El director de este film acusa una doble motivación para realizar esta cinta. Por un lado, el interés macabro que puede despertar en cualquier persona una historia siniestra que sucedió en la realidad (década del '30).De otra parte, el hecho de que de niño, supo que su tía abuela fue presumiblemente una víctima del personaje central de la película. A los siete años, en la zona insular del Paraná, literalmente, desapareció. El film indaga consultando a los lugareños, personas de una formación cultural no muy acentuada, que brindan un relato no siempre coherente ("era bajo", "era alto"...). Entre todos, con fragmentos de sus declaraciones anudados, va tomando forma un retrato todavía impreciso. Se sabe que el "hombre-bestia", como lo calificó con propiedad un suelto de diario de esos tiempos, de nombre Aparicio Garay (y 16 nombres/sobrenombres más) había ingerido criaturas. Profundizando la inquisición, dará al fin con un expediente judicial que echará algo más de luz sobre aquellos sucesos enterrados...Con interpolaciones de imágenes del río Paraná, el film discurre con un tono bastante ágil, con un ritmo correcto para un documental y una música apropiada. 7,75.

Este es un documental con algunas peculiaridades. Por empezar, y como si se tratara de una aparente operación de catalogado, unas mujeres al tiempo que admiran los cuadros del pintor Gorriarena, a quien evidentemente se busca homenajear, hacen comentarios tratando de acertar la identidad de diversos personajes famosos que el artista quiso inmortalizar, por ejemplo la millonaria Amalia Lacroze de Fortabat -también coleccionista de cuadros y acaso convocado por ella para el retrato-, o Lacan cuya cara es sombreada con pequeñas letras lo que remite, como dice la señora presumiblemente profana que lanza un comentario a propósito, "tiene que ver con la palabra", con una sonrisa meliflua y sin profundizar, en modo alguno, las razones de su alegación, lo que genera lógicas dudas y suspicacias sobre su conocimiento del psicoanalista y sus doctrinas o se limita a dar un dato en cierto modo implícito por las referidas y sugerentes letras. Así va discurriendo el film con opiniones más o menos autorizadas, más o menos peritas...en fin, mostrando casi en forma "casual", por tomar en préstamo una figura literaria de la moda, diversos cuadros del pintor, que tiene una línea modernosa y con algo de comic que, en lo personal, no me fascina demasiado. El ritmo no es particularmente ágil, los comentaristas no son particularmente idóneos por lo cual, al rato de observarla, me aburrí y seguí leyendo a Apuleyo.

La película muda, se divide netamente en dos partes, bien definidas. En la primera, se ve a una mujer joven en un ambiente de riqueza y opulento que vive dedicada a los placeres, reuniéndose con millonarios dedicados a la vida disipada y generando, paralelamente, infortunios sentimentales que tienen desenlaces trágicos, por ejemplo suicidios y homicidios, mostrando una gran venalidad, lo que le reporta la amonestación severa de un sacerdote. En la segunda parte, recibe al sacerdote quien le narra la historia bíblica de Sodoma y Gomorra, que tiene un cierto paralelo, por lo menos metafórico con su pasado disoluto, y donde se relata el culto a la Diosa Astarté cuya suma sacerdotisa es, efectivamente, la misma actriz protagónica ataviada a esos fines. El preludio se desarrolla en mansiones aristocráticas, en medio de jardines de ensueños, con puentes, y pabellones de placer con un mobiliario lujoso. La segunda parte, en el Oriente, en el marco de la conocida historia de Lot y su mujer, y el castigo de lluvia de fuego por la ira divina. La película, más allá de la excelente ambientación de época, sobre todo de la primera parte, más la imaginativa decoración en Oriente -aunque se nota en alguna medida lo artificioso de la escenografía- revela un gran despliegue técnico y económico, sumado a una nítida estética expresionista en algunos tramos que recuerdan el cine alemán de la época. Es un film destinado a dejar huella por lo hondo del mensaje y que, en mi criterio, hubiera sido aún más logrado abreviando algunos centímetros pero, como dije, por su fuerza comunicativa merece que se le adicione un punto.

El protagonista, un joven irlandés, asume una misión: encontrar a su amigo de la infancia Finbar, cuyo destino es un enigma. Un día recibe una llamada y la voz conocida y en tono irónico le explica que cayó en un camión de remolachas con destino a Estocolmo. A partir de ahí, se produce la increíble odisea de intentar hallar, sin más datos que éste, al viejo amigo. Por supuesto, ésto implica llegar al país nórdico y preguntar, simplemente: si alguien oyó hablar de Finbar. Y el malentendido de arribar al "Bar finlandés", que es lo que le entienden los lugareños...Metáfora de la soledad, la amistad, los desencuentros, la posibilidad de relacionarse e iniciar una nueva vida y hasta un destino en una sociedad diferente, la película tiene una extraña belleza y aunque por momentos tiene altibajos, cierta calidez y las preguntas que logra disparar sobre la posibilidad de una vida errante o sedentaria, sumado a buenas actuaciones y una bella música, la tornan interesante. 7,5 puntos.

Esta película se distingue por la mano maestra de su Director. La atmósfera es sumamente poética, misteriosa y dramática. El colorido y el encanto oriental, en los atavíos y la música están presentes y si bien los sueños -ocho- son independientes, tienen el sello común de la dirección única. Una sola palabra más: es una película que se mueve a ritmo lento, lo que para algunas personas puede resultar algo monótono o aburrido, y deben estar preparadas para ello. Es ideal, en cambio, para quienes gustan del cine poético de alta calidad estética y en cuanto a la profundidad del mensaje.