Estamos ante un ejemplo muy claro de como sabotear el arte del Cine, una película que destruye sistemáticamente todos los soportes vitales para una buena narración, un sinfín de atrocidades que deberían prohibirse en todas las salas de proyecciones, mercados de DVD y todos los que haya. Este Baz Luhrman es que se te ríe en la cara (esta expresión es muy graciosa de tonta que es, como la película); vamos, que directa al vertedero sin pasar por el cubo de la basura.

Ambigua y curiosa pequeña aventura a través de un rio imaginario compuesto por las piscinas que pueblan los suntuosos chalés de los vecinos en una maravillosa colina. Bonita película en su arranque soñador y aventurero, dejando extrañado a quién no quiera huir de la realidad por unos momentos y zambullirse en otros mundos imaginarios y desconocidos, sacados todos ellos de mentes con ansias de vivir. Pero a cada paso que da la historia, ésta se va volviendo más amarga y oscura y se van acumulando las preguntas que se hace el espectador al no entender muchas de las reacciones negativas de la gente con Burt Lancaster, auténtico protagonista de la cinta, así como, por qué tal propuesta teniendo en cuenta el panorama hostil que se va encontrando. Incertidumbres e incógnitas que sólo sirven para forzar un desenlace y una conclusión aún con más interrogantes sobre el devenir de ese personaje errante y mal visto por una gran mayoría e idolotrado por otros. A pesar de todo ello interesa en todo su concepto, y la agilidad con que está narrada ayuda a que se vea con agrado.

Dos horas de charla que sólo interesa a los personajes de esta crónica que no se sabe muy bien que quiere tratar.
SI uno no está un poco al tanto de los acontecimientos, si desconoce esta historia va pasarse toda la película con cara de circunstancias.
Aunque su estructura narrativa sea de una naturalidad que en esta parte si conecta, los personajes no acaban de entonar con la dirección.
Claro, ahí están la buenísimas intenciones, como se trata de una película política todo tienen que ser valores positivos. Aquí son menguantes.
Pero si lo que hacen es redundar y dar vueltas mareantes, líos amorosos de un protagonista que piensa más en acostarse con cualquier chica que conoce y luego pretender ser un doctrinador barato del tres al cuarto, lo que hace es asco.
Y luego no hay quien les entienda con esa manía de no entonar bien las palabras y acelerarlas como si tuvieran diarrea y quisieran irse corriendo al escusado.
Que aprendan a VOCALIZAR y de paso que si quieren contar una película de una revuelta estudiantil, que la compartan con el público para que este se entere de AALLGO.

En esta ocasión el monstruo en cuestión es una mantis religiosa de los tiempos prehistoricos que por lo visto eran más grandes que un Tiranosaurus Rex, esta inexactidud se puede pasar por alto en este tipo de películas cuando su propósito no es hacer una divulgación científica de los animales que han habitado nuestro planeta.
Lo que no es concebible es que aporte menos tensión, suspense y entretenimiento que muchos dramas familiares o documentales de animales con los que convivimos el día a día.
Los personajes son sosos, intérpretes demasiado limitados con los cuales la empatía con ellos es bastante inexistente.
Ya el inicio no presagia nada interesante con un aluvión ralentizado de información que resulta tedioso y aburrido, como si tuvieran pereza para contar la historia.
La progresión es en todo momento a trompicones y carente de cierta agilidad que uno espera en este tipo de películas, que tenga algo de aventuras ni hablemos.
Todo es un ¿qué o quién está causando estos destrozos y muertes?, y ahora que lo sabemos ¿hacia donde va?.
En las antípodas de la excelente "La humanidad en peligro"(Gordon Douglas).
Ni un atisbo de entretenimiento que ofreció Nathan Juran por ejemplo en "La gran sorpresa".

Después de no haber visto mas que buenas críticas por parte de algunos sobre esta película supongo que la decepción es aún mayor teniendo en cuenta que las agradables expectativas no hacían preveer este cúmulo de despropósitos puestos como excusa para hacer una película con unos buenos números musicales que no salvan para nada este desconcierto que discurre entre discretas actuaciones dentro de un flojísimo guión. Ni que decir que a veces siente uno verguenza ajena por todo lo que acontece, parecen personajes sacados de algún centro psiquiátrico o más bien de una guardería infantil estando ellos como internos. No se sabe que quiere contar, ( no creo que tenga culpa la falta de subtítulos en las escenas donde cantan en la versión que vi ), el ritmo es cansino y todo va a trompicones. No me vale que se disfrute con la parte musical si todo lo demás es aburrido y tonto.