Es una película ñona y sensiblera, en la estela directa del cine de autopromoción franquista donde la caridad arregla lo que la justicia no quiere o puede; tan tramposa como inverosímil. Todo resulta increible, por lo que pasa a ser directamente ridícula. El niño, de borde, está bien; pero la protagonista no transmite nada, es un "palo" la pobre. El final parece digno del programa de Bobby Deglané "Club Mediodía" (el de los milagritos).
Tan buena o peor que "Un traje blanco" de Rafael Gil del año 1956.

Le doy 5/10 sólo porque el elenco es bueno, todos guapísimos/a y sensacionales como casi siempre que actuan. El guión es interesante como punto de partida pero la entidad que éste da a los personajes es desigual. La idea de que ellos vuelvan contratados en el inicio de su decadencia a enfrentarse a su ética de antaño ( recordando al personaje de Robert Ryan en Grupo Salvaje) presenta unas espectativas que resuelve Brooks de un brochazo digno del western más rancio con un final donde la verdad y la ¿ moral ? triunfan sobre la ¿injusticia?... En cualquier caso la parte de acción de la película, está bien llevada. Tiene buena fotografía y buena dirección de unos muy buenos actores. Pasable, sólo eso. Para una tarde de domingo.

Versión de “The 92 Minutes of Mr. Baum”, un film israelí de 1997 escrito y dirigido por Assi Dayan. Una doctora realiza una sustitución y tropieza con Williams así que le dice que se va a morir en 90 minutos y no la culpo, yo no le hubiese dado ni cinco. En fin que ante el peligro de una demanda por falso diagnóstico, tiene que buscarlo por toda la ciudad y ya tiene excusa Robin para amargarnos la existencia.

Si a un director medio como Phil Alden Robinson le sumas un actor principal como Williams es inevitable que te encuentres con un bodrio como este. Que este par de merluzos tengan quien los financie a lo grande no es más asombroso que todavía le paguen por actuar a este patán. ¿Para cuándo una sentencia que le obligue a indemnizar a los damnificados? ¿Para cuándo el 0 en Filmaffinity?