Eloy de la Iglesia, un director español que bien merece ser tenido en cuenta porque, entre otros asuntos, su obra aborda una realidad social que vive España tras la llegada de la actual democracia, se coloca tras la cámara para dirigir "Colegas" (1982), título que supone el debut cinematográfico de los hijos menores de Lola Flores y Antonio González, Rosario y Antonio. Lolita, la hija mayor, entonces cantaba durante largas temporadas en América, aun habiendo participado en el cine. Incluso los protagonistas son entrevistados en su día en uno de los programas más conocidos de la época, "Estudio Abierto", presentado por José María Íñigo en TVE, mostrándose muy naturales y agradecidos por la oportunidad.

El argumento gira en torno a Antonio (Antonio Flores) y José (José Luis Manzano), dos amigos de humilde condición social que viven en el madrileño barrio de Ventas (antaño Las Ventas del Espíritu Santo) y no tienen trabajo. José deja embarazada a la hermana de Antonio, Rosario (Rosario Flores) y Antonio decide ayudarlos a encontrar dinero para abortar, pero Rosario se arrepiente en el último momento, al ser aconsejada por Pirri (José Luis Fernández Eguia), un golfillo hermano de José, de que venda al niño al nacer a un matrimonio que no pueda tener descendencia. Las consecuencias van a ser irreparables en las vidas de todos, unidas a la incomprensión del mundo que les rodea y, lo que es peor, de sus propios progenitores. .

En tiempos en que ya se comienza a hablar de cine quinqui, Eloy de la Iglesia comienza a tratar los temas urbanos de una forma sincera y realista, dando espacio también a las familias y a una parte de la juventud española en tiempos de 'Naranjito'.

Totalmente recomendable. Por todo lo expuesto y porque siempre se descubren nuevos mensajes y lecturas.

Cortometraje escrito y dirigido por Alejandro Marcos, un cineasta que merece más y mejor atención. Rodado en un fin de semana que Lolita y Luis Mottola, sus protagonistas, tienen libre de funciones de su obra "Prefiero que seamos amigos", de rotundo éxito teatral.

El argumento gira en torno a Lucrecia (Lolita), una mujer que sufre trastorno de personalidad con brotes psicóticos, quien está convencida de que posee habilidades sobrenaturales. Es inmortal y se siente incomprendida por los demás. Percibe a las personas como trozos de carne, como materia prima. Su psiquiatra, Javier Pedregosa (Luis Mottola) la visita en su carnicería y le dice que tiene que no puede seguir con la terapia que llevan a cabo juntos. Cuando este muere de un mordisco en el cuello, llegan los inspectores Rivas (Ángel de Miguel) y su compañera (Rosa Rivas).

Aunque me sobra la escena onírica de sexo rodeados de sangre, tal cuerpos despellejados, y los dos últimos minutos, es un título que merece la pena conocer y descubrir. Un cuento sobre la enfermedad mental, la esquizofrenia, la paranoia, el autismo, el sexo desenfrenado como válvula de escape. En definitiva, un cuento sobre parte del mundo moderno.

Pocos saben que Lolita González Flores ha trabajado a las órdenes de los mejores directores, en este caso de Juan Antonio Bayona, quien tras su graduación en la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC) inicia su carrera dirigiendo publicidad y vídeos musicales. Los primeros vídeoclips de su autoría son de OBK. En el caso de Lolita, la Flores acaba de fichar por Warner. El año anterior, había participado en el disco de Armando Manzanero, "Duetos", y esta versión de "Mía", del autor mexicano, se incluye en ese disco junto a otros artistas y luego en el disco de Lolita. Da la casualidad de que este tema es el primero que Lolita cantó con su padre, Antonio González 'El Pescadilla", a la guitarra, desde que era casi una niña. "Mía" fue el single del disco de duetos, si bien en México, su versión es sustituida por otra de Olga Tañón. Entre un disco y otro, Lolita había preparado para La de TVE el magnífico programa "Tirititrán". A algunos de los artistas que pasaron por él, como Parrita, la madrileña les iba pidiendo temas, y así nace su "Lola Lolita Lola", el primero de los cuatro álbumes que graba con Warner, que incluye temas de su propia autoría y dos canciones inéditas de Armando MAnzanero: "Mentiroso" y "Explícame", el señor de la música que "me devolvió las ganas de volver a cantar", según la propia Lolita, quien estaba enfadad con la industria musical que la tenía encasillada entre una balada de amor y otra de desamor y que no otorgó oportunida ni atención a los dos discos de corte pop-rock que realiza en los años 1995 y 1997. Una artista imprescindible y no siempre bien ponderada es Lolita. Este videoclip supone una historia bien planteada en la que falla la técnica y sobran sus planos generales que nos muestran la pequeñez del escenario de grabación. En cualquier caso, vendió casi cien mil copias y la devolvió a la primera línea musical.

“Carceleras” (1922) es una película dirigida por José Buchs, director muy prolífico en la etapa del cine mudo español. Con argumento ambientado en Córdoba, está basado en el libreto de la zarzuela homónima en un acto dividido en tres cuadros de Ricardo Rodríguez Flores y con música de Vicente Díez Peydró. Esta versión cinematográfica de la conocida zarzuela, reproduce, como es habitual en la época, los pasajes más conocidos de la obra, pero no nos olvidemos de que la película es muda. Buchs, una década después, va a dirigir una nueva versión de esta misma zarzuela, superando, esta vez sí, los inconvenientes técnicos y logrando componer una película sonora. De hecho, la primera del cine español.

Entre sus protagonistas, encontramos a la archiconocida en la época Elisa Ruiz Romero 'La Romerito'; el matrimonio real formado por los actores José Montenegro y María Comendador; Modesto Rivas, quien también actúa en la versión de 1933; y el prolífico cómico Antonio Gil Varela 'Varillas', entre otros grandes nombres.

Solo por el valor histórico que posee, bien merece una buena calificación, además de por ver en acción a los grandísimos actores de su época arriba reseñados.

Seis de los directores más premiados y talentosos de Canadá colaboran en un homenaje cinematográfico a la ciudad de Montreal dando forma como obra de conjunto al título “Montréal vu par...” (1991), una película compuesta por seis cortometrajes desarrollados en céntricos y cosmopolitas escenarios de la ciudad de Montreal

Por ejemplo, Patricia Rozema dirige” Desperanto”, una deliciosa comedia corta en la que Sheila McCarthy, un ama de casa de vacaciones en Toronto se cuela en una elegante fiesta. Pero bebe demasiado y pierde el conocimiento.
Jacques Leduc sigue con “La toile du temps”, una meditación sobre la amnesia histórica.
En “La dernière partie”, Michel Brault ofrece una yuxtaposición magníficamente coreografiada y melancólica de dos rituales, un partido de hockey y otro personal el fin del matrimonio de una pareja de mediana edad).
Con “En passant”, Atom Egoyan evoca un Montreal donde el lenguaje parece haber sido abolido y la comunicación ya no existe.
En “Rispondetemi”, el segmento más clamoroso emocionalmente, Léa Pool, a través de los desfiladeros abandonados por las empresas de Montreal, narra los últimos momentos de la vida de una mujer víctima de accidente automovilístico en una ambulancia mientras es trasladada a un hospital.
Por último, en” Vue d'ailleurs”, Denys Arcand relata los obsesivos recuerdos eróticos de una mujer de mediana edad en una fiesta tropical.

Talento, excelencia, profesionalidad… multiplicado por seis. Y homenajeando la fundación de su ciudad. Nos queda mucho por aprender.