Intenso anime. Lo que más destaco es la profundidad psicológica de cada uno de los personajes. Parece que está algo infravalorada al no ver tantos votos o críticas, pero sin duda alguna nos encontramos ante una excelente adaptación que no pierde ese clásico y pulcro ambiente de la novela. La novedad es su animación peculiar en la que uno puede tardar en meterse, pero que llega a resultar amena y agradable para la vista al cabo del tiempo, pues se agradece ver algo diferente en medio de la monotoneidad de la animación japonesa. Alguno podría tachar de sacrilegío la mezcla tan extraña que se ha realizado, pero extrañamente encaja casi a la perfección. Solo puedo decir que yo he disfrutado mucho con la música, el arte y la historia llena de sentimientos desbordantes.
Totalmente recomendable.

Gran film de un original Spyke Jonze que se ha metido en los quehaceres del amor, la tecnoogía, la alienación y la inocencia, Es en realidad una obra sutil con una música calmada y relajante. La voz de Scarlet Johanson encaja muy bien y las actuaciones están más que logradas. Desprende armonía y belleza. No es en sí ni una distopía ni una utopía al no entrar en sentimientos macros de la sociedad. Se centra básicamente en un individuo cuya historia de soledad y dependencia, pero al mismo tiempo de inocencia y ternura, nos llega al corazón. Alguno podrá sentirse identificado en esta relación, no muy convencional, extraña.
Es importante también recalcar que el crecimiento de este idilio amoroso se realiza poco a poco, con pausadas miradas y voces que susurran en busca de algo. Es poesía cinematográfica.
En cuanto al final, me ha encantado. No cae en los clichés del género.
Totalmente recomendable, para ver en tranquilidad y sin prejuicios

Dura, muy dura. Tiene escenas viscerales y macabras a pesar de no tener casi ni una pizca de sangre ya que los enfermos torturadores no pretendían dejar ni un rastro. Es muy interesante como documento histórico, y uno realmente puede llegar a identificarse con el sufrido protagonista, el cual, a pesar de estar ante situaciones traumáticas, muestra un gran signo de humanidad y valentía en ciertos puntos de la película.
Al final se te queda una sensación un poco amarga al pensar en lo macabro y sanguinario que puede llegar a ser el humano alienado, neurótico y psicópata.
Es recomendable, pero no vayáis esperando ver una obra de numerosos saltos y vueltas. Es como una cámara realista que va enfocando lo interior de las cavernas y caminos de la dictadura coreana de aquel entonces, centrándose para ello en una historia de un individuo y de su sufrimiento.
Reconozco que en algunas ocasiones he apartado la mirada, lo cual es lo normal, pero no por ello digo que su visionado en general me haya resultado innecesario.

Películas como éstas son por las que me gusta el cine. Cuando una película tiene la capacidad de mezclar lo visceral y lo sombrío con lo tierno y dulce sin hacer desmerecer ni la luz ni la oscuridad, lo que tenemos es, sin lugar a dudas, una obra de arte.
En cuanto al ritmo, pausado, lento, melancólico, y sereno, con unas imágenes que muestran perfectamente el desamparo de los protagnoistas, un ambiente gélido, helado y extraño que le da a la película un toque muy especial, digno de presenciar.
A veces nos posicionamos de un lado, y a veces estamos a otro. Es como una montaña rusa de emociones que se mueven entre alegría y tristeza, esperanza y sordidez. Tiene un amplio abanico de colores sin necesidad de ningún derroche de acción sin sentido.
La música, perfecta, de una belleza muy sutil que llega al alma. Se mueve cono las imágenes y nosotros nos movemos con ellas.
Las actuaciones, sutiles, sin excesos, donde una mirada, una acaricia valen más que cualquier confesión de amor empalagosa. En este film monumental se aprecia como las imágenes valen más que mil palabras.
Todo está muy bien engranado. Si intentamos buscar errores, estos serías superficiales y artificiales. Podemos criticar que no nos guste el ritmo lento y pausado, pero eso no es un error. Eso es cuestión de gustos. A mí personalmente me encanta.
Es una poesía cinematográfica, un alegato a favor del buen cine que sin lugar a dudas entra ahora dentro de las mejores películas que he visto en mi vida.