Como todo actor que se pone detrás de la cámara Mel Gibson mima a sus personajes y trabaja de manera especial con todo el reparto de esta cinta que a ratos encoge el corazón.

Todos están soberbios en sus papeles y lo mejor de todo es que Mel sabe que no es un gran director (era su primera vez) pero es que tampoco pretende serlo. La puesta en escena es un poco plana, sí. Pero transpira humanidad y veracidad en cada plano. Gibson se limita a ser un narrador de una historia que le llega muy de cerca y la lleva hasta sus últimas consecuencias.

No es una película fácil ni de agradable digestión, aviso. Hay una pederastia soterrada durante todo el metraje, un niño con deficiencias mentales que tiene lagunas igual que tenía su padre (el cual no acabó muy bien), una reflexión sobre la incomunicación, la promiscuidad de una madre, la presión psicológica a la que su familia somete a un adolescente, los sueños perdidos y los deseados... y sobre todo, es la historia de una de las amistades más hermosas e incondicionales que recuerdo en la historia del cine.

Loable interpretación de Nick Stahl por encima de todos.

Me encanta esta película. Todas mis críticas favorables son a películas de los 80, lo sé, pero es que son con las que he crecido y mi objetividad pierde un poco de perspectiva. Hace como dos años conseguí comprar una copia en VHS de esta película y volví a verla temiéndome lo peor.

No es el film redondo que recordaba pero es una muy digna película de acción con dos actores que son magníficos y se encargan de que cada escena tenga interés (en un guión interesante aunque con alguna laguna perdonable). Estos son Peter "Robocop" Weller y el eterno secundario Sam Elliott en uno de sus papeles que más me gusta.

Weller es abogado que está investigando un caso para el que pide la ayuda a su mejor amigo, que es un policía atípico (Elliott). Este policía no tiene casa, es prácticamente un mendigo y duerme en un cine porno de la ciudad donde va cuando no está de servicio. El título hace referencia a la ropa que lleva siempre, vaqueros azules:

"-¿Sabes cuándo un policía es corrupto?

-¿Cuándo?

-Cuando lleva pantalones de marca. Levis y esas mierdas. Con nuestro sueldo no podemos comprar pantalones así. Por eso conoces a los buenos policías. Porque llevan vaqueros azules"

Le falta un poco de presupuesto para la escena de acción final en el avión, pero el director la resuelve de manera original. La vi sin esperarme mucho y tiene un rinconcito dentro de mi archivo de películas más queridas.

El que la vea esperando la película de acción de año puede decepcionarse, pero vista como fue hecha, sin pretensiones, puede darte una gran sorpresa perdurable en el tiempo.

Esta es, junto con Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto, mi película favorita de Andy García. Con unos personajes brillantes, de un realismo supremo y maravillosamente dirigidos, Sidney Lumet nos narra la compleja historia de un policía (Ian Holm) que es herido durante una redada.

Encargan a su hijo (Andy García), que aspira ser ayudante del fiscal, la acusación contra el narcotraficante que disparó a su padre. Al otro lado del banquillo, en la defensa, se encuentra Wigoda (Richard Dreyfuss) al que no le interesa que su defendido gane el juicio, y amaña todo para pillar a algunos policías corruptos con lo que vengar la muerte de su hija de 15 años por sobredosis.

Andy García va subiendo como la espuma en su carrera política y va descubriendo poco a poco como las cosas no son blancas o negras; y que los policías no son tan buenos, ni los criminales tan malos. Hay una zona gris en la que todos se mueven y que le obliga a hacer pactos con todo el mundo para poder hacer justicia.

La corrupción lo corrompe todo y él se ve atrapado entre cumplir la ley y el amor fraternal.

Como si se tratase de Río Bravo y referentes parecidos Cop land es un western actualizado. Aquí se nos cuenta la historia de un sheriff taciturno y solitario, enamorado platónicamente de una mujer a la que salvó la vida y por cuya culpa es sordo de un oído.

Está gordo, solo y cansado. Nunca pudo entrar en la policía por sus problemas auditivos y se encuentra en un momento en que su vida no va para ningún lado. Loable interpretación de Stallone en el que es seguramente el mejor papel de su carrera.

La re-aparición de Ray Liotta al final es memorable.

Aunque me expongo a que me echen definitivamente de Filmaffinity por el mero hecho de haber escrito una crítica positiva de esta película, me permito defenderla con mis argumentos porque me divirtió muchísimo.

He de reconocer que yo no soy fan de la saga de Jason. Partamos de la base de que no me ofende que hayan degenerado a este personaje. Las he visto todas como buen aficionado al cine de terror, pero sólo esta y algunas partes de Freddy vs Jason me parecen interesantes. Creo que la saga ha decaído tanto que esta película es una broma en sí misma y no puede tomarse en serio. Es una cinta llena de humor negro que se ríe del resto de películas de Jason exagerando todas las fantasmadas al límite. Si uno piensa encontrarse una peli de terror lo lamento mucho, pero esta no es tu película. Si quieres ver una ristra de gags de humor negro, entonces sí la recomiendo. Yo creía que era de miedo y a mitad de la película empecé con una risita tonta. Los gags se sucedían a la velocidad del mejor Benny Hill. Y la sonrisa ya fue una carcajada.

Al final me tiraba del sofá partiéndome de risa y rebobinaba la cinta para volver a ver los mejores momentos. (De hecho me la compré en DVD tiempo después)

A continuación relato un par de estas situaciones desternillantes.