Si no vas con grandes expectativas pasarás de manera entretenida el rato, con el aire gamberro que le imprimen a estos superhéroes y un cierto humor -menos del que se deduce por el trailer y el marketing.
Es una mezcla de muchas cosas que no siempre resulta bien equilibrada. Destacan las escenas entre el protagonista y su esposa, con todo lo que ocurre, bastante emotivas. Se desmadra en otros momentos con una violencia innecesaria -sí, ya sabemos que no es de verdad- aunque las escenas de acción no caen en el aburrimiento.

Mal se presentaba la cosa cuando anoche tuve que ver esta película porque falló otra y teniendo en cuenta que no me atraen los musicales.
Pero todo empezó a cambiar desde el primer instante, la manera impactante en que comienza la película -te avisa de que no te va a dar tregua-. A pesar de su intensidad, mantiene un excelente ritmo y la manera de narrar no te deja escaparte del hilo que se ha cogido, ya digo, desde el primer momento.
Las coreografías, la música, las canciones y las voces que las interpretan para mí son soberbias y las interpretaciones de actores y actrices están muy equilibradas dentro de mucha calidad.
Es una película que se te puede subir a la cabeza.
(Mención especial para el vestuario, con colores y materiales más realistas que los de muchas películas)

Original e interesante idea sobre la que se apoya la película.
Tiene dos partes demasiado diferenciadas. Más que pasar de una a otra parecen sólo tener un hilo común. Más aún el final estropea bastante de lo que cómo crítica pudiera tener.
Pero no obstante, ahí está una original manera de plantear lo fácilmente que nos dejamos engañar por mundos ideales en los que al final acabamos encontrando porquería. ¿Son muy listos los que nos engañan o lo tienen sencillo?
(Curioso el desembarco en dos semanas de Matt Damon con dos películas críticas que guardan mucha similitud sobre mundos ideales y prefabricados: ésta y Suburbicon)

Acudía a esta película un tanto mediatizado por las críticas leídas y me he encontrado, para empezar, con una película entretenida, que es lo mínimo que se puede pedir cuando uno acude a un cine. Además es divertida sobre un tema muy de actualidad, tratándolo de una manera que suele gustar a la mayoría.
No se busca grandes complejidades pero te mantiene cómodo en la butaca.

Sabía que no iba a ver el "Campeones francés" pero, como aquella, me paraba salir empachado con una visión dulzona y simplista. Como entonces, me he equivocado.
Es difícil y arriesgado tratar en una película un realidad tan cruda -y tan desconocida- Por cualquier sitio se te puede hacer un agujero que lo eche todo a perder. Aquí funciona bien. Te deja entrever la realidad, echándotela de vez en cuando a la cara sin dejar pasar el imprescindible humor para sobrellevar una película así, que debe de ser parecido al que los protagonistas reales tienen que usar para estar cada día con ello.
Me gusta cómo se utiliza la música y la diversidad de secuencias que rompen una historia que corre el riesgo de ser plana, de resultar puramente un documental dramatizado.
Todo el mundo está a la altura de las circunstancias, especialmente los dos protagonistas. Al que conozco es a Vicent Cassel, el tipo duro de tantas películas que se sabe adaptar a ésta.
Quizá resulta "demasiado" el coleguismo entre todos los participantes, quizá sea así. Seguramente le falta un punto para hacer a la película también especial, aunque sea notable.
Por comparar con otras de estos directores, mejora mucho Intocable, mucho más pobre en el fondo -quizá de ella han aprendido- y, aunque de otra forma, se nota la maestría rítmica de C'est la vie