tanto histerismo, pataletas y abandonos. Bueno, al menos en un sensacionalista reality que vive de la polémica tienen excusa…
— El bebé-facehugger de Elizabeth después de ser ‘abortado’, gaseado, rociado y abandonado (en ese órden)… se pone más cebollón que Paquirrín… ¿¡Perdona!? ¿Si le llega a dar el pecho o el biberón sería Godzilla o qué!?
— ¿De verdad que aquello de que Elizabeth con resaca y drogada encuentre la habitación de Peter Weyland no es un sketch?
— Repiten ochocientas veces que van a buscar una inteligencia superior que nos ha creado… ¡Los ingenieros! ¿Estarán titulados o son becarios? ¿Y qué Ingeniería han estudiado? ¿La de Caminos? El ‘ingeniero’ (Space Jockey de toda la vida) debía ser ‘el becario’ en la misión militar con armas biológicas o se ha quedado tonto después de haber estado sobando miles de años. Vamos a ver… hay chorrientas ‘naves cruasán’ allí y el tipo en vez de coger otra y pirarse para la Tierra a echarnos todo el chapopote asesino e intergaláctico (si no es interceptado por el Enterprise, claro)… ¡va a cepillarse a la heroína! ¡Pero si es una muerta de hambre, por favor! Tal vez eran fans en su planeta de Noomi Rapace y quería pedirla un autógrafo...
Confirmado, NO hay vida inteligente fuera de nuestro planeta.
— La película no da explicaciones siguiendo la normativa corporativa de «No les saques dinero a un friki si puedes sacárselo por partida doble». En “Prometheus 2” nos explicarán todo, todito, todo… Sí, sí… Bueno, no hay que tener más de dos dedos de frente para unir las piezas que nos ofrecen aquí.
— Después de tanta precuela-porculera creo que ha quedado claro que es mejor vivir en la ignorancia. ¡No queremos saber los orígenes de la humanidad si con ello tenemos que perder nuestro cerebro!
— “Prometheus” puede ser vista como una crítica a la educación y ‘herencia’ a finales del siglo XXI. No sabemos qué sistema educativo tienen pero sí que Weyland Corporation no debe hacer ningún tipo de test psicotécnico a los científicos elegidos para tal importante y vital misión. Ni en ‘Gran Hermano’ hay tanto histerismo, pataletas y abandonos. Bueno, al menos en un sensacionalista reality que vive de la polémica tienen excusa…
— El bebé-facehugger de Elizabeth después de ser ‘abortado’, gaseado, rociado y abandonado (en ese órden)… se pone más cebollón que Paquirrín… ¿¡Perdona!? ¿Si le llega a dar el pecho o el biberón sería Godzilla o qué!?
— ¿De verdad que aquello de que Elizabeth con resaca y drogada encuentre la habitación de Peter Weyland no es un sketch?
— Repiten ochocientas veces que van a buscar una inteligencia superior que nos ha creado… ¡Los ingenieros! ¿Estarán titulados o son becarios? ¿Y qué Ingeniería han estudiado? ¿La de Caminos? El ‘ingeniero’ (Space Jockey de toda la vida) debía ser ‘el becario’ en la misión militar con armas biológicas o se ha quedado tonto después de haber estado sobando miles de años. Vamos a ver… hay chorrientas ‘naves cruasán’ allí y el tipo en vez de coger otra y pirarse para la Tierra a echarnos todo el chapopote asesino e intergaláctico (si no es interceptado por el Enterprise, claro)… ¡va a cepillarse a la heroína! ¡Pero si es una muerta de hambre, por favor! Tal vez eran fans en su planeta de Noomi Rapace y quería pedirla un autógrafo...
Confirmado, NO hay vida inteligente fuera de nuestro planeta.
1
13 de diciembre de 2006
13 de diciembre de 2006
465 de 676 usuarios han encontrado esta crítica útil
» Observe la siguiente crítica:
“.................................................................................................................................
.............................................................................................................G...................
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.....................................r............................................................................................
..................................................................................................................................
............................................................................................................................y....
.................................................................................................................................”
× Cien prestigiosos y reputados críticos de cine han afirmado que es una de las mejores escritas esta década.
× Fíjese en los espacios, en los silencios, en esas letras perdidas, en su ritmo cadente y sin fisuras.
× Es arte porque no sólo lo digo yo y los cien prestigiosos y reputados críticos de cine, lo dice en sí misma la crítica. ¿Es usted acaso idiota?
× Póngase unas gafas de pasta gruesa si lo considera oportuno. Gire su cabeza, obsérvela mejor desde otros ángulos, aléjese, acérquese hasta que cada una de las letras colocadas por el autor se ensanche y se expanda en su cerebro. Hágalo durante 103 minutos continuados. Haga algo intelectual por una vez en su miserable vida.
× Está contemplando el arte, los paisajes sin límites, las innumerables sensaciones de cansancio, las nubes pasajeras, los caminos ilimitados del arte, del cine.
× Aquellos necios que sigan viendo cinco letras e infinidad de puntos colocados aparentemente al azar y se atrevan a valorar esta obra de arte con notas ridículas y paupérrimas es que no saben de arte, de cine, de nada.
» Así es “Gerry”, no se puede explicar ni tratar de entenderla. Es simplemente el mayor timo cinematográfico de arte y ensayo de esta década. Equiparable a filmar una papelera llena de basura durante 103 minutos a base de perfectos travellings.
» Parafraseándome a mí mismo del parafraseado de varios usuarios y un parafraseo para meterse con un servidor, os dejo la dirección donde remitir una redacción de cincuenta líneas sobre lo mucho que os ha gustado la película:
Dr. Sigmund Freud
Karlsplatz, 16
Viena (Austria)
P.D.: No enviéis a esta dirección vuestra redacción de “El sabor de la sandia”. Al que escribe se la devolvieron con varios insultos en alemán, unas gafas de pasta gruesa, una sandía y un lubricrante anal.
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× Cien prestigiosos y reputados críticos de cine han afirmado que es una de las mejores escritas esta década.
× Fíjese en los espacios, en los silencios, en esas letras perdidas, en su ritmo cadente y sin fisuras.
× Es arte porque no sólo lo digo yo y los cien prestigiosos y reputados críticos de cine, lo dice en sí misma la crítica. ¿Es usted acaso idiota?
× Póngase unas gafas de pasta gruesa si lo considera oportuno. Gire su cabeza, obsérvela mejor desde otros ángulos, aléjese, acérquese hasta que cada una de las letras colocadas por el autor se ensanche y se expanda en su cerebro. Hágalo durante 103 minutos continuados. Haga algo intelectual por una vez en su miserable vida.
× Está contemplando el arte, los paisajes sin límites, las innumerables sensaciones de cansancio, las nubes pasajeras, los caminos ilimitados del arte, del cine.
× Aquellos necios que sigan viendo cinco letras e infinidad de puntos colocados aparentemente al azar y se atrevan a valorar esta obra de arte con notas ridículas y paupérrimas es que no saben de arte, de cine, de nada.
» Así es “Gerry”, no se puede explicar ni tratar de entenderla. Es simplemente el mayor timo cinematográfico de arte y ensayo de esta década. Equiparable a filmar una papelera llena de basura durante 103 minutos a base de perfectos travellings.
» Parafraseándome a mí mismo del parafraseado de varios usuarios y un parafraseo para meterse con un servidor, os dejo la dirección donde remitir una redacción de cincuenta líneas sobre lo mucho que os ha gustado la película:
Dr. Sigmund Freud
Karlsplatz, 16
Viena (Austria)
P.D.: No enviéis a esta dirección vuestra redacción de “El sabor de la sandia”. Al que escribe se la devolvieron con varios insultos en alemán, unas gafas de pasta gruesa, una sandía y un lubricrante anal.
8
22 de febrero de 2014
22 de febrero de 2014
310 de 366 usuarios han encontrado esta crítica útil
Querido Spike Jonze,
Seguramente tenía que haber enviado esta carta de amor tiempo atrás aunque no me arrepiento de hacerlo en este momento. Puedes pensar que soy un oportunista por tratar de escribirte ahora y no en el pasado cuando me compré el DVD con tus gloriosos clips a Björk, Beastie Boys, Daft Punk o Fatboy Slim y casi lo desgasto de tanto ponerlo y tener la dificultad de manosearlo convenientemente por tener dos caras. Tampoco me atreví a dirigirte unas palabras y posiblemente pecara de considerar a Charlie Kaufman responsable de los méritos de “Cómo ser John Malkovich” y “Adaptation”. Ni te remití ninguna frase de agradecimiento por superar la ruptura de su cordón umbilical gracias a Maurice Sendak y Karen O en “Donde viven los monstruos”. Ni te compensé lo suficiente por tu corto de amor robótico titulado “I'm Here” o esa fructífera unión con Arcade Fire. Te pido disculpas, lo siento. Soy un bastardo, ¿qué esperabas? Pero como si el destino hubiera tensado y fundido lo anterior, todo aquello que fue transitado se hizo presente. Un eterno presente aunque, tal y como dices, el pasado es una historia que nos contamos a nosotros. Una historia que se hizo amor y carta (de amor) en “Her”.
Te criticaran por ceñirte a la estructura clásica de la película romántica. Dirán que la cinta es incluso rutinaria, superflua y previsible pero todos sabemos que el amor no puede reinventarse pese a ser abstracto e invisible. Tu película desciframos que forma parte del reflejo de amar a un sueño, como en “Vértigo”, como en “Laura”, como en “Her”. Pero realmente tu film no habla de la soledad sino de asimilar la ruptura, de la dificultad que tenemos de superar el adiós y la facilidad para aislarnos en la depresión por muy luminoso y moderno que sea nuestro entorno. Seguramente se deba a que somos seres que enmascaramos nuestra simpleza en capas de complejidad para eludir nuestras incapacidades y frustraciones, que actualmente nos abocamos a la tecnología como escape y pretexto para evitar interactuar con el mundo real. Y seguramente en el futuro acabemos utilizando a gatos muertos para estrangulamientos sexuales virtuales o sistemas operativos de inteligencia artificial complemente conscientes ante nuestra inconsciencia. Siempre queremos ir a más pero tenemos miedo al futuro y volvemos hacía atrás, incapaces de avanzar, atrapados en el tiempo y elementos pasados. Lo llamamos vintage por no decir retro, por no afirmar que somos unos cobardes que seguirán pidiendo en el futuro que otros escriban sus cartas y plasmen sus emociones más íntimas en BeautifulWrittenLetters.com. No hace falta disfrutar de cada página de tu cuento para darse cuenta de esconde una maliciosa y perversa historia de amor que debido a nuestra limitada capacidad racional no pudiéramos entender. Somos humanos y nos quedamos al lado de Theodore como hubiéramos seguido los pasos de Amy. Somos, en realidad, demasiados diminutos para entender una película tan inmensa como “Her”.
Quiero pensar que tu película parte de esa luz que nos golpea y nos despierta, que nos estimula a aventurarnos en nuevas historias que se proyectan ante nuestros ojos, que nos hipnotiza para que volvamos a reproducir otra canción melancólica en nuestro día a día. Solo quería que supieras que todos nos podemos sentir como Theodore o Amy, perdidos en la inmensidad del destino y simplemente separados físicamente por un muro. Ahora, “Her” forma parte de mí y te estoy agradecido por eso y donde sea que te encuentres en el mundo te envió mi amor.
Con amor eterno, Maldito Bastardo.
Seguramente tenía que haber enviado esta carta de amor tiempo atrás aunque no me arrepiento de hacerlo en este momento. Puedes pensar que soy un oportunista por tratar de escribirte ahora y no en el pasado cuando me compré el DVD con tus gloriosos clips a Björk, Beastie Boys, Daft Punk o Fatboy Slim y casi lo desgasto de tanto ponerlo y tener la dificultad de manosearlo convenientemente por tener dos caras. Tampoco me atreví a dirigirte unas palabras y posiblemente pecara de considerar a Charlie Kaufman responsable de los méritos de “Cómo ser John Malkovich” y “Adaptation”. Ni te remití ninguna frase de agradecimiento por superar la ruptura de su cordón umbilical gracias a Maurice Sendak y Karen O en “Donde viven los monstruos”. Ni te compensé lo suficiente por tu corto de amor robótico titulado “I'm Here” o esa fructífera unión con Arcade Fire. Te pido disculpas, lo siento. Soy un bastardo, ¿qué esperabas? Pero como si el destino hubiera tensado y fundido lo anterior, todo aquello que fue transitado se hizo presente. Un eterno presente aunque, tal y como dices, el pasado es una historia que nos contamos a nosotros. Una historia que se hizo amor y carta (de amor) en “Her”.
Te criticaran por ceñirte a la estructura clásica de la película romántica. Dirán que la cinta es incluso rutinaria, superflua y previsible pero todos sabemos que el amor no puede reinventarse pese a ser abstracto e invisible. Tu película desciframos que forma parte del reflejo de amar a un sueño, como en “Vértigo”, como en “Laura”, como en “Her”. Pero realmente tu film no habla de la soledad sino de asimilar la ruptura, de la dificultad que tenemos de superar el adiós y la facilidad para aislarnos en la depresión por muy luminoso y moderno que sea nuestro entorno. Seguramente se deba a que somos seres que enmascaramos nuestra simpleza en capas de complejidad para eludir nuestras incapacidades y frustraciones, que actualmente nos abocamos a la tecnología como escape y pretexto para evitar interactuar con el mundo real. Y seguramente en el futuro acabemos utilizando a gatos muertos para estrangulamientos sexuales virtuales o sistemas operativos de inteligencia artificial complemente conscientes ante nuestra inconsciencia. Siempre queremos ir a más pero tenemos miedo al futuro y volvemos hacía atrás, incapaces de avanzar, atrapados en el tiempo y elementos pasados. Lo llamamos vintage por no decir retro, por no afirmar que somos unos cobardes que seguirán pidiendo en el futuro que otros escriban sus cartas y plasmen sus emociones más íntimas en BeautifulWrittenLetters.com. No hace falta disfrutar de cada página de tu cuento para darse cuenta de esconde una maliciosa y perversa historia de amor que debido a nuestra limitada capacidad racional no pudiéramos entender. Somos humanos y nos quedamos al lado de Theodore como hubiéramos seguido los pasos de Amy. Somos, en realidad, demasiados diminutos para entender una película tan inmensa como “Her”.
Quiero pensar que tu película parte de esa luz que nos golpea y nos despierta, que nos estimula a aventurarnos en nuevas historias que se proyectan ante nuestros ojos, que nos hipnotiza para que volvamos a reproducir otra canción melancólica en nuestro día a día. Solo quería que supieras que todos nos podemos sentir como Theodore o Amy, perdidos en la inmensidad del destino y simplemente separados físicamente por un muro. Ahora, “Her” forma parte de mí y te estoy agradecido por eso y donde sea que te encuentres en el mundo te envió mi amor.
Con amor eterno, Maldito Bastardo.

7,9
120.087
8
13 de enero de 2013
13 de enero de 2013
359 de 471 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. Hasta que llegó su hora
Muchos consideran que a Tarantino le llegó su hora en “Kill Bill”: la suma de referencias, el pastiche de tonos y la división del tomo-cinematográfico-pop-oriental convirtió la pieza mutante en un inmediato controvertido objeto de culto. Sabe que no puede sorprender ya al espectador con originales estructuras narrativas y sus últimas referencias eran demasiado evidentes. Ahora ha decidido iniciar una nueva andadura marcando cimas dentro de géneros explotados para reinventarlos bajo su estilo, con forma de superproducción y mandato de serie B. ¿Se ha hecho alguna vez una película bélica ambientada en la Segunda Guerra Mundial que hable del nazismo como “Malditos Bastardos”? ¿Veremos un western que narre la esclavitud en EEUU como “Django desencadenado”?
Tarantino siempre ha conseguido dejarse balas en la recámara, apartar proyectos malditos y reconvertirlos pasado el tiempo en afiladas y letales balas que salen de la pantalla dispuestas a quebrantar nuestros corazones. Esta vez parece quitarse la espina de la adaptación de ‘40 Lashes Less One’ de Elmore Leonard y enfrentándose a su eterna constante en su propio género: Sergio Leone. Finalmente “Django desencadenado” es puro Leone y puro Tarantino, pura pólvora incandescente prendida por la llama de Peckinpah, la auto-parodia-y-referencia y empapados de sangre de subgéneros. Es ese maldito y bastardo revolver cinematográfico que ansiaba la revalorización del género. Pura e impecable dinamita capaz de jugar con fuego y la anarquía, con el exhibicionismo y la versión extendida, con la brutalidad y el exceso, con la reinvención histórica y la apropiación.
2. Blax-spaghetti–tarantino-ploitation
El director de “Malditos bastardos” siempre se ha sentido muy cómodo dentro de subgéneros bajo esquemas y estructuras clásicas. “Django desencadenado” está marcada por el lado más salvaje e hiperbólico para retratar el pasado sanguinario y violento del pueblo norteamericano. De nuevo existe un triunfo al aunar la elegancia, precisión y monumentalidad clásica fordiana con la originalidad, provocación y radicalidad del cine más alternativo desde Leone hasta el blaxploitation.
La blasfemia excesiva desmigaja la cultura americana y a través de la ofensa y la violencia establece un espejo aparentemente distorsionado pero realmente esclarecedor. Aquí los negros montan a caballo y bailan sobre la tumba de John Wayne. Aquí pasamos de los llaveros de Pussy Wagon a las Muelas del Dr. King Schultz, de Ennio Morricone a mash-up musical referencial y contemporáneo. Aquí se muestra una historia visceral y extrema, que profana lo sagrado para reinventar la leyenda aria de Sigfrido y triturarla por el blaxploitation para obtener un recital de venganza y desenfreno. Todo un baño de sangre y de cine desde la idealización de Broomhilda hasta sus constantes clímax fragmentados en capítulos. Tarantino es el Yasuzo Masumura y el Seijun Suzuki de nuestro tiempo. Ódiale o ámale, pero jamás podrás ignorarle. Blanco, negro y rojo son los colores de su nueva bandera. Django, su héroe portador… Y recuerden, la ‘D’ es muda… pero sus aplausos no.
Muchos consideran que a Tarantino le llegó su hora en “Kill Bill”: la suma de referencias, el pastiche de tonos y la división del tomo-cinematográfico-pop-oriental convirtió la pieza mutante en un inmediato controvertido objeto de culto. Sabe que no puede sorprender ya al espectador con originales estructuras narrativas y sus últimas referencias eran demasiado evidentes. Ahora ha decidido iniciar una nueva andadura marcando cimas dentro de géneros explotados para reinventarlos bajo su estilo, con forma de superproducción y mandato de serie B. ¿Se ha hecho alguna vez una película bélica ambientada en la Segunda Guerra Mundial que hable del nazismo como “Malditos Bastardos”? ¿Veremos un western que narre la esclavitud en EEUU como “Django desencadenado”?
Tarantino siempre ha conseguido dejarse balas en la recámara, apartar proyectos malditos y reconvertirlos pasado el tiempo en afiladas y letales balas que salen de la pantalla dispuestas a quebrantar nuestros corazones. Esta vez parece quitarse la espina de la adaptación de ‘40 Lashes Less One’ de Elmore Leonard y enfrentándose a su eterna constante en su propio género: Sergio Leone. Finalmente “Django desencadenado” es puro Leone y puro Tarantino, pura pólvora incandescente prendida por la llama de Peckinpah, la auto-parodia-y-referencia y empapados de sangre de subgéneros. Es ese maldito y bastardo revolver cinematográfico que ansiaba la revalorización del género. Pura e impecable dinamita capaz de jugar con fuego y la anarquía, con el exhibicionismo y la versión extendida, con la brutalidad y el exceso, con la reinvención histórica y la apropiación.
2. Blax-spaghetti–tarantino-ploitation
El director de “Malditos bastardos” siempre se ha sentido muy cómodo dentro de subgéneros bajo esquemas y estructuras clásicas. “Django desencadenado” está marcada por el lado más salvaje e hiperbólico para retratar el pasado sanguinario y violento del pueblo norteamericano. De nuevo existe un triunfo al aunar la elegancia, precisión y monumentalidad clásica fordiana con la originalidad, provocación y radicalidad del cine más alternativo desde Leone hasta el blaxploitation.
La blasfemia excesiva desmigaja la cultura americana y a través de la ofensa y la violencia establece un espejo aparentemente distorsionado pero realmente esclarecedor. Aquí los negros montan a caballo y bailan sobre la tumba de John Wayne. Aquí pasamos de los llaveros de Pussy Wagon a las Muelas del Dr. King Schultz, de Ennio Morricone a mash-up musical referencial y contemporáneo. Aquí se muestra una historia visceral y extrema, que profana lo sagrado para reinventar la leyenda aria de Sigfrido y triturarla por el blaxploitation para obtener un recital de venganza y desenfreno. Todo un baño de sangre y de cine desde la idealización de Broomhilda hasta sus constantes clímax fragmentados en capítulos. Tarantino es el Yasuzo Masumura y el Seijun Suzuki de nuestro tiempo. Ódiale o ámale, pero jamás podrás ignorarle. Blanco, negro y rojo son los colores de su nueva bandera. Django, su héroe portador… Y recuerden, la ‘D’ es muda… pero sus aplausos no.
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