La materia prima y la idea en si no es mala, a mi juicio lo que más falla son los dos protagonistas, no me los creo en sus respectivos papeles. Otra cosa es Verónica Echegui, que dentro de lo que cabe da el pego.También lo típico de la serie española al uso, el exceso de tramas y subtramas que no aportan nada, por otro lado,la historia es ambiciosa y con cierto toque original, pero el guión y las interpretaciones son de telenovela de sobremesa más bien. Hay giros de guión(como el del paso a la clandestinidad del protagonista que rozan la inverosimilitud más absoluta) y el maniqueísmo de siempre en estos temas, en fin, se deja ver pero podria haber sido mucho mejor la verdad.

El tema y la época que trata la historia que nos ocupa, podrían haber dado lugar a una película mucho mejor que la que al final ha resultado, el actor protagonista le falta mas convicción en su personaje, está como alelado,luego hay muchas lagunas en la historia, acciones de los personajes que no se explican muy bien, eso si la atmosferá gris y cutre del Chile de aquella época esta muy conseguida.Se podría haber hecho mejor francamente.

Si algo bueno se puede decir de una película de espías, es que parece una buena novela de espías, como está que nos ocupa. Terriblemente realista y verosimil, con personajes de carne y hueso, con la condición humana en todo su esplendor, como en toda buena historia de espías que se precie. La manipulación, el poder del dinero, las cadenas de favores entre los poderosos, etc etc, Luis Tosar magistral, como no podía ser menos en un actor de su calidad, construye un personaje con conciencia, que es consciente de los malos hábitos de su trabajo y de los abusos y injusticias que se cometen con la excusa de la seguridad del estado, por otro lado Miguel Rellán como ese jefe amoral, manipulador y con un cinismo a prueba de bombas, realiza una interpretación brillante. Resumiendo, una magnífica de espías realista y convincente a más no poder.

Una estupenda serie que se devora en un suspiro, con una mezcla de intriga, terror, desasosiego y malos rollos, con esa tendencia de Ryan Murphy a crear personajes freaks y perturbadores, mezclando sabiamente lo gótico con lo moderno y con un buen reparto encima. Los protagonistas , Bobby Cannavale, como el atribulado marido y padre de familia y una siempre exquisita Naomi Wats ( por cierto, que bien le sientan las gafas) como sufrida madre y esposa y unos secundarios cumplidores, como la veterana Mia Farrow, el inclito Michael Nouri o la muy operada Jenifer Coolidge, lo mejor de esta serie, su imprevisibilidad y su sabia mezcla de generos.