Es un película que o la amas o te produce un profundo rechazo.

Comedia absurda hamparte basada en una sucesión de scketches sin gracia y con muchas referencias culturales a las que no les saca ningún provecho.

¿Qué es lo que falla aquí? muchas imágenes podrían ser icónicas como la de los universitarios norteamericanos perdidos y sin enterarse en un pueblo manchego, la figura de guardia civil del Saza, o el hijo Antonio Resines que es profesor de una Universidad en Estados Unidos y el padre Luis Ciges (que acaba de matar a su madre) en un sidecar, pero no lo son.

La mayoría de los diálogos no tienen apenas verdad psicológica, ni tienen profundidad, ni humor, además fastidian y generan aburrimiento y rechazo. Tampoco hay una trama que podría engañar al espectador a falta de humor, y aunque uno admire el sentido paródico de muchas referencias culturales como el Guardia Civil que lee a William Faulkner o el escritor argentino que copia a los clásicos (una indirecta a Borges) no tienen ningún encanto.

Dejé de ver la serie en la segunda temporada en el cuarto capítulo. No sé si seguiré (la seguía viendo por inercia y agota).

Fórmula mágica para que una serie de adolescentes llame la atención y por tanto "triunfe": actores guapos y "carismáticos" que den el pego como adolescentes, y hablar CONSTANTEMENTE DE SEXO de forma abrupta, masturbación, genitales, algo de ropa, maquillaje y de si quieres que follemos y quedamos esta noche. Desde Sexo en Nueva York ésa es la fórmula y aunque ya desde los 90 había sexo en las series de adolescentes era algo natural, fruto de un proceso sentimental o de amistad, aquí ya se va más a saco.

Las series de adolescentes de los 80 y comienzos de los 90 parecen de preadolescentes y ñoñas comparadas con ésta, pienso por ejemplo en Sensación de Vivir, pero las tramas estaban mejor graduadas y explicadas, no era todo sexo ni iban tan a saco, podías concentrarte mejor porque no tenían tantas piruetas "impactantes" y por eso te daban tiempo a crear sentimientos.

Después de series adultas como "Melrose Place", "Sexo en Nueva York", o "Californication" estaba claro que la verborrea sobre sexo tenía que ser casi el único protagonista de una serie de adolescentes para destacar que es de lo único que se trata. Y Netflix ha conseguido que llame la atención.
Es una serie que constantemente intenta dar piruetas sorprendentes pero que acaba agotándose sin apenas crear ningún sentimiento sobre los personajes. Hay momentos maravillosos como cuando Emma Mackey miente a las madres lesbianas de su novio Ncuta Gatwa y se nota, y se miran entre ellas pero la humillan, porque no quiere reconocer que su madre es una yonqui abandonada y que vive en una caravana o cuando tiene que trabajar (una escena que apenas sale porque lo único que importa es el sexo).

Una trama plagada de supuesto humor cáustico (yo apenas he sonreído, por las salvajadas de los adolescentes), medianamente sincera sobre todo el de la madre del protagonista la sexóloga Gilliam Anderson que al principio parece una ninfómana de película, pero que por otra parte no está del todo aprovechada, y a rachas imprevisible, maliciosa de las jugarretas que se hacen entre los compañeros, y diálogos mordaces pero sencillos en los que faltan valores como la responsabilidad, el trabajo, o empezar a pensar un poco en la familia y en el futuro.

Un adulto pasado de vueltas de la vida, puede distinguir entre las escenas reales y las ficticias que solo ocurren en la ficción, pero un adolescente que se deje influir por esta serie se va llevar muchos palos por sus compañeros y compañeras si actúa de esta manera. Además estas series que se suelen ver en maratón, no te permiten tener una actitud crítica hacia ciertos personajes, vistos increíblemente como héroes.

También hay escenas en que compañeros que se odian se acaban ayudando que suena un poco extraño, porque se identifican con el sufrimiento de la persona que odian.

En el apartado técnico, hay que destacar unas excelentes localizaciones de exteriores que logra que el resultad sea bastante satisfactorio. De hecho la serie parece norteamericana y no británica.

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Siendo joven tenía un grupo de amigos y cuando un amigo rompía con el grupo porque creíamos que una novia decía mentiras criticándonos contra nosotros decíamos que le salió "una esposa por sorpresa".

Hay comedias de sobremesa muy recomendables que deberían ser valoradas críticamente también, si consiguen una trama que marca tanto al público que quedan en la memoria colectiva. Esta obra lo consigue y plantea en su tono lúdico algunas cuestiones filosóficas sobre la mentira interesantes.

Comedia para el lucimiento internacional de Steve Martin y Goldie Hawn que consolidaron su prestigio interpretativo histriónico con esta comedia que busca la complicidad y unas buenas risas. De hecho, una de las características que más fastidia a los críticos es el histrionismo de los protagonistas para conseguir la risa y complicidad del público.

Para conseguir que Becky (Dana Delany), la mujer a la que ama desde la época del instituto, acepte casarse con él, el arquitecto Norman Davis (Steve Martin) construye una lujosa casa en su pueblo natal. Sin embargo, ella lo rechaza. Tres meses después, Norman conoce a Gwen, una simpática camarera (Goldie Hawn).

Lo divertido de esta comedia desenfrenada es como un arquitecto (Steve Martin) le hace una casa a su novia de toda la vida (Dana Delany), tras esto conoce a una camarera una noche (Goldie Hawn) en Nueva York que es desde el principio una mentirosa compulsiva pero simpática y se planta en su pueblo diciendo que se ha casado con el arquitecto.

Pero como el arquitecto está enfadado con su padre, toma por bueno que se ha casado sin invitarle a su boda, y todo el mundo se cree que se ha casado.

Cuando el arquitecto vuelve a su pueblo, viendo que la novia que lo rechazó está resquemada, quiere seguir con la farsa desesperado para recuperarla. Lo divertido es como Goldie Hawn miente constantemente "de forma benévola", manipula a todo el mundo , y tiene gags histriónicos muy divertidos. El tópico de que el amor está muy por encima de las mentiras del amante, argumento parecido al de la obra maestra mucho más elegante "Charada" de Cary Grant y Audrey Hepburn

Tuve en su momento debates con amigos de si el argumento es verosímil: si el arquitecto esta tan desesperado que pueda ser un argumento verosímil, pero que todos tus familiares y conocidos te crean sin poner pegas suena bastante extraño.

Un divertimento frenético del inventor y director Méliès que debía encontrarse perdido para hacer un corto que llamara la atención inmediatamente del público.

El mayor mérito es hacer el corto casi en soledad sin apenas ayuda de nadie y motivado con un entusiasmo maravilloso, esta probando locuras con causa y error, y el corto de solo un minuto se ve con simpatía pero con nostalgia de esos pioneros del cine que están descubriendo un nuevo arte.

Lo que más destaca de esta versión de dibujos animados de Disney es la ingenuidad aunque no sea la primera.

Es curioso porque Jonathan Swift tuvo bastantes problemas con su obra "Los viajes de Gulliver" porque la consideraron unos una sátira muy hiriente en el siglo XVIII (contra las guerras en Europa y los excesos del dominio británico en Irlanda) y otros porque daba una visión misantrópica del ser humano.

Incluso cuando ya desde 1929 había dibujos animados de Micky Mouse media locos y con un ritmo frenético, aquí Dave Fleischer elige un ritmo más pausado y un tono más ingenuo con cierta gracia de la primera parte de la novela satírica hasta convertirla en una obra dirigida a un público infantil.

Se enseña la famosa guerra que Liliput con el país vecino Blefusco, cuyas personas son del mismo tamaño minúsculo que los liliputienses respecto al "gigantesco" Gulliver que utiliza su enorme tamaño para "beneficiar a los buenos y hacer el bien", esto debió sonar a una incitación para que Estados Unidos se metiera "de forma benefactora" en la Segunda Guerra Mundial.

De todas formas, como película para niños la recomendaría mucho más que muchas películas actuales.

Película imprescindible para el público infantil.