Como médico les diré que todas las series del género me parecen torpes, sensacionalistas y más cercanas a la ciencia ficción que otra cosa. En House, debo sumar a la lista los apelativos "repetitiva" y "sobrevalorada". Me explicaré. Para empezar, desde que la HBO empezó su apostolado ha quedado bastante claro que los productos "un episodio/un caso" están en franca decadencia y relegados a un papel de entretenimiento "son las diez de la noche, estoy valdado y la cabeza no me da para más": es muy aburrido que una semana tras otra se nos presente un caso cada vez más abradacadabrante que es resuelto por arte de magia porque el tipo se queda mirando a una taza de café y grita "¡Leucomielodistrofia subaguda del glande!"... Si lo mismo lo dice Sherlock Holmes en el Londres victoriano tiene su gracia, pero House es una burda caricatura sin verdadera calidad literaria, y en la que no se pueden sustentar varias temporadas (ojo, creo que Lauire es un buen actor, pero una retirada a tiempo es una victoria).

En definitiva, con un capítulo tiene su gracia, con dos empiezas a mirar el reloj y con tres se acabó la fiesta.

... por el voulevaaaard!. Ustedes tambien odian esta anglosajona cancioncilla ¿verdad?. Hay demasiadas cosas que odiar en esta película, empezando por Tim Allen y su mediocridad, pasando por el concepto (paradójico en mi opinión) de "comedia familiar" y acabando en una de los más repugnantes productos intelectuales del siglo XX junto con el nacionalsocialismo y el estalinismo: las navidades estadounidenses. Sólamente por la perversa concepción de estas fiestas cómo una orgía consumista e hipócrita orquestada por un gordo allanador vestido por Coca-Cola, ninguna película de Santa Claus debería llegar a nuestro país. Si además parte de un guión majadero hasta la cefalea, es dirigida con el mismo talento que un chimpancé de inteligencia media, y está protagonizada por el bueno de Tim Allen, yo diría que es motivo de conflicto diplomático. No, en serio, no dejen los niños se envenenen con esto, aunque sea el día de Navidad.

Esta serie ha resistido mal el paso del tiempo: de ser el recopetín de las sitcoms con marciano afelpado y todo, pasó a ser una viejunada con gracia limitada. Contiene algún momento reseñable, pero en confianza llegaba un momento en el que el bicho en cuestión se hacía muy cargante, así como la insulsa familia que lo acogía. Realmente tiene más gracia el salvajismo afeminado del Roger de American dad.

Apoteosis del "cine de paletos", género que todos los paises han cultivado pero que en españa cuenta con el particular virtuosismo de Martinez Soria. Sin entrar en la calidad de éste como actor, o su entusiasmo, es cierto que este hombre es de un solo papel, el de PALETO, con el que se recrea y descubre nuevos matices. Vergüenza debería darle a Landa o a Rabal en "Los santos inocentes" por tratar de dignificar el campo español, sin gesticular ni encadenar memeces a grito pelado con acento maño... Igual a los que conocieron este país en ese momento les trae recuerdos, o les hace gracia, pero no creo que esto sean comedias exportables ni en el espacio ni en el tiempo, porque se han quedado increiblemente viejunas y a las generaciones futuras solo les hará enarcar una ceja de pura incredulidad. Más Berlanga en los que hay que ver.

El único argumento válido para defender estos productos patrios es la nostalgia. Punto. Nada se salva en este cine paupérrimo, provinciano y que se revuelca en su propia ordinariez a excepción de los circuitos neuronales que pudo activar, en su momento, en los cerebros de los españoles. Del mismo modo que el buen cine será eterno así tenga 50 o 100 años, este cine morirá con aquellos que lo "disfrutaron" en esa españa de entonces; no concibo que se hagan muchas retrospectivas sobre Martinez Soria en el 2050, no...
En este caso el "paleto universal" se atreve con un doble papel,por lo que el tormento de chascarrillos, salidas de tono y "humor" viejuno se multiplica por dos (o más)... ¡bon apetit!