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Críticas de Jinete nocturno
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Críticas 177
Críticas ordenadas por utilidad
5
27 de mayo de 2010
28 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso, más o menos, es lo que hubiera dicho Sid Vicius de no haberse metido en vena la mitad de la producción de adormidera de afganistán y haber vivido lo suficiente para ver esto… Y desde luego no se hubiera alejado demasiado del espíritu de esta "NAZY, investigación criminal"… Perdón, NAVY. N-A-V-Y.

Y es que pocas veces, y mira que la tele nos vomita americanadas descerebradas “un día sí, otro también”, se ha visto un ejercicio tan desvergonzado, ramplón, descarado y repugnantemente tendencioso de manipulación política. Porque no, ésta no se conforma con vendernos aquéllo de “America, salvadora de la humanidad”, que, oye, a estas alturas no sorprende a nadie y tiene un pase –si ellos son felices así…-. Esta cosa, llegando mucho más allá, y situándose a la derecha ideológica de Gengis khan, no duda en insultar la inteligencia del respetable defendiendo la guerra de Irak, el “asesinato selectivo” de Palestinos por el Mossad , la tortura en Guantánamo –no, no es coña-, el bombardeo a civiles en Afganistán… En fin, que el tal Bellisario, por lo visto, es refractario a todas esas mariconadas de “los derechos humanos”. Todo ello, por supuesto, por el bien de la “seguridad nacional” yanqui, que justifica eso y mucho más –incluido que a ti y mi nos den por el culo-... Porque, esa es otra, en cada capítulo hay un tres millones miembros de Al-qaeda infiltrados en USA a punto de detonar 6000 bombas atómicas; masacre que nuestros héroes evitan en el último segundo… Y estos, ¿que hacián el 11-S? De permiso, claro.

Tan mal pinta la cosa que he repasado varias veces los créditos a ver si algún Bush, J. M. A. L. o Vidal aparecían como guionistas… Sorprendentemente no.

En fin.

Abstrayéndome de esto –no sé porque, pero, así de susceptible es uno, me cuesta abstraerme de la apología a la tortura y el genocidio…-, diré que las actuaciones son correctas (algunas, como las de Harmon, francamente notables), y que, en general, si uno obvia estupideces como que sus “chupiguais” ordenadores sean capaces de hacer una prueba de ADN en tres segundos o que los satélites espías localicen y enfoquen en tiempo real al musulmán (o sea, peligroso terrorista sanguinario) de turno -los satélites “no yanquis” necesitan varias horas para cambiar de órbita y resituarse-, los capítulos resultan entretenidos . Algo es algo.

En resumen, una falsaria gilipollez filofascista que sólo se libra de la quema por un buen elenco de actores. Dos de cada tres miembros del KKK te la recomiendan.

P.D:Quede claro que, ironias aparte, no tengo nada contra el estadounidense medio; bastante tienen ya con soportar según que series de televisión... Más tontos somos nosotros, que se las compramos...
Jinete nocturno
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7
29 de julio de 2014
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que no tenía la más mínima intención de ver esta película. Y no era para menos: a un completamente desacertado tráiler, que la vendía como un festival de efectos digitales y acción vacua -de esos que tanto detesto, por cierto-, se le unió una avalancha de algunas de las peores críticas que he leído, así que el diagnóstico estaba claro: bodrio al canto. Y claro, dado que mi cupo de basura a base de chorradas digitales y hostias gratuitas se cubrió para el resto de década con “El Hombre de Acero”, decidí pasar de lo que suponía era una profanación en toda regla de la vieja historia de samuráis.

Pues bien, una vez vista, tengo que confesar que lo primero que se me ha pasado por la cabeza es… Recetar una colonoscopia, a ser posible con una bombona de butano, a buena parte de los usuarios de esta web y a la práctica totalidad de la crítica mundial.

En efecto; la película me ha gustado. A lo mejor, y como bien dice cpharlok, debido justamente a la ridículamente exagerada saña de algunos. No digo que sea una "mega obra maestra" ni que vaya a cambiar el cine. Ni siquiera digo que sea un gran film: es evidente que hay despropósitos de guion y torpezas de montaje que criticar, y que la película podía haber dado mucho, mucho más de sí. Lo que digo es que el resultado es más que satisfactorio y que, desde luego, está muy por encima del promedio del cine comercial palomitero.

“¿Cuándo fue la última vez que una película de 200 millones de presupuesto consiguió que te asomase la lagrimilla?”, me he dicho. “En la puta vida”. “Entonces es que a lo mejor algunos se equivocan”.

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Vamos a las formas:

El diseño de producción es absolutamente primoroso, magnífico y asombroso: vestuario, decorados… Todo sobresaliente y exquisito. En la medida que conozco la época, muy fiel al Japón del periodo Edo. Y lo mismo tengo que decir de la fotografía, colmada de color cuando debe serlo, y gris y difusa cuando toca: de lo mejorcito que he visto en el casi siempre artificioso formato digital. ¿Que algunos efectos digitales cantan? De acuerdo. ¿Y? Otros, para compensar, son espectaculares y de una belleza hipnótica.

¿Las actuaciones? Pues, en general, bastante buenas, oiga. Por supuesto, hay de todo (Reeves, como de costumbre, cortito y con sifón), pero todos los días veo repartos infinitamente peores. ¿Banda sonora? Digna y con algún momento muy logrado.

Sinceramente, quien critique esta película por las formas merece hacerse el “seppuku” con un abrelatas.

Ahora vayamos a la chicha, al fondo.

¿Se respeta la historia original de los 47 ronin? Para mi sorpresa (grata), y en lo esencial, sí (algo que, irónicamente, algún tarado de por aquí, que por lo visto desconoce cómo terminó el suceso real, critica). Por supuesto, hay los inevitables “añadidos” y “pegotes” hollywoodienses, como la historia de amor entre la hija de “daimyo” y el “mestizo” o los toques de fantasía, pero en general la historia es contada con sumo respeto, sin histrionismos ni demasiadas licencias.

Y en cuanto a los añadidos… Pues algunos funcionan (lo que ya es sorprendente de por sí), y otros, sinceramente, no. De la historia de amor, por ejemplo, cabría esperar lo peor, sobre todo estando “Neo” de por medio (¿Quién no recuerda su irrisorio idilio con Trinity?). Pero, afortunadamente, todo resulta razonablemente adulto y contenido, muy alejado de las cursilerías adolescentes tipo “Crepúsculo”. Verosimil y coherente, sin melodramatismos ni almibar, pero, sin embargo, sumamente emotivo. Que los personajes sólo se besen una vez y casi como hermanos es un detalle sutil y sumamente inteligente que algunos no hemos pasado por alto.

También es de agradecer que los samuráis, supuestos heroes de la historia, sean mostrados en el principio del film como auténticos gilipollas: déspotas, arrogantes y profundamente clasistas. Y es que no debemos olvidar que, más allá de la mítica del bushido y de las idealizaciones posteriores, los samuráis no dejaban de ser los matones del señor feudal de turno, encargados de que mantener sometidos a los campesinos katana en mano.

Cosa distinta, mucho más discutible, son los toques de fantasía a lo “Willow”, como la “bestia” del principio de la película, los monjes “mutantes” o las andanzas de la bruja “transformer” de los cojones, que en mi opinión le sientan a la trama como a un Cristo dos pistolas. No hace falta que diga que la historia hubiera funcionado mucho mejor quedándose en el terreno más realista del drama histórico. Pero… Qué le vamos a hacer: el blockbuster tiene estas servidumbres. Por otro lado, a nadie le amarga un dulce, y lo cierto que algunas de las escenas de la bruja (muy rica la tal Kikuchi, por cierto) son espectaculares.

En definitiva, un más que digno film de entretenimiento, que más allá de algunos problemas de montaje y de ciertas incoherencias, destaca por su maravilloso diseño de producción y garantiza dos horas de entretenimiento un poco más sutil y adulto que lo de costumbre. Cómo pudo ser destrozada de tal modo por la crítica y buena parte del respetable es un misterio digno de que Iker Jiménez le dedique su tiempo.

Aunque no merece tanto, me apetece ponerle un ocho para compensar la injusticia de muchos: es mi particular "bushido". Un pronóstico: esta es la clase de película que los años y los pases televisivos revindicarán, y dentro de 5 años será mucho mejor valorada de lo que es ahora. Tiempo al tiempo.
Jinete nocturno
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7
12 de diciembre de 2012
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que conste que no tengo la menor intención de polemizar y que entiendo perfectamente a todos aquellos, mayoría abrumadora, que opinan que es una autentica mierda. Es más, reconozco que la primera vez que vi, tendría unos quince, me pareció un zurullo de dimensiones cósmicas: lenta, aburrida, confusa y pretenciosa. Y es que está claro – no vamos a discutir- que entre esta (fallida) secuela y su original hay distancias siderales tanto en intenciones como en resultados. Sin embargo, tengo que decir que a base de verla (prueba de mi masoquismo), ha llegado a parecerme un film digno de respeto, muy interesante y, en según que cosas, incluso brillante.

En primer lugar, hay que decir que técnicamente la película es, como mínimo, notable. El exorcista 2 constó un dineral (14 millones de 1977) y se nota: todavía, cada vez que la veo, me pregunto cómo cojones se rodó el plano subjetivo de la langosta en vuelo o ciertos movimientos casi imposibles de cámara que, hoy en día, sólo podrían conseguirse (cómo no) tirando de puñetero ordenador. Así que no creo que nadie que sepa distinguir una película bien rodada de un video de despedida de soltero pueda reprochar nada al trabajo de Boorman.

Otros aspectos a destacar son la estupenda ambientación africana y la magnifica banda sonora de Morricone, un genio todo terreno que destaca igual en un western, un drama o una de terror. Y aquí se saco de la manga, como no podía ser menos, uno de los soundtrack más inquietantes y originales de la historia del cine. Si alguien tiene una duda, que le eche un vistazo al tema llamado “Rite of Magic” y que me escriba si tras escucharlo no se le han puesto los cataplines de corbata.

Pero vamos a lo (supuestamente) negativo:

Una crítica casi inevitable que se le hace a esta película es que “no da miedo”. Respecto a eso, diré lo de Harry el sucio: “Las opiniones [siempre restables] son como el culo: todo el mundo tiene una”. Es cierto que ni por un segundo transmite el terror visceral y atávico de la obra original (que, dicho sea de paso, es bastante exagerada y risible en su tercio final, que ha aguantado mal el paso del tiempo), entre otras cosas por que el propio Boorman reconoció que estaba más interesado en dar al film un enfoque de Thriller sobrenatural. Pero existen otros tipos de terror más sutiles y cerebrales, de acción lenta, que quizás no impresionan tanto la primera vez (sobre todo si eres un niñato) como una cabeza girada 180 grados y un vomitó de puré de guisantes, pero que dejan mucho más poso y aguantan mucho mejor el revisitado. Y esta película, en ese sentido, cumple bastante bien: no es terror “mainstream”, efectista y a base de sustos (que es el único, por desgracia, que reconocen algunos), pero eso no significa que no lo haya. La película no muestra, pero sugiere. Y lo que sugiere resulta en ocasiones muy inquietante. A mi, personalmente, la escena de la hipnosis, cuando se superponen las imágenes de la Linda Blair “endemoniada” y la Linda Blair real sobre corazón de la psiquiatra me parece de lo más terrorífico que he visto. Pero, en fin… Cada uno sus gustos: otros se cagarán con las de Paranormal activity…

¿Quiero decir con todo esto que es un peliculón o una joya incomprendida por la “sucia plebe” que pulula por aquí? Ni mucho menos. Es evidente que el guion no está bien trabajado y da demasiadas vueltas en circulo, y que el final, que argumentalmente, como idea, es interesante, esta desarrollado con el culo y consigue que el clímax sea casi (o sin casi) ridículo. Si a eso le unimos que todo es pelín pretencioso, que se pierde en demasiadas abstracciones y simbolismos (langostas=mente colectiva=mal, fuego=pecado…) y que el 90% de los espectadores no tienen ni pajolera idea de quien es Pazuzu y la Metafísica o la Teología se la sudan, es lógico que la peli se lleve los palos que le caen.

No obstante, creo que estamos ante una película interesante que, como mínimo, tiene el mérito de salirse de los clichés del género y tratar de ser diferente. Recomendable para los que están hasta las gónadas del pienso de siempre.
Jinete nocturno
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7
10 de marzo de 2010
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
A los genios nunca se les puede dar por acabados, ni tras amortajarlos. Cuando ya daba por seguro que Argento estaba espiritualmente muerto y que no le quedaba nada que ofrecer salvo bochornosa mediocridad y gore casposo, de repente, a traición, vuelve a la vida desde su sepulcro para regalarnos una “póstuma” muestra de su mejor Cine.

Ante todo, y para evitar malos entendidos, seré claro: el siete que le pongo seguramente es excesivo y no se comparece con la verdadera calidad de la película. No es, ni lo pretende, una nota objetiva, sino puramente subjetiva; consecuencia del cúmulo de buenas sensaciones causadas por el primer visionado; de un regusto agradable cuyo origen, completamente inefable, quizás no tenga nada que ver con lo cinematográfico.

Y es que el guión bascula entre lo surrealista y lo directamente absurdo, y las actuaciones, salvo la de Asia –correcta a secas-, son ridículas e indignas de verdaderos actores. Así que ya puedes imaginarte lo lejos que, al menos a primera vista, está la película de ser “buena” en un sentido ortodoxo… Y sin embargo, de algún modo, aquí, por primera vez en muchos años, hay algo de su vieja magia; genuina frescura. Una magia que deriva en parte precisamente eso: de la total absurdez argumental, de su regusto onírico e irreal. Y es que jamás Argento ha estado tan extrañamente cercano al universo simbólico de un David Lynch.

Porque aquí, como es propio del mejor Argento, lo único relevante es la forma; el poder hipnótico de unas imágenes que se cuentan entre las más bellas y perturbadoras de su filmografía: algunas de un erotismo insano y fascinante, en las que Tánatos y Eros se abrazan hasta fundirse; otras preciosistas y repletas de guiños compositivos a las obras cumbre de artistas como El Bosco, Caravaggio o Magritte. Un Argento, y eso es lo que más agradezco, valiente e inédito, muy diferente en forma y fondo al de Suspiria, casi irreconocible. Que rezuma un algo que le hace parecer más un veinteañero lleno de talento y de ganas, que un sesentón resabiado y pagado de sí mismo – ¿no será que tras este “El Síndrome de Stendhal” se esconde en parte la mano de Asia? -. Por si fuera poco, este nuevo Argento en su segunda juventud se permite el juego cinéfilo de convertir esta película en un evidente homenaje a Hitchcock llenándola de reminiscencias que retrotraen, además de a “Psicosis”, lo que resulta obvio, a la atmosfera fantasmagórica y obsesiva de “Vértigo” –solo hay que fijarse en la banda sonora de Morricone, que es la “hermanita pequeña” de la que compusiera Hermann, y en el personaje de Anna, fascinante imagen especular (en un sentido literal) del que interpretase Kim Novak, desmayo y chapuzón incluidos -.

En definitiva, sí; a mí, sin convencerme, me ha satisfecho. Sus dos horas de metraje me han colmado de agradables sensaciones y me han dado un buen chute de aquello que andaba buscando. No le pidas a un yonqui que sea objetivo…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jinete nocturno
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6
8 de mayo de 2010
20 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, he dicho “secuela”. Y, no, no me he equivocado. Porque esta película -al menos, a mi me ocurre- deja un extraño tufo a deja-vu, a algo ya visto antes; como si hubiera algún otro “Candyman” anterior, más inspirado y redondo, a la que está intentase imitar con mediocres resultados. Te deja casi el mismo sabor a decepción, a mala copia, que deja un “Halloween 2” o un “El Exorcista II”… Solo que, por supuesto, no existe ningún otro Candyman precursor de éste… Salvo en nuestra imaginación… O quizás tras el espejo…

Candyman promete mucho, eso es lo peor. Su primera media hora, francamente magnífica, te llena de buenas sensaciones; de un inconfundible sabor a cuento gótico que hacer recordar la atmosfera onírica, insana y obsesiva del mejor Poe o al más desbocado romanticismo de Milton: el mismo espíritu “enfermizo” que el propio Clive Baker –que ejerce aquí de productor- ha llevado al paroxismo en sus relatos. Un cuento gótico que, sí, de acuerdo, cae en todos los clichés del género: una invocación funesta repetida cinco veces ante un espejo; el espíritu de hombre inocente salvajemente torturado y asesinado que, incapaz de encontrar la paz, trata de apagar su infinita sed de venganza con sangre; un amor imposible que transciende la carne y el tiempo…. Pero que los combina (al menos en sus primeros minutos) con elegancia y sin estridencias, dándoles la medida justa y consiguiendo atrapar completamente tu atención.

Cosa ésta, su lograda atmosfera, a la que contribuye mucho lo mejor de la película con diferencia: su impresionante banda sonora. Una pequeña maravilla compuesta por nada más y nada menos que Philip Glass. Una música que, para que engañarnos, le queda muy, muy grande al film y que se basta para transmitir por sí sola esa obsesiva mezcla entre oscuridad y romanticismo que es, al fin de cuentas, lo único memorable de la película.

Sin embargo, pasada la primera media hora, la historia se arruina completamente. ¿Que cual es el problema? Fácil: la total ausencia de ideas; la incapacidad del guionista y director (el mismo tipo) para dar forma y rematar las buenas bases argumentales de Baker. Así que, por desgracia, ocurre lo inevitable: los siguientes sesenta minutos son un viaje a ninguna parte; un titubeante y soporífero deambular narrativo que solo sirve para conducirnos a su vulgar, previsible y estereotipado final. Imperdonable especialmente el completo desperdicio del personaje de Candyman, que por sus características fáusticas y su carisma hubiera merecido mucha más atención.

En definitiva, decepcionante. Una gran idea que podía haber dado lugar a una de las grandes películas de Terror y que, sin embargo, se queda en algo “interesante” a secas; en un simple producto de entretenimiento que, por lo demás, se hace por momentos bastante aburrido.
Jinete nocturno
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