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España España · SAN LORENZO DEL ESCORIAL
Críticas de félix alonso
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Críticas 59
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
20 de noviembre de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los juncos moviéndose por el viento al ritmo de una música increíble, las guerras medievales en Japón, la extrema pobreza, y la utilización de algunos elementos del teatro Noh, son suficientes para que Kaneto Shindo (La isla desnuda) nos introduzca en una atmósfera demoniaca, de horror y de mal. Si en las historias del Noh el rencor de una mujer abandonada por su pareja son el motivo del sentimiento del odio, en la historia de Onibaba, son los celos del amor que tiene su nuera con Hachi, sustituto de su hijo muerto en la guerra, los que provocan el sentimiento fatídico. Después de observar cómo se aman físicamente, la madre, en una toma genial de contrapicado, se abraza al tronco de un árbol seco, que sería una representación de ella misma, y no puede soportar su incapacidad de poder amar. Frente a las ansias vitales de la joven que cruza corriendo desesperadamente, con la cámara a ras de suelo, en busca de la cabaña próxima, donde le espera impaciente Hachi, la madre va tejiendo la venganza, y el demonio se instala en la mente, el espíritu y el cuerpo, teniendo que soportar la máscara “ hannya” hasta ¿su muerte?. No podemos olvidar que entre los juncos pululan animales como , pájaros, espíritus del pez, perros-leones,.. Y también las tormentas, lluvias, sonidos del aire, simbología de la “quinta categoría” que hace que este film nos provoque, con un final tan sorprendente, y que no podemos desvelar, una gran sensación.

A Hector, que me transportó por un rato al JAPÓN de Muromachi
félix alonso
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9
14 de noviembre de 2010
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los roussonianos es una oportunidad para el disfrute temporal .Monumento al arte proscrito, la película fue secuestrada, no pudiéndose estrenar hasta el festival de cine de Berlín del año 1.988, sufriendo el director infinidad de vicisitudes hasta que le llegó la expulsión del partido comunista. La “Comisaria” es por encima de todo una película de amor, que tiene su máximo esplendor cuando Efin, interpretado por Rolan Bikov el bufón de Andrei Rublev, lava los pies a su esposa y la dice: “María te amo”. María tiene miedo, y participa del romance fílmico que nos sirve para reflexionar sobre la maldad de la guerra y la violencia, además de ser un verdadero progromo a los hebreos, las imágenes del linchamiento a la familia, y los niños convertidos en fierecillas, son mejores que diez artículos sobre el holocausto. Manifiesto de humanismo y tolerancia, cargado de emociones, el amor está por encima de la violencia de la guerra.
Imágenes memorables son los caballos trotando con la montura puesta sin jinetes, el paso a cámara lenta de la niña en el columpio, el ejército llegando al pueblo, la cámara siguiendo el dulce dormir de los niños, el parto del que son partícipes todos los espectadores, la búsqueda de una religión para el recién nacido, las manos que bailan a modo de títeres…Una gran interpretación de Nona Mordioukova, en el papel de la comisaría, actriz que fue dirigida por Mikhalkov en Los parientes. La peripecia humana que plantea" La comisaria" está perfectamente integrada en un contexto político e histórico determinado, la guerra civil rusa, transmitiendo una emoción épica y lírica como consecuencia de imágenes que claramente podemos calificar de virtuosas.
félix alonso
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8
9 de noviembre de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película precursora del neorrealismo italiano, “TONI” transmite la vida auténtica de los emigrantes no sólo a través de las imágenes, también con el sonido, el de las canciones populares y el tren a tiempo real acercándose a la estación de Les Mortigues. Un tren que llega con maletas cargadas de ilusiones al comienzo y que repite su presencia al final, ésta vez con el plano del protagonista sobre las vías.
Josefa, interpretada por Celia Montalván, de la que no hemos encontrado referencias, habla un francés correcto, y ese sería uno de los puntos flacos de la película, Renoir lo resuelve introduciendo algunas palabras en castellano, pero no es suficiente, hubiera ganado realismo, además de actores no profesionales, un francés propio de quien lleva poco tiempo en Francia.
Hay una escena omitida por los productores: los dos cargan a Albert hasta el bosque ocultando en la carreta de la lavandería (recordando la primera escena amorosa) y son acompañados a lo largo del camino por un alegre cortejo fúnebre con los trabajadores cantando. Renoir quería mostrar el irónico contrapunto entre música y drama.
Josefa perturba a Toni y los dos son víctimas tanto de su condición social como de su deseo, y a pesar de algunos defectos, sin duda producto del momento, Renoir siempre nos sorprende. En su libro “Mi vida y mi cine” publicado por Akal dice refiriéndose a “TONI”:
”Rodada con medios escasos, marcó la consumación de mis sueños de realismo intransigente. Veía en ella la perfecta derrota del mosquetero y de los héroes del melodrama. ¡Cómo me equivocaba! Creyendo rodar una lamentable aventura extraída de la vida cotidiana, relataba, casi a pesar mía, una desgarradora y patética historia de amor”.
félix alonso
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9
13 de junio de 2010
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que tuvimos la suerte de viajar en trenes de vapor, conocer chicas con coletas y faldas de cuadros, no tenemos otra alternativa que saltar a la pantalla, como hizo , Woody Allen, y dar un beso a Shura. Imaginemos, nos subimos a un vagón lleno de gente y en un claro, como haciendo abstracción de lo que nos rodea, con el humo de la máquina de vapor dando un tono melancólico, un fundido de arboles con nubes, y así sin más, nos mira nuestra chica, con los pelos hacia la cara movidos por el viento, y se nos brinda el plano de una boca, del mismo color que conseguíamos con las fotos en blanco y negro tratadas con hidroquinona.” Cuando le dije que no tenía a nadie le declaré mi amor”, dice sola en el andén, mientras que Aliocha Skvortsov , está enmarcado, en la ventana del tren que le conduce a su objetivo, recordando sus imágenes más bellas.
Excepto Borau, que hizo una película sin música, normalmente, cuando se quiere resaltar la emoción de una escena, la música adquiere los sonidos más potentes. Pues bien, Grigori Tchoukhrai, nos emociona cuando la madre corriendo entre las espigas de heno va en busca de su hijo con la música de Mikhail Zive, y de pronto ésta se para, sólo se oyen los sollozos y unos pitidos de fondo del camión que tiene prisa en regresar. Uno salta de la silla, si además hay un encuadre en el que el horizonte se pierde por esos caminos que nos recuerdan a Tarkovski. Gran actor el que hace de soldado cojo en el primer recorrido de nuestro héroe, película antibelicista a nuestro juicio.” El timbre no funciona, hay que golpear”, dice el niño que está haciendo burbujas de jabón. Lástima de talentos perdidos por la falta de libertad.
félix alonso
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8
6 de junio de 2010
19 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para nosotros, que hemos padecido una dictadura, nos resulta fácil comprender el tópico del regreso a casa después de una amnistía, y así lo entendieron en Grecia cuando apareció “El viaje” en el año 1.984.Miles de comunistas habían comenzado a regresar desde el Este y los lugares más remotos de la Unión Soviética, especialmente de Kazakstán y Uzbekistán, cuando se les permitió volver, y muchos fueron los que no soportaron una Grecia que ya no podían reconocer y a la que no se podían adaptar.
El Odiseo Spyros es encarnado por Manos Katrakis, actor famoso por sus representaciones de Hamlet y Edipo Rey en Atenas, estaba muy enfermo al aceptar trabajar con Angelopoulos hasta el punto que falleció prácticamente al terminar el rodaje. Quizás por esta circunstancia las imágenes de éste cuando vuelve a su pueblo al norte de Grecia, en lo que hoy es Macedonia, y se abraza a su amigo Panyiotis, tienen una fuerza poética extraordinaria. El actor viejo y demacrado adquiere en la pantalla un profundo significado y una gran intensidad cuando empieza a bailar y cantar la canción: “cuarenta manzanas rojas”. Su cuerpo lleva todas las huellas del hombre perdido en el exilio, es un Ulises contemporáneo, derrotado como lo está ahora la socialdemocracia en manos de los “mercados internacionales”. Lo que desembarca con Spyros en el puerto de Salónica es seguramente el fracaso de una generación, fracaso que Angelopoulos lo concreta en la ladera de una montaña cuando se va a firmar un “contrato comunitario”, el capitalismo quiere imponer su ley en la montaña. Voula, que tiene el mismo nombre que la niña de “Paisaje en la niebla”, le dice de forma desagradable: “después de treinta y dos años, ¿porqué sigues persiguiendo una sombra? Katerina, a pesar de todo, se queda con él, y juntos van a realizar el viaje a Citera, el lugar de la felicidad. Recomiendo el imprescindible estudio que Horton realiza sobre la obra de Angelopulos y un disco reciente de Eleni Karaindrou titulado “Elegy of the Uprooting”(Elegía del Desarraigo) y desde luego sacar entradas con anticipación cuando vayáis a ver una proyección de Theo, la izquierda está ávida de emociones.
félix alonso
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