Confieso que es la primera película que veo de Thomas Anderson, y me ha fascinado. En la próspera América de los primeros años cincuenta del siglo pasado, en el comienzo de la guerra fría, asistimos a una verdadera epifanía, un viaje a los infiernos de un desequilibrado y alcohólico ex combatiente de la II Guerra Mundial. Hoffman y Phoenix son dos bestias pardas (una lástima la reciente pérdida del primero), eso nadie lo duda. Su duelo actoral es lo mejor de esta magnífica, enigmática y compleja cinta. En esa sociedad de la opulencia no parece haber sitio para un desarraigado, por lo que es el jefe de una incipiente secta será quien se haga cargo de él. Pese a que el guión comienza a hacer aguas en la segunda mitad, ya nos han contado entonces lo principal: seguimos las peripecias de alumno y maestro por Estados Unidos, en una suerte de via crucis sin fin, con una fotografía espectacular y ese duelo actoral que no decae. No hay desmayo en la interpretación de los dos protagonistas (muy bien secundados), en una suerte de continuo quid pro quo psicoanalítico. Hay escenas inquietantes, y los sectarios viven muy bien a costa del dinero de los incautos. Crítica al sistema de valores caduco que impera en USA casi desde su fundación, no parece que guste mucho al director la fe del carbonero, la salvación segura, la vida muelle: cada uno debe ser dios de sí mismo, a lo Hölderlin, en una cinta que rezuma autenticidad y buen cine por los cuatro costados.

Tomando como punto de partida la obra de Masoch, Polanski despliega sus obsesiones más comunes, en un film en el que la pasión como bajada a los infiernos funciona a la perfección....

Primeriza y magistral cinta de Kurosawa, director que retrató las contradicciones de la sociedad japonesa, anclada entre una tradición feudal y su difícil adaptación a la modernidad tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial, uno de los temas de este "duelo silencioso". El mismo Kurosawa era descendientes de samuráis, y ese código de honor que llevaba impreso en su adn se ve en toda su muy notable filmografía.

Pese a algunas irregularidades en el guión que la hacen un poco liosa, esta cinta se deja ver y es un retrato interesante de una época que esperemos no vuelva nunca.

Me he acercado a esta cinta con prevención, pues Coppola hace tiempo que es un ex cineasta, y por el aura de malditismo y film de culto que la rodea.
Me ha parecido una obra maestra sin paliativos: el amor, lo que escuece, lo mucho que duele, lo que nos condiciona, lo que nos complica una vida ya demasiado complicada de por sí. Una historia que nos ha sucedido a cualquiera, en la adolescencia o hace unas semanas, esos malentendidos y desencuentros, la lucha por conservar lo que uno quiere conservar. Rodada en unos decorados fantasmagóricos, con una estética ochentera que me recuerda ligeramente a Twins Peaks, con la impagable banda sonora de Tom Waits, entiendo que fuera la ruina para su director, pues la gente prefiere Titanic, el novio de mi prima o cualquiera otro subproducto. No os la perdáis, está disponible en filmin.