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España España · madrid
Críticas de tiznao
Críticas 1.617
Críticas ordenadas por utilidad
6
13 de septiembre de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por una parte tenemos a un tipo de unos 70 años, que al principio de la película aparece muerto en su apartamento junto a los cadáveres de 5 muchachas (amontonadas de forma grotesca) a las que había subido al mismo y con las paredes repletas de platos y demás enseres domésticos incrustados en las paredes, se entierra al tipo, los detectives encargados del caso alucinan con lo extraño del caso y conocemos a la hija del asesino y a otro tipo que parece ser sabe que lo que ha sucedido es consecuencia de unos enormes poderes mentales telekineticos que hacían ser al vejete un “vampiro psíquico” (mata absorbiendo la energía vital).
Por otro lado tenemos a una fraternidad compuesta por 3 muchachas (la cabecilla, una negra que le falta un hervor y la segunda de a bordo que aunque se deja llevar manifiesta un punto de sensatez) que ante el deseo de Julie (Meg Tilly) por formar parte del grupo y debido que está saliendo con el ex novio de la cabecilla ante el evidente recelo y resentimiento por parte de esta, deciden hacerla una prueba de ingreso que consiste en pasar una noche sola en un siniestro mausoleo (limpio, mármol reluciente y largos pasillos que se entrecruzan, con las paredes repletas de nichos alineados, todo ello montado con madera y plástico por Craig Stearns, el diseñador habitual de John Carpenter y con un aspecto que la hace lucir como una localización real).
Todo esto a modo de presentación durante los primeros minutos, de aquí hasta el último tramo de metraje tenemos una tópica y plana peliculilla que el único atractivo que pueda tener es para mitómanos varios (al final de la reseña me extenderé un poco) y no excesivamente críticos con las producciones ochenteras de terror (sin todavía ningún atisbo de su fama como película de culto ni del motivo por la que estuvo nominada a mejor película de terror en los premios de la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films, USA del 83) y la buena banda sonora, pero que durante ese último tramo se convierte en un terrorífico y lovecraftiano tour de force, en base a unas escenas realmente impactantes y aterradoras, de las que no voy a comentar nada en aras del disfrute de los que se decidan a verla y que (a mi juicio) ningún aficionado al cine de terror debería perderse (como pista reseñare que para estas escenas se usaron esqueletos reales traidos de India).
En resumen, aunque lenta y falta de chicha durante casi todo su metraje, excelente, aterradora y de obligada visión las lovecraftianas escenas de ese “casi”.
Sigue en spoiler por falta de espacio:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
tiznao
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6
28 de agosto de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, no es Cleopatra Jones (Tamara Dobson), ni Foxy Brown (Pam Grier), su nombre es Diana “Sugar” Hill (Marki Bey), unos mafiosos que trabajan para el capo Morgan (Robert Quarry), han matado a su amado novio para apoderarse del exitoso night club (su número estrella es el que vemos durante los títulos de crédito iníciales) que regentaba y el cuerpo la pide cruel venganza, no sabe artes marciales ni tiene grandes contactos, PERO (así en mayúsculas), conoce a Mama Maitresse (Zara Cully), una vieja sacerdotisa voodoo, que ante las suplicas de que la eche una mano en la venganza, se pone manos a la obra de ipso facto, no sin antes preguntarla qué tipo de venganza quiere y Diana responderle que la más fuerte y poderosa que tenga, por lo que abandona la letanía y conjuros que había iniciado y se dirigen a un pantanoso cementerio donde invocan al señor de los muertos, un tipo alto con sombrero de copa e incisivos plateados que atiende por Barón Samedi (Don Pedro Colley), el cual se materializa de inmediato y tras las presentaciones de rigor acepta el encargo, suelta a grito pelado una llamada a los muertos y automáticamente estos se levantan de las tumbas, formando un pequeño ejército de zombies (tipo haitianos, sin aparente putrefacción, piel pálida, ojeras acusadas, cubiertos de telarañas, uñas largas y sucias y con los ojos opacos) con machete y quedando a disposición de la vengadora.
Todo esto a modo de presentación durante apenas 20 minutos de metraje, a partir de aquí con Sugar dirigiendo a los zombies (con la supervisión siempre cercana del Barón Samedi) sobre los objetivos (de uno en uno como mandan los cánones) y un antiguo novio policía investigando las muertes, tenemos una entretenida y divertida Black explotation que mezcla terror (“Blacula 1972” y su secuela “Dracula negro II”, “Experimento diabólico 1972” y alguna mas difícil de encontrar que hay por ahí es todo el bagaje del genero) y venganza (eje habitual de las tramas), ciñéndose a las reglas (racismo, imposibles peinados afro, escotazos, buena música y diálogos divertidos y secos) y conteniendo un variado surtido de muertes, que si bien bajo el punto de vista de gore, sangre y demás andan muy justitas, son realmente imaginativas, truculentas y resultonas (es una pena no haberse recreado más en la ejecución de estas, ni haber incluido algún que otro desnudo que tanto y tan bien acompañan a estas historias).
Sigue en spoiler por falta de espacio:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
tiznao
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7
25 de agosto de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producida por José Luis Garci y dirigida por Imanol Uribe, estamos ante la primera de las 6 historias de terror que TVE realizo allá por finales de los 80 en coproducción con otras cadenas europeas.
Eva (Lydia Bosch), tras sorprender a su marido (José Coronado) en la habitación marital del chalet en el que vivían, haciendo el amor con una desconocida (esta en penumbra y ni ella ni el espectador vemos la cara de la mujer) sale corriendo a casa de su padre (Fernando Guillen) a comentarle la jugada para después de ser tranquilizada por este, coger su Ford Fiesta y una vez en la carretera atropellar a una mujer que ha surgido corriendo de la nada y se ha interpuesto en su camino.
9 años después, la mujer atropellada lleva 8 años en coma en la habitación de un hospital, tiempo en el que nadie ha ido a visitarla y nadie ha logrado averiguar su identidad (lo único que sabemos hasta este momento de ella es que incomprensiblemente el cuerpo no ha sufrido las lógicas descalcificaciones y ulceras de rigor en un cuerpo tantos años inmóvil y que por las noches se hace visible una especie de anagrama en la palma de su mano).
Todo esto a modo de presentación durante los primeros minutos, a partir de aquí y tras la sorprendente e inexplicable salida del coma de la atropellada la misma noche que el abuelo Guillen le está contando el cuento de “la Bella durmiente” a Luna, la nieta (hija de Lydia Bosch y José Coronado, concebida antes de la separación), narración durante la cual la cámara salta de la habitación a la cama del hospital y al grafico que muestra las constantes vitales de la comatosa mientras vemos una evidente conexión entre lo que está soñando la niña y la mujer del hospital, repito a partir de aquí tenemos una interesante y digna historia de terror que poco a poco va atrapando tu atención y cuando te das cuenta estas absorto y mas que atento a lo que se va sucediendo en la pantalla, en la que se suceden ritos blasfemos y demoniacos, muertes truculentas, todo ello en torno al extraño e inquietante comportamiento de Luna, a una atmosfera que en un magnifico in crescendo va desembocando en un excelente y terroríficamente conseguido final con Andrés Aberasturi de por medio (su voz) y una escenografía (también final) que me trajo a la cabeza inmediatamente “el crimen de Los Galindos” (así fue, así se lo cuento).
Súmese un buen trabajo actoral en el que es obligado destacar a la niña que hace de Luna (no sé cómo se llama), a un brillante Fernando Sancho como el desconcertado guardes abuelo de José, el niño que comparte juegos con Luna, una Amparo Muñoz guapísima, inquietante y esplendida en su breve pero poderoso personaje de Lilith, la mujer atropellada del coma, un digno acompañamiento de Emma Suarez como la niñera de Luna, una breve aparición de Tony Isbert y el resto del reparto (tampoco es cuestión de nómbralos a todos) haciendo un trabajo digno y tenemos una buena y absorbente película de terror de la que desconocía su existencia.
tiznao
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8
19 de julio de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arranca con Kent Marlowe (Robert Montgomery), un hombre que en la noche de fin de año atropello a un hombre cuando conducía en estado de embriaguez, entrando a cumplir la condena de 10 años a la que ha sido condenado a una cárcel llamada “The big house” y que a la llegada del furgón vemos como una inmensa y amenazadora mole.
Tras el protocolo de rigor, que consiste en requisa de sus efectos personales, cacheo, entrega de uniforme y charla del alcaide James Adams (Lewis Stone), es encerrado en una pequeña celda con 2 consumados delincuentes, un fornido y duro criminal llamado 'Machine Gun' Butch Schmidt (Wallace Beery) y John Morgan (Chester Morris) un consumado ladrón.
A partir de aquí tenemos un magnifico y recio drama carcelario, que nos muestra por primera vez (al menos que yo sepa, que hasta el descubrimiento de esta película creía que “Soy un fugitivo 1932” de Mervyn LeRoy era la pionera, lo cual no resta un ápice a la extraordinaria película protagonizada por Paul Muni) la dura vida en el interior de una prisión, en la que solo los más fuertes sobreviven, con todo tipo de personajes y situaciones que luego hemos visto en 1001 producciones de todo pelaje ambientadas entre los muros de una carcel y con un muy entretenido desarrollo de la trama, en base a la relación que se establece entre los 3 compañeros de celda, la trama amorosa entre Morgan y la hermana de Kent, Anne (Leila Hyams), cuando este consigue fugarse y va tras ella para vengarse por lo que cree que le hizo John antes de evadirse y el extraordinario film de acción en que se convierte en su tramo final (sorprende la intensidad y poderío con que están rodadas para la época de producción).
Súmese la excelente actuación tanto de Wallace Beery (nominado al Oscar de 1930 por este papel) en el papel del duro “Ametralladora” Butch, como de Chester Morris en el del otro kíe carcelario, un digno trabajo por parte del resto del casting y la innovación por parte de MGM (en un tipo de producción dominado por Warner) de adaptar un guion escrito por una mujer (Frances Marion), la cual se documento en la mítica prisión de San Quintín para ello y gano justamente el Oscar al mejor guion (además también obtuvo el Oscar a la mejor banda sonora) y tenemos una extraordinaria película de visión obligatoria.
tiznao
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6
21 de mayo de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un corredor de carreras de mala muerte y su mecánico, Larry y Deke (Peter Fonda y Adam Roarke) deciden robar un centro comercial, para en palabras de uno de ellos, tener money cubic (algo así como dinero para autos de gran cubicaje), cosa que consiguen mediante el secuestro de la familia del director por parte de uno de ellos mientras el otro hace la colecta de manos del director del mart, (Roddy McDowall) atemorizado por la integridad de su familia, dándose inmediatamente a la fuga, a la cual se une una muchacha (Susan George) que había conocido (también en el sentido bíblico) recientemente.
Basada en una novela de Richard Unekis (The Chase), lo que aquí tenemos es exactamente es eso, la caza que inicia el sheriff Everett Franklin (Vic Morrow) de los tres fugitivos, el representante de la ley ordenando la operación de caza por radio y los fugitivos oyéndolo todo por un scanner que llevan consigo, en el que si bien Peter Fonda como el excelente piloto cuyo sueño es llegar a competir en Daytona, como la guapa, pizpireta y bronceadísima muchacha de pueblo que se las tiene tiesas con este y Vic Morrow como el rudo sheriff que va tras ellos, hacen un gran trabajo, las verdaderas estrellas de la película son, un Chevy azul del 68 y el Dodge Charger 440 V-8 amarillo del 69 y las excelentes y visualmente muy potentes maniobras que realizan durante gran parte del metraje, hasta el magnífico y violento final.
Estamos ante un film de culto entre los amantes de las películas de coches a la carrera de la época, de las que también podríamos incluir entre otras a “Bullit” y “Vanishing Point”, esta ultima y la que nos ocupa mencionadas por las chicas de Tarantino en su “Death Proof” (que por cierto contiene algunas escenas calcadas de esta) y que por nada del mundo se deberían perder los amantes del motor, debido a las buenas escenas que protagonizan tan sublimes maquinas.
Resulta verdaderamente impactante ver al malogrado Vic Morrow a bordo del helicóptero, viniéndote inmediatamente a la cabeza el trágico accidente sufrido al final del rodaje del episodio dirigido por John Landis en “En los límites de la realidad”, en el que tanto él, como uno de los dos niños con los que rodaba la escena, murieron decapitados por las aspas de un helicóptero y el otro niño aplastado por el aparato (hace tiempo vi en un documental de HBO la escena y resulta verdaderamente estremecedora, se ve a los tres corriendo por una zona pantanosa y como el helicóptero explota y la pantalla se ciega con el estallido, por lo que gracias a Dios, sugiere más que muestra).
Absolutamente recomendable
tiznao
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