Aunque en ocasiones parece una vulgar comedia con fáciles y recurrentes chistes sexuales, se puede atisbar en ciertas escenas la magia de un Kevin Smith ya en declive. No obstante, hay diálogos y situaciones que escapan de la vulgaridad y muestran algo de buen cine. Los actores trabajan muy bien y sobre ellos se asienta el film, especialmente la pareja protagonista, que desprenden una química aceptable. De todas formas, aunque te ríes, también hay momentos un tanto aburridos que restan dinamismo. En resumen, no está mal, para pasar el rato.

Aburrida y superficial. Son las dos palabras que mejor definen esta prometedora y fallida película. El problema es que no profundiza en cómo Coco llegó a ser una leyenda y un icono, sino que se centra más en su carácter y en sus relaciones personales (con una lentidud rayana en lo exasperante y, ciertamente, con cierta falta de continuidad narrativa, no entendiendo bien algunas decisiones del personaje principal). Se echa en falta algo más de profundidad acerca de cómo labra su éxito profesional. Y la verdad es que los actores, sin trabajar mal, tampoco entusiasman: cumplen y punto. En suma, no es de las pelis que volveré a ver cuando la echen por la tele.

Tiros, batallitas, situaciones imposibles, acción pura y dura... Poco que destacar. La primera parte de esta famosa saga destacaba por sus elementos de intriga, de acción..., no eran sólo efectos especiales. Pero luego ha ido degenerando progresivamente hasta encontrarnos con este producto de cine palomitero que poco tiene que ofrecer a los cinéfilos. No llega a aburrir, pero tampoco se puede decir que sea entretenida, dado su metraje y su guión. Y eso que las nuevas película de la saga Batman han demostrado que se puede filmar una película de acción brillante no dejando de lados aspectos dramáticos o de intriga. Personajes planos, situaciones tópicas y algún autohomenaje constituyen la esencia de este film.

Salvo algún giro del guión, todo es demasiado previsible en esta película. Los actores son clichés sin personalidad, hay ciertas partes de la película bastante inverosímiles y, en definitiva, no termina de funcionar. El problema es que te esperas una película de terror, pero mientras la ves te das cuenta de que, a ratos, más que terror es intriga. Pero no funciona ni como peli de terror ni como peli de intriga. Aún así, cierta originalidad en determinadas fases del film y su dinamismo (nunca llega a aburrir) hacen que sea una película decentita para los fans del género de terror.

Esta película se sustenta en la excelente interpretación de unos actores en estado de gracia (Philip Seymour Hoffman, Bill Nighy, Kenneth Branagh, Rhys Ifans, Nick Frost...) y en la música rock. Hay momentos muy divertidos, situaciones con gran tensión, emoción, líos amorosos... El problema radica en su duración: 129 minutos son demasiados. Es casi inevitable que el film sea irregular, y que haya momentos en que resulte un tanto repetitiva. No obstante, uno pasa un rato agradable y entretenido. Podría haber dado para más (sobre todo, con menos metraje) pero cumple con la función para la que ha sido creada. A ver.