La película Congo es un de esas pelis que siempre que la ponen piensas en lo mala que es, pero lo que entretiene... luego te das cuenta que no. Es mala y aburrida.
Una doctora y un imbécil total, van a África y a buscar a otra gente para no sé qué. Este grupo expedicionario se hace acompañar por una mona parlanchina que bebe martini...si tal cual.
La propia Laura Linney flipaba con semejante despropósito.
A medida que avanza la película la cosa va degenerando aún más, y el ritmo es más lento. Al final el aburrimiento es mayúsculo.
Los efectos son nocivos, los guiones horribles, la trama estúpida...y así se puede seguir todo el día.

Cuando una familiar mía (feminista y activista por la igualdad) vio la película en el cine porque pensaba que era una comedia inofensiva y muy divertida, quedó hundida al ver el horror y la degradación de una película que humilla a mujeres y hombre a partes iguales.
He de confesar que ante tal estupor, me despertó cierta curiosidad. Así que en cuanto pude la vi.
No hay palabras para describir lo que sentí en cada escena desde el principio. Cameron Díaz se presta a hacer la estúpida durante hora y media acompañada de dos amigas que actúan de relleno.
De la historia no se puede hablar porque no tiene, solo son guiones llenos de tacos y sexo, sexo en cada secuencia y en cada conversación que mantienen. No son mujeres liberadas, son personas adictas con vidas vacías. Tampoco son mujeres modernas e independientes, porque lo único que se muestra es a un grupo de mujeres que aceptan ser objetos sexuales y se sienten vacías sin un macho al lado.
Por supuesto los hombres son unos descerebrados que solo piensan en lo mismo.
No hay tristeza, ni alegrías, ni problemas, ni superación, ni nada de nada. La raza humana en esta película se reduce a un grupo de bonobos que viven por y para el sexo.

Drácula, la leyenda jamás contada es una película atípica del todo. Partiendo de la novela del famoso Bram Stocker y las leyendas de Vlad Tepes el empalador, se ha creado todo un género de cine disparatado y malo a rabiar, que cada ciertos meses nos regala una nueva entrega.
Pues bien, esta obra no iba a ser menos desde luego. La falta de ideas de Hollywood es preocupante, pero en los últimos años, se está dedicando a intentar explicar de forma histórica novelas y otros cuentos, lo cual es más grave si cabe.
En este caso, nada se mantiene, cualquier idea o parecido se adultera. Luke Evans, hace de héroe o villano de turno, que tras el encuentro con un anciano siniestro (no sé qué papel interpreta), se convierte en un superhéroe que se deshace en murciélagos y mata ejércitos él solo.
Ya se sabe que el cine americano no es amigo de la Historia, pero esto es demasiado. También odia a la literatura del XIX.
Unas interpretaciones malas, unos decorados y efectos que abusan del ordenador, una historia aburrida y un final patético, hacen de la obra un mal plan para cualquier día y hora.

Creo que es la peor película de la historia del cine muy por debajo de cualquier película, bodrio o monstruosidad que se haya hecho hasta el momento. Puede costar casi una enfermedad acabar de ver esto y varios días de depresión posterior.
No se sabe en qué pensaban ni los productores ni el director ni los actores para embarcarse en esta cosa.
La trama es de lo más estúpida, un grupo de espeleólogos hacen un agujero en una roca y salen una especie de vampiros, murciélagos u otro ser similar y a partir de ese momento siembran el caos en el mundo entero.
Si ya la idea original es una basura todavía es más porque estos bichos se mueven por el sonido y si no haces ruido pues no te atacan. Evidentemente todo el mundo hace ruido como idiotas.
Sigo en spoiler porque me ha generado mucho odio.

La película trata sobre la típica protagonista adolescente e incomprendida, de calidad actoral cuestionable, que está poseída y le dan jamacucos de vez en cuando.
El director ha tratado de crear algo de autor y diferente, pero ha acabado haciendo lo mismo y de peor nivel.
Un NO rotundo.