Si algo nos ha gustado siempre a los amantes del cine negro, es la posibilidad de ir degustando poco a poco toda esa trama de suspense, acción, intriga y personajes oscuros que en este género se pasean por la pantalla dejándonos generalmente con la boca abierta.

Por desgracia, y pese a ser una buena película, éste no es el caso. Si bien "Perdición" es un film visualmente atractivo, con personajes magníficamente perfilados y una excelente puesta en escena, el saber desde el minuto uno prácticamente todo lo que va a suceder le resta parte de su valor cinematográfico.



Lo mejor: ese pequeño gran actor que fue Edward G. Robinson, se come literalmente a sus compañeros de reparto, y la estupenda ambientación.

Lo peor: que no da al espectador la menor posibilidad de elucubrar y una femme fatale algo blandita.

Creo que es el apelativo que más justicia puede hacer a esta película. Una maravillosa reflexión sobre la guerra, sobre los sentimientos humanos, sobre la familia, sobre la violencia, sobre el compañerismo, sobre el ejército, sobre la policía....

Jones (a la vejez viruela) y Theron (quien nos lo iba a decir hace unos años) se comen literalmente la pantalla, sin olvidarnos de la breve pero descomunal participación de la Sarandon, una actriz a la que tengo la sensación de que nunca se la ha aprovechado como se merece.

Algunos pueden tachar a la película de excesivo patriotismo, no lo vamos a negar, pero creo que el director pretende mostrarnos algo bastante más profundo que una alabanza a los EEUU y a su capacidad de llevar la "democracia" al tercer mundo, como dice un marine mediado el film.

No entiendo varias críticas que la tachan de lenta y aburrida, todo lo contrario, el ritmo no decae en ningún momento y la historia te absorbe de principio a fin, haciéndote dudar más de una vez sobre cual puede ser el desenlace final.

En conclusión, película recomendable de todas todas para personas a las que les guste salir del cine con los sentimientos a flor de piel.....y que sean capaces de ver más allá de la bandera de barras y estrellas, algo totalmente secundario en esta ocasión.

Ya sabemos todos que hasta el mejor escribano echa un borrón, pero nunca imaginé que el maestro Eastwood lo hiciera a estas alturas, y menos aún con una historia con la cual era bastante difícil hacerlo por las amplias posibilidades que ofrecía de antemano.

Pero todo se queda en un fuego de artificios (nunca mejor dicho), con un desarrollo de la trama soporífero y desajustado, en el cual es demasiado fácil perderse por el continuo uso de los flashback y la imposibilidad de saber de quien está hablando o en que momento exacto del ataque a la isla nos encontramos.

Me ha hecho gracia leer la crítica de la web en la que se compara la escena del desembarco con la del Soldado Ryan, por favor, un poco de seriedad. Clint Eastwood quiere jugar a dos bandas en esta película y al final no consigue realizar ni una buena película de acción/bélica ni un buen drama. Se queda a medio camino de todo y por eso el film resulta tan confuso, lento e inverosímil.

La voz en off tampoco ayuda en nada, y llega un momento en que sus relatos sobre los ataques en la isla y el tour por el país de los tres soldados para recaudar dinero acaba por desquiciarte. Además, las entrevistas del hijo de Doc con los veteranos de guerra, y ese tono de documental, empeoran más si cabe el asunto.

En fin, que no conforme con este bodriete, Clint nos regaló otra película con su visión del ataque desde el lado japonés, más lenta e insufrible si cabe.

Menos mal que el genio no tardó en redimirse con Gran Torino ;-)

Siempre es un placer recordar a los grandes mitos como Elvis, y si es durante unas espectaculares actuaciones en directo e incluso en el estudio de grabación, mucho mejor.

Pero este documental-musical no solamente nos da la oportunidad de deleitarnos con la prodigiosa voz del Rey, sino también de aproximarnos a su lado más humano y de poder comprobar que más allá del genio y mito musical, hay una persona como cualquiera de nosotros.

Se trata de una oportunidad única, pues el rockero aún estaba en plena forma en el 72, pese a que sus problemas de sobrepeso comenzaban a asomar levemente. Lo que vino después, por desgracia, ya lo conocemos todos.

¡¡El Rey ha muerto!!

¡¡Viva el Rey!!

La verdad es que no estoy en absoluto de acuerdo con las críticas que hablan de obra maestra o gran clásico del género. Pese a no ser un film en absoluto aburrido, no llega casi en ningún momento a emocionarme ni a transmitirme ese supuesto miedo o sensación de malestar que se supone era la intención del genial actor (aquí sólo director) Charles Laughton.

No me creo casi ninguna interpretación, salvo algunos momentos brillantes de Mitchum, y los diálogos no dejan de ser bastante infantiles y caducos....por no hablar de las flojas escenas de acción.

Por todo lo que había escuchado a lo largo de los años, me esperaba una película mucho más dura, oscura e impactante, y al final me encuentro con una historia, cuento, fábula o como quieran llamarlo, que no traspasa el límite de lo interesante a lo genial ni por asomo.



Lo mejor: la maravillosa ambientación y la fotografía, con excelentes decorados.

Lo peor: esa sensación de que algo va a pasar y al final compruebas que no, la trama te deja a medias, casi casi frío.