En este caso, y sin que sirva de precedente, el asesino no es el mayordomo.

Si la ven vayan con las expectativas muy bajas. Quizá así puedan verle la gracia.

Hay un personaje crucial: la señora que le rebaja el alquiler de una habitación, sin ocultar su interés por un inquilino tan "aprovechable". Se convierte en su amante e intenta comprometerlo para algo más serio. El se niega, pero ella descubre, leyendo sin permiso una carta del hermano, que es un fugitivo, hecho que usa para chantajearle y forzarle a contraer matrimonio. Es un personaje mezquino e interesado. Al principio le ayuda, pero luego le chantajea y utiliza. Cuando él conoce a otra mujer y se enamora intenta liberarse y ella, despechada, le traiciona. Real como la vida misma. Las personas perfectas solo existen en los cuentos de hadas.

Las dos huidas resultan creíbles, siendo espectacular la segunda, a bordo del camión volquete que transporta la piedra que los presos han de picar, con persecución, disparos y dinamita incluidas en el lote, pero muy lograda la primera, haciendo que otro preso le deforme los grilletes para poder sacárselos aunque con dificultad en una, por cierto, angustiosa escena. La persecución con perros y la solución de meterse en el río con una caña hueca para respirar la hemos visto luego mil veces en el cine y en los comics, pero aquí puede que estemos hablando de la primera vez que se usó ese recurso.

Bette Davis aparece despampanante y la reacción de él es histriónica pidiéndole que no aparezca por la prisión así vestida. Luego ella va recatada y él le pregunta por qué se ha vestido así (¿??), a lo que ella responde que porque él se lo pidió.

Solo falta una voz en off que diga: "Faye se vistió recatadamente, tal como él le dijo, pero ahora él se muestra confundido", un letrero estilo cine mudo indicando "No hay que enseñar tanto ni tan poco" y ya para colmo de redundancia un compañero de prisión palmeándole el hombro y diciéndo "Caramba, chico, casi pensé que tenías otra novia, el otro día vino enseñando todo y hoy parece el revisor del tren".

El "inesperado giro de guión" que debía hacer exclamar al espectador se vuelve absolutamente previsible, ya que se nos presenta toda una cadena de acontecimientos (algunos bastante forzados) que hacen presagiar que el encuentro va a tener malas consecuencias para el protagonista: Le dejan salir sin vigilancia bajo palabra porque su novia está muriendo; ella habla con un gangster al que pide dinero y nos enteramos de que el accidente de ella fue al saltar del coche porque él quería abusar de ella; ella accede a no delatarle a cambio de ese dinero porque sabe que se está muriendo y se lo quiere dejar a su novio; un policía reconoce al protagonista cuando va a visitarla y vemos que el otro gangster va también para allá; ella le cuenta que el accidente fue por culpa del ganster que está a punto de entrar por la puerta, pero le ruega que no le haga nada para que no le aumenten la condena. Al final lo único inesperado es que en la lucha es ella la que desde su lecho de muerte aprieta el gatillo.

Tras volver él voluntariamente a prisión, pese a saber que le acusan del asesinato y que le van a freir en la silla eléctrica , ella se recupera milagrosamente, va a la prisión y se autoinculpa, pero nadie la cree y él le pide que le deje cargar a él con la culpa para que uno de los dos salga libre.

No sé Rick, parece falso...