Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de mato
<< 1 10 16 17 18 19 >>
Críticas 94
Críticas ordenadas por utilidad
8
7 de octubre de 2010
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buried es la mejor película americana del otoño. Sólo que es española.
Esta anomalía, cifrada en las tildes que aparecen los títulos de crédito, marca la película. Y es que parece mentira que todo lo que ves y (sobre todo) oyes pueda ser obra de un grupito de españoles empeñados en contar una historia tan global como el conflicto EE.UU.-Irak.
Esta anomalía también se marca en la apuesta. Un americano había escrito el excelente guión, pero ningún americano se atrevió a producirlo. El motivo es claro: un solo escenario, un solo tiempo, un solo personaje. Hay tantas restricciones que sólo el presupuesto de gastos puede agradecerlas.
Y sin embargo, el de ingresos va a ser el principal beneficiado. Lo va a ser porque la intriga generada es bestial. Porque dichas restricciones se convierten en armas de concreción. Quizá la dirección no explota todas sus posibilidades claustrofóbicas, pero sin embargo, Cortés es capaz de convertir Buried en una peli de acción, en Indiana Jones y el Sarcófago de madera de pino. Logra generarte situaciones de alta tensión emocional, logra hacerte vivir persecuciones sin poder mover los pies.
Al final, queda una peli americana estupenda, coherente y emocionante hasta el final, cuyo doble truco final (sueño y canción) te impide quedarte con el regusto del buen cine. Te impide levantarte al día siguiente con el ataúd metido en tu cerebro.
Pero lo que ha quedado es una emoción sin límites, el éxito de una marcianada española que logró devenir americana.
mato
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
5 de diciembre de 2008
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unos años me metí en una sala oscura y, como le sucede a todo espectador, no salí cambiado, ni siquiera reforzado en mis planteamientos previos, sólo encontré cómo éstos podían tener un trasvase a la pantalla. Cómo un director podía aunar narración clásica y avances del cine publicitario, humanismo y globalización, continuidad y eclecticismo, diferencia e integración.

Se trataba de la película "Wonderland" y desde entonces no falto a mi cita semestral con Michael Winterbottom. Pocos creadores son capaces de tener una trayectoria tan coherente y tan diferente, de ser tan variados y tan similares, de abordar el riesgo sin perder el acierto. No importa el género, siempre le es fiel a sus códigos implícitos. Parte de ese respeto a las normas clásicas para introducir su amor por la humanidad, su querencia por personajes normales, su huida de las falsas torturas, su apuesta por el interés de la cotidianeidad. Es él quien mejor sabe crear magia de lo corriente, producir fascinación a partir de gente como tú y como yo.


Y lo hace sin necesidad de caer en recursos de fácil identificación. Su voz en off nunca busca provocar empatía, sólo mezclar en pantalla realidades diferentes. Sin embargo, sus personajes sí provocan empatía. Y lo hacen sin necesidad de acertar. Es más, Winterbottom siempre encuentra la belleza en el error, su gusto por la normalidad contrasta con su amor por la diferencia: el ser humano alcanza su perfección sólo cuando asoma su imperfección. De ahí nacen sus radiantes, efímeras, emotivas historias de amor. De ahí nacen sus vibrantes, controlados conflictos. De ahí nace el arte de un pintor con una amplia paleta de colores que siempre dibujan la misma figura: el alma humana. Y lo hace sin retórica de divino, sin pesimismos de postal, sin más búsqueda de autoría que la que da la propia voz.
mato
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
26 de enero de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo una espiritualidad a prueba de fe. Por eso todo lo que aquí comento, parte de ese hecho. De que, dada mi superficialidad hacia la vivencia religiosa, cuesta que me lleguen ciertos mensajes, ciertos sentimientos. No por ello dejo de admirarlas.
Y lo que me sucede durante la peli ganadora de Cannes es que no dejo de admirar, nunca llego a empatizar. Están a un nivel tan alto los monjes protagonistas que nunca llego a sentirles cerca, a emocionarme con su historia.
Eso no impide que siga creyendo que son maravillosos, que son referentes. Eso no impide que admire la obra de Beauvois. Eso no impide que no me dé cuenta de su coherencia. De cómo asume un estilo y lo mantiene hasta el final. De cómo acepta el silencio y el canto religioso como el sonido de sus vidas y por tanto, el sonido del cine. De cómo refleja su tranquilidad vital y su estrés ante la muerte. De cómo retrata sus vidas como parte de algo en esencia superior.
Todo eso es cierto. Pero el caso es que cuando llega el momento de emocionarme, no lo consigue. Cuando llega el momento de amarlos, me quedo en la celebración. Cuando llega el momento de epatarme con un último y maravilloso plano, me quedo en la admiración.
mato
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
21 de agosto de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Christopher Nolan lleva toda su filmografía buscando lo oculto. Pero no busca en los territorios opacos, busca en los límites. Busca joyas en el espacio que queda entre lo que se ve y lo que no se ve.
Empezó por la memoria y encontró los recuerdos olvidados en Memento. Consiguió el que quizá es el mejor thriller de la historia. Luego buscó en el espacio que antecede a la fase R.E.M., ese lugar de frustración que queda en la noche de los insomnes. Consiguió una obra maestra con Insomnio. Siguió alerta y llevó su ansia de saber al ilusionismo. Y en la mezcla de truco y realidad encontró en Prestige otro hito fascinante, nacido para confundir y sin embargo, perdurar. Con ello no le bastaba.
Tras el olvido, la magia y el comienzo del sueño, le faltaba llegar al centro de todo ello, al territorio donde el ser humano nunca llega, al territorio donde soñando sueña con llegar. Le faltaba llegar al sueño. Y apareció Origen.
Origen es totalmente coherente con el resto de su trayectoria. Tiene sus mismas dosis de espectáculo, de foco, de precisión estructural. Tiene un guión que supone otro salto sin red hacia el ridículo. Pero nuevamente lo logra evitar.
Lo evita gracias a una escritura modélica, capaz de contar cuatro historias dentro de una historia. Gracias a una fortaleza visual tan brutal, que logra satisfacer la infinitas posibilidades que daba la historia. Gracias a una puesta en escena de maestro, que hace real lo que sólo era sueño. Lo logra gracias a una inteligencia tan fina que es capaz de hacer comprensible una historia nacida para ser incomprendida.
Sólo su afán por dar espectáculo imposibilita el acceso a la maestría. La necesidad de recuperar el presupuesto le lleva a meter acción donde el conflicto no la requería. Y en ese añadido la película pierde algo de interés, hace que sobre algo de metraje. Pero poco.
Porque la solidez de Nolan hace que el espectador vuelva a conectar con su búsqueda. Vuelva a recuperar el olvido, vuelva a encontrar la magia, vuelva a recuperar lo apenas dormido, vuelva a vivir el sueño, soñando dentro de él hasta vivir soñando.
mato
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
21 de enero de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace año y medio escribí un post alabando la última comedia de los Coen. Dije que Quemar después de leer era su primera comedia que cumplía plenamente su objetivo. Tras ver Un tipo serio, sigue siendo la única.
Si su objetivo era hacer reír, a veces lo logra. Es tan perdedor el protagonista que no puedes evitar reírte a cada nueva pringadez. Si su objetivo era hacer reflexionar sobre la religión, casi nunca lo consigue. Es tan esperpéntico el camino que no queda lugar para la alegoría. Y si su objetivo era hipnotizar con la trama, queda manifiestamente lejos. Donde en Barton Fink, su referente más cercano, había atmósfera, aquí hay desinterés.
No importa que pueble la historia con sus freaks habituales. La tela de estulticia en América que los Coen siguen tejiendo no llega aquí a conectar con nadie. Porque todos generan más pasmo que empatía, más alejamiento que risas.
Un tipo serio no es una mala película. Sus encuadres siguen siendo curiosos y representativos de una América idealizada. Sus actores son perfectamente coenianos. Y su coherencia llega a todo el metraje, salvo el capricho del prólogo. Pero apenas consigue una escena perdurable.
Si en el principio de Heisenberg en la pizarra está todo el poder de sus imágenes, las matemáticas quedan demasiado lejos de la vida. La metáfora está a distancia excesiva de la realidad.
Eso no es malo, simplemente es lejano. Por eso, hace reír poco. Por eso no emociona nada.
mato
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 16 17 18 19 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow