Si tienes 20.000 $, una cámara de 16mm, un equipo de sonido, una furgoneta y un par de actores semiprofesionales y haces una buena película eres Gus Van Sant y puedes aspirar a ser director de cine.

Si con todo lo anterior haces una peli y no te sale ¨Mala noche¨ entonces dedícate a otra cosa, pero el cine no es lo tuyo.

Tarantino ha conseguido realizar una película como su propio título indica: "A prueba de muerte". El todavía infravalorado (sigo sin entenderlo) director americano nunca había rodado una persecución de coches. Quería hacer una, pero no una más; quería que fuese la mejor de la Historia del Cine. Así que se puso manos a la obra. Tiró de documentación, revisó viejas películas de Grindhouses y planificó las dos persecuciones de esta película. Lo demás era coser y cantar: diálogos, que tiene más que dominados.

Pues sí. Estas carreras son "a prueba de muerte", a prueba del olvido, vaya. Nada de joven+coche+pivón=The fast and the furius (mierda). Tarantino es superior a eso: Kurt Russel+Dodge+mujeres con ganas de venganza+pies=obra maestra. Y no es sólo por eso, planos preciosos, acción trepidante, sonido perfecto y grandes dosis de emoción en cada plano.

Intenta homenajear a las películas de Serie Z, pero mucho más lejos de eso, Tarantino realiza una película suya, donde los diálogos ocupan más del 70% del metraje. ¿Dónde se ha visto una Serie Z con argumento? Bueno, "Death proof" tampoco lo tiene, pero las conversaciones "made in Tarantino" y la colocación de las cámaras la convierten en "la sexta película de QT", y no en un programa doble.

Diálogos memorables, fotografía preciosa (quizá una muestra de orgullo del propio QT, que siempre dice que el Director de Foto es la profesión más sobrevalorada, que sólo mandan a los eléctricos las órdenes del Director), localizaciones más que perfectas y una banda sonora de infarto.

Brutal.

Nunca he sido partidario de la visión subjetiva. Me ha parecido eso, subjetiva. Todo lo contrario a lo que el cine, al menos para Bazin (y para mí), debe ser.

No obstante, los primeros 20 minutos de esta película piden a gritos esa visión subjetiva. Nunca antes este recurso había sido utilizado de una manera tan brillante. Incluso a devotos del cine-verdad logra convencer.

Pero, cuál es mi sorpresa al comprobar que se trata de un recurso transitorio, y que el resto de la película viene desprovista de ese sentimiento tan íntimo que se había cuajado entre espectador y personaje. ¡Me han sacado de él! Ya no siento lo mismo.