El planteamiento que ofrece "12 Angry men" puede hacer dudar en un principio, pero el hecho de que "solo" sean 12 hombres hablando termina por darle un toque aun más sorpresivo a la enorme calidad de la que hace gala esta obra maestra.

La película, de realización minimalista, pone a debate el cuestionado sistema judicial americano y la más que dudosa precisión de la pena capital aplicada en algunos estados de la unión.
Podría hacerlo de una manera efectista y perder su encanto de forma irrevocable, no obstante el resultado es asombroso, dando lugar a una crítica social bien asentada que consigue poner en jaque a todo aquel que se haya dejado llevar por sus ideas preconcebidas.
¿Es grave tener prejuicios? No soy quien para responder esta pregunta, cada uno tendrá su opinión, pero lo que sí está claro es que en ciertos momentos y dependiendo de la responsabilidad que sostente la causa, los prejuicios no solo son graves sino que son inconcebibles.
12 hombres tendrán que luchar contra unas convicciones "precocinadas" puestas en duda a base de envites de realidad que golpean en su dirección y que provienen de un hombre que tiene claras sus responsabilidades des del principio (magistral Henry Fonda).
A algunos les costara más, a otros menos, pero la cuestión es que todos sean capaces de proveer a la decisión que tomen de un poco de sentido común y lo que es más importante, justicia.
La película no es un thriller de intriga en el que se pretende descubrir la inocencia o culpabilidad del acusado, sino un ejercicio de imparcialidad judicial necesario para determinar si se puede enviar a una persona a la silla eléctrica basándose en una presunción de culpabilidad que no viene tipificada en ninguna ley del código penal. La presunción que si figura en dicho código es la presunción de inocencia tan olvidada en muchos de los casos.
En una decisión sin vuelta atrás hay que atar todos los cabos antes de lanzarse, y ese es el verdadero objetivo de la justicia, exigir una seguridad total antes de emitir un veredicto.

Con un guión inteligente y preciso, un ejercicio de dirección tenaz por parte del entonces novel Sidney Lumet, y uno de los mejores trabajos actorales de todos los tiempos (impresionantes Lee J. Cobb y Martin Balsam), "Doce hombres sin piedad" se ha convertido en un referente entre las películas con intrínsecos objetivos de crítica social y en una autentica obra maestra del séptimo arte.

De eso si que no cabe ninguna duda...

Estoy a favor de los finales que hacen necesaria una reflexión interior, más pausada y concentrada para así descomponer los entresijos del film para llegar a una conclusión homogénea.
No obstante, "Lost Higway" no es uno de estos casos, ya que no es el final lo que da un toque de confusión a toda de la película, es que toda ella en su totalidad es una confusión sin sentido ni resultado.
Pero extrañamente, la voluntad de esclarecer este mantel translucido (tal vez opaco) que es "Carretera perdida" hace que la tensión y el interés permanezcan durante todo este viaje onírico.
Lo que es preocupante es que David Lynch tiene un talento tan afilado para la ambigüedad que me impide clasificar sus películas como un despropósito semántico... y es que des de un punto de vista más "científico" eso es lo que es "Lost Higway", una amalgama de secuencias sin ningún significado aparente.
No obstante, la confusión cuando viene de la mano de Lynch no es engaño, y es que si la tensión se mantiene durante el visionado y la conclusión la puedo sacar yo subjetivamente, ¿qué me importa si el significado de la película lo establezco yo o él?
Las secuencias por separado son efectivas y algunas de una belleza remarcable, y las actuaciones son buenas (Loggia y Blake están que asustan). Por su parte la banda sonora le da vida a la claustrofobia que Lynch pretende provocar.
Así pues, una por una las piezas valen más que como conjunto.

Habrá a quien le guste montarlas y considerará esta película como una obra maestra, y habrá a quien no le gusten los rompecabezas aunque sus piezas sean de oro y considerará que la película es un despropósito. Las dos cosas son ciertas a su manera.

Para mí es buena, no porque me guste de sobremanera elaborar una reconstrucción espacial de los hechos cuando termino de ver una peli, pero si la película me entretiene a pesar de que no la comprenda y una vez terminada me invita a entender lo que mejor encaje con mi concepto personal de lo que es en si... ¿cómo puedo quejarme y decir que no es un pasatiempo con el que disfrutar?
¿Es lo que convencionalmente se espera de una película? probablemente no...
Pero el buen gusto que deja todo el proceso tampoco es convencional, y siempre es bueno disfrutar de algo distinto ya que te hace disfrutar de una manera diferente.

Y eso es en definitiva David Lynch: Algo diferente.

Kubrick es un maestro de sensaciones, y como es más que habitual en toda su obra, en "The Killing" nos traspasa exactamente la emoción que pretende que nos embargue des del principio.

Como un complejo puzle, la trama se nos presenta por separado, dejando que sea el espectador el que conjugue las diferentes piezas del rompecabezas.
Al principio estas no tienen mucho sentido, pero mediante la profundización psicológica de los personajes y un correctísimo guión muy bien engrasado, la historia consigue adquirir sentido rápidamente y coincidiendo con el momento álgido por lo que al ritmo de la narración se refiere.
Acto seguido se nos presenta la parte más frenética del film, su parte final, que sin duda alguna es una autentica obra de precisión. Los últimos compases de la trama comparten la velocidad de los caballos que participan en la 7a carrera durante la cual se decidirán los destinos de estos 5 hombres. El guión nos muestra su cara más emocionante y bien ejecutada, y mantiene una tensión palpable en el ambiente y que no desaparece hasta que todo termina...
Pero precisamente en eso reside el encanto de esta obra maestra de Kubrick, que nada es lo que parece, y todo el esfuerzo, la organización, la precisión y la maestría empleada para conseguir algo no sirve de nada ante un azar que no entiende de excusas cuando se le antoja un capricho. Y es que ante tan poderosa incertidumbre, toda la planificación que el hombre sea capaz de ensamblar puede salir volando con el primer envite de viento que contradiga su dirección, por insignificante que este parezca.

En conclusión, "Atraco perfecto" es una obra de maestría del genial Stanley Kubrick, del cual no nos debería sorprender tal despliegue de talento. Una viva muestra de que un buen guión, unas buenas interpretaciones (geniales Sterling Hayden y Marie Windsor) y un buen ejercicio de dirección pueden elevar a una película hasta lo más alto del cine negro sin necesidad de todos aquellos esperpentos tecnológicos ni todas esas coreografías rendidas a la acción con más efectismo que sentido.
Simplemente magistral.

"Miller's Crossing" es por encima de todo un ejercicio de excelencia, nítida y precisa en todos sus aspectos, es sin duda una de las mejores películas de cine negro que se hayan hecho.

Con un guión inteligente, efectivo y afilado, obra de los siempre geniales hermanos Coen, que satisfará al espectador con dosis altas de euforia cuando las líneas encuentren su punto más álgido. Además, tiene ese toque delirante y divertido "made in Coen" que aporta la relajación necesaria para agilizar el ritmo de la narración aun más.
Las actuaciones son para enmarcar. Byrne está contenido y metódico, realiza un gran papel.
Dignas de mención son las interpretaciones de Turturro y Albert Finney, los dos están geniales.
Marcia Gay Harden pos su parte no deslumbra tanto como lo haría 10 años después en "Pollock", pero la verdad es que mantiene un gran nivel.

Finalmente mencionar la banda sonora, catalogarla de inolvidable seria exagerar, pero su calidad es indiscutible, como no podría ser de otra forma proviniendo del genial Carter Burwell con el que los hermanos Coen han participado en numerables ocasiones a lo largo de sus respectivas carreras.
La fotografía es bella por sí misma, pero con las actuaciones, la banda sonora, el guión y la magnífica dirección de Joel Coen, la verdad es que esta película pasa de manera directa a formar parte de esa lista que todo cinéfilo debe tener en casa, una lista titulada:
"Imprescindibles"

La verdad es que "The Dead Zone" no parece una película con grandes pretensiones, sino hecha para entretener al espectador de una manera constante basándose en su fluida narrativa y su correcto guión que nos ofrece la profundidad exacta para que no sea ni demasiado empalagosa ni demasiado simple.

Es una buena película y no se hace lenta en ningún momento, al contrario, se hace cada vez más interesante gracias al suspense que Cronenberg sabe otorgar al film con su gran ejercicio de dirección efectiva, y por supuesto, a la maravillosa historia del maestro de maestros:
Stephen King.
Las interpretaciones cumplen las espectativas, Walken está magnífico, dando a su personaje el toque de aislamiento necesario y sin caer en la sensación de falta de profundización gracias a la gran emotividad que refleja en sus expresiones cada vez que la trama lo requiere.

"La zona muerta" es una de esas películas que se tiene que ver, dado que comparando su calidad con las expectativas que recaen sobre ella, la sorpresa agradable esta prácticamente asegurada.