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Críticas de Daniel Valcarce
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Críticas 50
Críticas ordenadas por utilidad
9
19 de diciembre de 2018
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Norman Rene fue un destacado director teatral que debutó en el cine en el año 1989 y sólo alcanzó a dirigir tres películas, antes de morir producto del Sida en 1996. Si bien su antecesor Bill Sherwood con su película “Parting Glances” (1986) fue el primero en introducir la temática del Sida en el cine, no fue hasta Norman Rene con su elogiada película debut “Longtime Companion” que se marcó todo un precedente al finalizar la década de los 80, ya que la temática del VIH-Sida se instaló en el cine de Hollywood, abriendo camino para otras cintas que desde distintas miradas abordarían el tema a lo largo de las décadas siguientes.

Considerando que para el verano de 1990 la entonces silenciosa y letal enfermedad ya habría cobrado unas 120.000 víctimas tan sólo en los Estados Unidos, “Longtime Companion” se atrevió a tomar su título en alusión a como el New York Times en los 80, se refería, en una forma “políticamente correcta”, a la pareja sobreviviente de alguien que moría de Sida cuando se publicaba el aviso de defunción en la sección necrológica del periódico. El término se traduce literalmente como “compañero de larga duración”, y es precisamente un título clarísimo para el tipo de amor, acompañamiento, lealtad y devoción que la cinta trata de comunicar, centrando su historia en un grupo de amigos y parejas que van sufriendo los implacables estragos de la enfermedad. Narrada en certeros fragmentos que abarcan desde los años 1981 a 1989, mismo periodo de mandato del conservador presidente republicano Ronald Reagan, la película destaca por una sensibilidad honesta y cercana al espectador, con un abanico de personajes provenientes de distintos estratos socio económicos en la ciudad de San Francisco, que ilustran desde diferentes perspectivas el avance de la epidemia en una comunidad de la que sólo unos pocos lograron sobrevivir.

Con todos sus méritos como una película indudablemente pionera en su temática, la cinta fue aclamada con elogios y distinciones al momento de su estreno, obteniendo un arrollador éxito de crítica y público. Se presentó en la prestigiosa sección “Una Cierta Mirada” del Festival de Cannes y ganó el premio del público en el Festival de cine de Sundance, llegando incluso a estar nominada al Oscar al mejor actor secundario y a ganar el Globo de Oro en la misma categoría por la inolvidable interpretación del actor Bruce Davidson, convirtiéndose en el legado de su director, fallecido a los 45 años producto de la misma enfermedad.

Texto: Daniel Valcarce
Daniel Valcarce
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8
14 de junio de 2018
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si bien el director James Foley en la actualidad ha estado a cargo de las dos últimas películas de “50 sombras”, su carrera en los ‘80 y ‘90 fue mucho más interesante con películas inteligentes de corte urbano y bajo perfil que buscaron explotar el talento de sus actores y consolidar una estética ochentera que tal vez tuvo sus más altos puntos en su constante colaboración con la cantante Madonna en famosos videoclips. En “Vivir para Contar” (At Close Range) de 1986, también conocida como “Hombres Frente a Frente”, James Foley logra uno de sus mejores aportes al cine y se basa en una historia delictiva real acontecida en Estados Unidos a fines de los ‘70.

Valiéndose de una electrizante química generada entre sus protagonistas/antagonistas a cargo de un joven y muy intenso Sean Penn y un ya experimentado y escalofriante Christopher Walken, la historia se construye en fragmentos de vida de pueblo sin oportunidades, entre desolados paisajes y olvidados suburbios, y con una belleza fotográfica que casi parece romantizar visualmente la vida delictiva y pendenciera. Este estilo visual tan de moda en los ‘80 se aprecia en haces de luz que se cuelan por las ventanas y humo de cigarrillo que flota en el aire, alimentando la atmosférica dirección fotográfica del español Juan Ruiz Anchia (dos veces nominado al premio Emmy por su trabajo fotográfico en la serie “American Horror Story”), quien nos envuelve con su perfecta estética de videoclip musical, en un drama familiar de personajes desgarradoramente hundidos en el delito y la fatalidad. Al mismo tiempo y a través de un certero guion de Nicholas Kazan (hijo del gran director Elia Kazan), las figuras contendoras de padre e hijo resumen el conflicto clave de la trama, sosteniendo una historia de confrontación donde ambos protagonistas se enfrentan cara a cara casi como en una tragedia griega. A la fecha la película sigue siendo uno de los mejores logros actorales de ambos protagonistas, a los que se suman las convincentes apariciones del hermano y la madre de Sean Penn en roles secundarios igualmente destacados.

“Vivir para Contar” es una de esas joyas ochenteras subvaloradas que no tuvo mayor éxito de público pero que sin embargo tuvo gran éxito en la crítica mundial. No sólo llegó al Festival de Berlín a competir por el Oso de Oro a la mejor película, gracias a su acertada dirección, guion, actuaciones y fotografía, sino que también se le recuerda por incluir la canción “Live to Tell” de Madonna (por esos días esposa de Sean Penn y pareja de moda en Hollywood), la que para muchos es una de las mejores baladas de su carrera.

Texto: Daniel Valcarce
Daniel Valcarce
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8
25 de enero de 2024
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo nuevo del gran director Todd Haynes (Lejos del Cielo, Carol) se llama Secretos de un Escándalo (May December) y llega de la mano de una desequilibrada y a ratos estremecedora Julianne Moore y una muy compleja e insuperable Natalie Portman. La cinta, llena de matices y diversas capas de significados, indaga en terrenos delicados e incómodos, en una historia que se construye entre miradas muy intensas y dialogos agudos y desconcertantes que basándose en una historia real, al final no deja a nadie indiferente. Estuvo nominada a la Palma de Oro a la mejor película en el más reciente Festival de Cannes y demás está decir que la fricción entre estas dos diosas de la actuación es tan tremenda que a ratos se hace incontenible. Cabe destacar el desempeño del actor Charles Melton, quien en su rol secundario pero igualmente protagónico, viene a ser una especie de bálsamo suavizante que amaina la fuerza brutal contenida en las presencias de Moore y Portman. El titulo original May December es una expresión que alude a las relaciones amorosas donde hay una considerable diferencia de edad, algo a tener muy en cuenta a la hora de valorar esta nueva joya del cine siempre psicológico de Haynes.
Daniel Valcarce
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8
24 de enero de 2024
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Los que se Quedan (The Holdovers) es la nueva película de Alexander Payne, mismo director de Entre copas, Los Descendientes y la magistral Nebraska, y aquí nuevamente se luce con un guión brillante, centrado en tres personajes atípicos y disfuncionales unidos en una historia tan agridulce como profundamente humana. Ambientada en la navidad de 1971 y filmada con sensibilidad, sarcasmo y maestría, se alza tal vez como una de las mejores películas estadounidenses del año 2023. Paul Giamatti y Davine Joy Randolph se ganaron el Globo de Oro y son serios candidatos a ganar el Oscar ya que sus roles son tan entrañables y creíbles que tienen el poder de transformar esta película en un nuevo clásico.
Daniel Valcarce
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9
19 de diciembre de 2018
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marek Kanievska es un director británico que tuvo una cortísima carrera en el cine con sólo cuatro películas, dos en los 80 y dos más en la década del 2000 para luego dedicarse a la fotografía de viajes. Su debut fue con la cinta “Another Country” (1984), elogiada película presentada en el Festival de Cannes, ganadora de tres premios Bafta y que marcó el debut de los actores Colin Firth y Rupert Everett. Con este acierto, Kanievska se avocó a dirigir la adaptación de la novela “Less than Zero” del escritor Bret Easton Ellis, en lo que sería una de los traspasos de literatura al cine más criticados y controversiales de la década, pero que sin embargo resultó ser una película hoy considerada de culto.

Con una dirección de fotografía a cargo de Edward Lachman (“Virgin Suicides”, “Erin Brokovich”, “Far from Heaven”, “Carol”) que privilegia la limpieza del color y una marcada presencia de tonos azules en las escenas de angustia existencial, “Less Than Zero” entregó un crudo y desencantado retrato de juventud californiana de clase alta, pocas veces logrado en otras cintas similares de su época. Si bien el guion de la película se inspira libremente en un trio de personajes extraídos de la novela original y sin ser fiel a ésta, la historia narrada tuvo la capacidad de mostrar una generación ochentera perdida entre fiestas, lujos, moda, superficialidad, materialismo y mucha cocaína. Hay una acertada y sensible composición visual y emocional que grafica el nihilista devenir de los tres amigos reunidos después de seis meses de su graduación de secundaria, donde cada uno de ellos carga con su propia mochila de sueños truncados, carencias afectivas e historias de familias fragmentadas y sumidas en un mundo de apariencias perfectas. Sin embargo será sólo uno de los tres personajes principales el que se hundirá en una espiral de consumo, depresión y vulnerabilidad que lo llevará a tener ese nivel de “menos que cero” al que alude el título, implacablemente desembocando en un trágico final. Es de esta forma como los personajes representan una suerte de sueño americano desdibujado y a ratos hecho trizas entre glamorosas mansiones, piscinas, canchas de tenis y elegantes discotecas, buscando su destino abordo de un auto de lujo, mientras recorren las solitarias calles de Los Ángeles.

“Less Than Zero” tuvo un controvertido impacto entre los admiradores de la novela original y hoy debe su culto principalmente gracias a la presencia de Robert Downey Jr. en una de sus primeras y más logradas interpretaciones dramáticas. Mención aparte merece la extraordinaria y atmosférica banda sonora de Thomas Newman en el acompañamiento musical de lo que fue una de las películas juveniles más impactantes de los 80.

Texto: Daniel Valcarce
Daniel Valcarce
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