Su mayor acierto son, esos capítulos breves que no alcanzan la media hora, sin posibilidad de rellenarlos con secuencias intrascendentes.

La historia de la miniserie, tiene recorrido anecdótico... en eso se basa: simples apuntes; personajes bien definidos, con singularidades y el trasfondo de la obtención del permiso de conducir por parte de un profesor de 45 años, (Juan Diego Botto), que de pronto ha decidido conducir.

El ritmo es bueno, y el entramado, aunque sencillo, se desliza con cierta gracia... sin más.

Preciosas imágenes de Barcelona; una serie muy fresca, lúcida, de alguna manera rompedora. Me ha sorprendido por lo bien interpretada. Todos los registros que toca resultan apetecibles y lo más difícil de lograr: Creíbles.

No se apoya en escenas trilladas de relleno, como pasa siempre; aquí todos relatan algo, mostrado sinceridad. Incluso alguna historia escabrosa, se resuelve de una manera que no transmite inquietud.

Excelente fotografía, vestuario, iluminación, dirección artística y ambientación. No existe en ella nada más. Todo lo que interesa o podría interesar no funciona, pues el guion se basa en multitud de cuestiones intrascendentes, con asesinatos como justificación, sin que medie conflicto a mayores.

La actriz protagonista no resulta muy creíble, aparenta estar interesada en "dar bien en cámara" con piloto automático sin que se entregue con solvencia en cualquier escena donde pudiera aportar.

Carece de complejidad evitando ofrecer al espectador, las causas que la han llevado a cometer asesinatos... No alcanza el 4.

Tiene un aire a telefilm, tal vez... contando con un presupuesto un poco más abultado. Narra una historia enrevesada, sin apenas credibilidad. Bien interpretada, pero con evidentes lagunas de guion. Banda sonora arquetípica.

Los giros son tan sumamente inconcebibles como el destino hacia donde pretende conducirnos. Sus personajes no están perfilados, mostrando una sola faceta dentro de las personalidades carentes de matices. No es que sea horrorosa, pero presenta escaso recorrido, respecto al entretenimiento más básico.

Un desarrollo basado en el enfado permanente de la diplomática, Kate Wyler, que al parecer gestiona con solvencia los protocolos de su ocupación como embajadora en Londres. Me asombran algunas de las interpretaciones femeninas de los últimos años, donde el mal humor, la prepotencia y un halo de hastío perpetuo, son algo muy habitual, tanto en series como películas.

Quiere mantener un cierto tono de humor, pero resulta forzado, así como la ejecución de los compromisos que debe asumir. Keri Russell, a mi entender, no parece la actriz más adecuada para el papel, aunque acaba de renovarse por una segunda temporada.

No la recomiendo.