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España España · Sevilla
Críticas de erreiam
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Críticas 52
Críticas ordenadas por utilidad
7
1 de febrero de 2018
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la novela homónima del escritor egipcio André Aciman, 'Call Me By Your Name' narra el encuentro de Elio (Timothée Chalamet) y Oliver (Armie Hammer) durante el verano de 1983 en el norte de Italia.

La temporada estival italiana se presenta como el escenario perfecto para el origen de una relación entre dos desconocidos que encuentran similitudes más allá de sus raíces judías.

Construida como un ejercicio contemplativo, la película de Luca Guadagnino es una manifestación sensorial del florecimiento de un sentimiento tan natural como el amor, que fluye con la fuerza torrencial del lago en el que los protagonistas se despojan de todo prejuicio.

'Call Me By Your Name' muestra el amor entre dos hombres que viven su homosexualidad con una diferencia generacional. La aún manifiesta adolescencia de Elio y la madurez de Oliver son la suma ideal para dar rienda suelta a unos sentimientos que no son etiquetados ni penalizados en ningún momento del metraje.

En esta representación del amor pasional, la interpretación de Timothée Chalamet es sobresaliente. Su trabajo interpretativo logra transmitir el arrebato de un joven incapaz de controlar y reprimir sus sentimientos, así como la evolución de una relación cuyo destino es irremediable.

La sensación de estar roto por dentro marca el rostro de Elio, que, al igual que la Adèle de Kechiche, lucha por deshacer la desazón que ha invadido su cuerpo y que amenaza con no desaparecer nunca. Sin embargo, Guadagnino recuerda que el dolor es pasajero y que forma parte de la vida.

'Call Me By Your Name' es la exaltación del amor de verano y el rastro que deja tras él. La película es una promesa de la cura del tiempo, que requiere vivir cada sentimiento como esencia de la propia vida. Somos el resultado de nuestras experiencias, y todo lo que hemos dado y recibido siempre formará parte de nosotros.
erreiam
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7
20 de septiembre de 2016
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luke Scott debuta en la dirección bajo la producción de su padre, Ridley Scott (Alien, el octavo pasajero, Blade Runner, Prometheus, Marte), con una historia de ciencia ficción propia de los filmes que mayor reconocimiento le han brindado a su padre. La protagonista (Kate Mara), especialista en valorar los riesgos de las posibles inversiones de una empresa, es enviada a un complejo científico para estudiar la viabilidad del proyecto que ha dado vida a Morgan (Anya Taylor-Joy). Considerada más que una simple inteligencia artificial por sus creadores, Morgan tendrá que demostrar que merece continuar encendida.

La premisa de la película remite inevitablemente a Ex machina (Alex Garland, 2015), debut de su director que fue galardonado con un Oscar a Mejores efectos visuales y que llevó a la gran pantalla la historia de Ava (Alicia Vikander), un robot con apariencia femenina cuya capacidad de empatía y emoción cautiva a un joven programador interpretado por Domhnall Gleeson. En el caso de Morgan, se trata de un proyecto más avanzado en cuanto a apariencia pues consiste en un humano genéticamente modificado. Esto implica que la empatía que terceros puedan sentir hacia ella sea muy superior, dificultando el proceso de prueba del experimento. En este sentido, tiene especial relevancia la caracterización de Morgan que, a pesar de su aspecto mortal, no deja de ser un ente experimental.

Es realmente interesante el enfoque que se proporciona sobre la creación de inteligencia artificial y otras modificaciones que tratan de imitar e igualar al ser humano, donde el creador adopta el papel de un dios capaz de crear y destruir vida a su antojo. Resulta muy sorprendente que la ciencia busque la recreación de lo humano pretendiendo encontrar únicamente rasgos positivos como la bondad y la empatía, y topándose inesperadamente con lo peor de la humanidad, como es la violencia y el deseo de venganza. De esta forma, Scott introduce un dilema moral: ¿El instinto de supervivencia es suficiente para justificar las acciones? ¿Cuándo una creación engendrada a imagen y semejanza del ser humano deja de ser considerada natural y, como tal, viable?

Desde el punto de vista estético, Morgan presenta una ambientación muy característica de los mundos futuros en los que se inscribe la ciencia ficción, donde la paleta predominante es gris, denotando neutralidad y frialdad. Al mismo tiempo, en los exteriores del laboratorio donde se ha engendrado a Morgan la paleta sufre variaciones, siendo predominantes los colores de la naturaleza. Los escenarios y sus emplazamientos no son casuales, y es por ello que quizá para justificar el carácter natural de la creación artificial el complejo científico está ubicado en mitad de la naturaleza.

Atendiendo a la caracterización de personajes es relevante el empleo del color, dotando de significados a cada uno de los individuos que interactúan con Morgan. De este modo, Morgan se mantiene neutral, Amy (Rose Leslie) adopta las connotaciones de los colores cálidos que la definen y el personaje de Mara adquiere significación a través del negro.

En cuanto al género, Morgan es calificada como un thriller de ciencia ficción, donde la sucesión de situaciones inverosímiles le otorgan dicha calificación y conducen al desenlace del filme, donde los detalles no carecen de importancia. No obstante, a pesar de esta clasificación, la película se convierte momentáneamente en un inesperado thriller de acción donde los principales ingredientes son las persecuciones y los combates cuerpo a cuerpo.

En definitiva, Morgan es un filme que no presenta una base de guión muy novedosa pero que ha sido capaz de darle una vuelta de tuerca a películas de temática semejante para plantear el dilema de la creación y someter la capacidad de decisión del espectador a la hora de decantarse por un bando.

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erreiam
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7
5 de septiembre de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Guerra de Secesión (1861-1865) es el marco en el que se desarrolla la historia protagonizada por las mujeres que habitan un internado femenino de Virginia. El conflicto bélico es el desencadenante de los acontecimientos que alteran la tranquilidad de la escuela a raíz de la aparición de un soldado del bando contrario.

Basada en la novela 'A Painted Devil' (1966), de Thomas Cullinan, La seducción es un remake de 'El seductor' (Don Siegel, 1971). Protagonizada por Clint Eastwood, la película, que inspiró a Sofia Coppola para dirigir el largometraje que le otorgó el premio a Mejor Dirección en Cannes, fue un aliciente para recrear el relato desde un punto de vista diferente: La mirada femenina.

Ambientada en un momento histórico clave de los Estados Unidos, La seducción remite en numerosas ocasiones a un clásico de Hollywood: 'Lo que el viento se llevó' (Victor Fleming, 1939). La división de la sociedad y las costumbres de las protagonistas son algunos de los elementos que hacen reconocible el contexto en el que se ubica el relato.

Caracterizadas por la inocencia pura, las jóvenes alumnas de Martha Farnsworth (Nicole Kidman) sienten miedo ante la presencia masculina. Sin embargo, la desconfianza se transforma en fascinación al reconocer en John McBurney (Colin Farrell) una visión del mundo diferente a la que ellas tienen.

La hospitalidad sureña abre las puertas al enemigo y lo instala en su interior para despertar los deseos más íntimos de las institutrices Martha y Edwina (Kirsten Dunst) y Alicia (Elle Fanning), la mayor de las alumnas.

El interés romántico por el soldado es capaz de borrar las diferencias entre bandos y dibujar fronteras entre aliados. El juego de seducción, donde se desconoce quién es el seductor y quién el seducido, despierta la competitividad entre mujeres, resultado de un gran trabajo interpretativo. La seguridad del internado es pasado. Nadie está a salvo.

Con una cuidada puesta en escena, 'La seducción' establece una evolución de sus personajes a través del vestuario. La pureza del blanco imperante en los vestidos de las protagonistas vira hacia el color ante la presencia masculina. Solo el cabello recogido preserva la disciplina representada por Martha.

'La seducción' es un relato sobre la supervivencia, donde quienes se sienten amenazados son capaces de considerar medidas imposibles para salir adelante. Seducir al enemigo puede resultar una estrategia peligrosa que solo la sororidad puede solucionar con éxito en un plano final sublime.

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erreiam
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9
11 de noviembre de 2016
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una vida aparentemente vacía y carente de ilusiones, Maureen (Kristen Stewart) vive cada día rodeada de una excentricidad que no le corresponde y que se disipa al final de la jornada laboral. La única razón por la que mantiene su trabajo como personal shopper es la esperanza de contactar con su hermano, con quien pactó comunicarse desde el más allá.

Kristen Stewart repite con Olivier Assayas (Viaje a Sils Maria, 2014) para encarnar a la protagonista de una historia que el propio director considera resultado de la fantasía y la magia del séptimo arte, más que un producto del cine de género, como podría ser un thriller psicológico. Pero, ¿por qué la elección de Stewart? Assayas reconoce la importancia del trabajo de casting, donde la androginia que caracteriza a la actriz es un elemento clave del personaje, que se encuentra en un proceso constante de afirmación de la propia feminidad a través de la moda tras la pérdida de su hermano gemelo, que bien podría considerarse su parte masculina.

A pesar de que el filme es definido como un drama fantástico, Personal Shopper está más vinculado a la experiencia humana de lo que a simple vista podría parecer. Maureen, quien se enfrenta a la pérdida de un ser querido, experimenta las diferentes fases del duelo a lo largo del metraje. Ante su negación de la muerte de Lewis, Maureen persistirá en su incesante búsqueda de señales del más allá, viéndose conducida a etapas de ira, negociación, depresión y aceptación que, finalmente, la guiarán hasta la liberación de sus propios miedos. Los temores y las creencias son los verdaderos protagonistas de la obra, estableciendo una confrontación entre lo real y lo imaginario, donde adquiere especial relevancia la fe de la protagonista. En este sentido, es interesante la relación que existe entre rutina y necesidad de escape, favoreciendo la materialización de los pensamientos, y con ello los anhelos, de Maureen.

El contacto con el mundo paranormal se produce, además, de la mano de personajes históricos y del mundo de la cultura como Victor Hugo, Hilma af Klint, Kandinsky y Malevich, introduciendo la Historia del espiritismo y las doctrinas vinculadas a través de la simulación de imágenes de archivo o las referencias al arte abstracto.

Respecto a cuestiones de estilo, destaca el empleo de planos secuencia que concentran su atención en Kristen Stewart y revisten las escenas de la fuerza interpretativa de la actriz. La importancia de sus reacciones ante los diferentes sucesos y su capacidad de reacción se sitúan en el punto de mira de la cámara, que acompaña al personaje en su experiencia con el mundo sobrenatural.

En conclusión, Personal Shopper busca cuestionar la existencia de lo paranormal y el grado de implicación que las personas tienen en la supervivencia de esta creencia. Assayas propone la mente humana como origen de la materialización de sus propios miedos, realizando una película más terrenal de lo que aparenta ser y que le ha otorgado el Premio a Mejor Director en Cannes 2016.

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erreiam
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6
13 de febrero de 2017
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Se puede salvar el planeta aun cuando todo está en ruinas? Alice (Milla Jovovich) lo tiene claro y, como única esperanza de la humanidad, emprende un viaje a contrarreloj en dirección Raccoon City para detener el plan de la Corporación Umbrella, que pretende poner fin al mundo hasta entonces conocido. Con un nuevo grupo de aliados y la colaboración de la Reina Roja, interpretada por la hija de la actriz, Alice tiene que hacer frente a su última misión contra el efecto del Virus T.

Partiendo de la introducción característica de la saga, Alice presenta su historia, que en este último capítulo encuentra su origen y desenlace. De nuevo, los hechos se repiten y la protagonista se ve envuelta en la lucha contra aquellos que le otorgaron la vida.

La sexta entrega de Resident Evil ubica su planteamiento en la desolación a la que ha quedado reducida la capital estadounidense, Washington D.C. En un ambiente desértico, propio de 'Resident Evil: Extinción' (Russell Mulcahy, 2007), tercer título de la saga, se efectúa la reaparición de la protagonista. La fotografía de esta primera parte de la película, junto a los vehículos y las persecuciones a la carrera, recuerdan inevitablemente al universo de 'Mad Max: Furia en la carretera' (George Miller, 2015).

A partir de la reunión del grupo de supervivientes, Alice retoma su liderazgo en un viaje rebosante de acción, donde zombis y clones tratan de robarle protagonismo. Los efectos especiales y las apariciones sorpresa de criaturas mutantes cada vez más amenazadoras son también ingredientes fundamentales y habituales en el relato.

En este último capítulo, la religión encuentra su lugar como crítica social gracias a la aportación del Dr. Alexander Isaacs (Iain Glen). Citando a la Biblia, se introduce el tema de la venganza y se defiende el brote vírico que inició Resident Evil como factor necesario para la creación de un mundo nuevo a través de la destrucción del actual, donde únicamente aquellos con posibilidades económicas despertarán en las instalaciones de Umbrella, concebida como una especie de arca de Noé.

La película, además de rellenar los huecos en la vida de Alice y ofrecer una conclusión de la historia, incluye una de las escenas más memorables de Resident Evil, presente en todas las entregas: los enfrentamientos en el pasillo láser, donde la protagonista demuestra, al igual que en el resto del metraje, sus dotes en la lucha cuerpo a cuerpo.

En definitiva, 'Resident Evil: Capítulo Final' retoma la tradición de convertir a La Colmena en un laberinto de trampas que Alice, heroína indiscutible, tiene que sortear para salvar a la humanidad, aunque su éxito suponga un sacrificio mortal. Toda acción tiene su reacción, y Resident Evil lo asume como lema en un universo donde cada decisión afecta a todos los habitantes de la Tierra.

La vida en Fotogramas - https://lavidaenfotogramas.wordpress.com
erreiam
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