Ya conocía desde hace años la historia de Martin Verfondern en Santoalla. Lo que no conocía era su desenlace. Y cuando vi que existía este documental, no me pude resistir a verla aunque no esperaba en absoluto que... (el resto en spoiler, porque es que si no conoces la historia, pues...).

Es una serie documental tierna y que se puede ver sin echarse a llorar o tener que cambiar de canal (es un decir, ya sé que se ve en Internet) por no poder soportar los horrores propios del abandono y maltrato animal. Hay perros que han sufrido pero en la serie se muestra lo justo y se centra sobre todo en su recuperación y posible adopción.

Algo curioso es que no sólo se cuenta la historia del perro sino que también retrata a los adoptantes, llegando a verse historias o momentos realmente emocionante (pongo un ejemplo en spoiler).

Si te gustan los perros, no lo dudes, mira esta serie. Te vas a empachar de perros de todos tamaños y colores, y disfrutarás viéndolos poner caras y haciendo posturas graciosas.

La única pega que le veo es que, quizás con afán de crear buen rollo, hay una excesiva idealización (casi humanización) de los perros, lo cual hace que muchas veces te lleves un chasco inesperado cuando, al final, te cuentan que la adopción salió mal porque el perro, en realidad, tenía problemas de conducta. Pero bueno, si fuera realista entonces tendríamos una serie al estilo "El encantador de perros", no la buenrollista que es "The dog house". Y es que los perros, perros son, y hay que tenerlo siempre en cuenta, sean comprados o adoptados... (pero qué falta les hace a los de "The dog house" un César Millán, en fin).

He visto las dos temporadas. Son radicalmente distintas, nadie diría que son de la misma serie... si no fuera porque la Purga aparece en ambas. De ahí el título de mi crítica. No entiendo por qué decidieron hacer así la serie, teniendo en cuenta que los que la hicieron eran los mismos tanto en la temporada uno como en la dos. ¿Qué intención llevarían?

En fin, a la primera temporada le doy un 2. Sólo se salva la gran interpretación de la ejecutiva Jane Barbour. Es una actriz muy buena con mucho carisma, y sentía casi lástima por tener que verla actuar en un producto tan denigrante. Y el final que tuvo su personaje desde luego me pareció totalmente fuera de lugar.
Las interpretaciones de los demás personajes son penosas, y la temporada abusa de cliffhangers absurdos (mencionaré un ejemplo que me cabrea especialmente en spoiler).
Y qué decir de la historia tipo "atracción fatal" del trío de guapetes de la NFFA... Qué vergüenza ajena, por favor. Sólo salvo un momento, y es cuando el guapete dice eso de: "And give this prick what he wants?". Me morí de la risa, lo confieso. Ya que hacen el ridículo en la serie, al menos que lo hagan con gracia, joder. En cuanto a Lila... Es que Lila... No sé, sólo espero que ese papel que hizo no la marque para el resto de su carrera como actriz. Pobre mujer (o no, igual es que es así de horrible actuando).
Temporada totalmente prescindible y palomitera a más no poder.

Ahora voy con la temporada 2. Ahí subo un poco la nota y le pongo un... 5 (pasable). Se nota que se la curraron más. Hay mayor calidad en cuanto a interpretaciones, hay una crítica más elaborada al sistema, y no hay tanta polaridad entre buenos y malos, existe una escala de grises en casi todos los personajes que resulta interesante. No abusa de cliffhangers, se toma más en serio al espectador y le permite cultivar su interés en la serie apelando al intelecto en vez de a las emociones. ¿Por qué la nota baja, entonces? Pues porque, a pesar de todo ello, lo cierto es que varias veces casi me quedé dormida viéndola. Hay demasiado diálogo, demasiado movimiento de cámara que me acaba mareando (maldito Michael Bay), y al final apelar al intelecto hace que me cueste empatizar con los personajes, sentir interés por sus historias (exceptuando al médico y su familia, que sí que me llegaron al alma con su espíritu noble y pacifista, además con actuaciones más que soberbias). Tampoco me gustó el exceso de sangre y violencia, no era necesario mostrarlas en muchas ocasiones. Mal gusto estético. Pero bueno, mejor este tipo de mal gusto que el otro del que hace gala la primera temporada, que ése sí que es imperdonable.

Resumiendo: (5+2)/2 = entre tres y cuatro. Venga, le pongo un cuatro, que al menos me tuvo entretenida la serie.

Todos conocemos esa sensación de ir en "piloto automático". No hace falta ser experto en neurología (aunque sale uno durante el documental) para conocerla, y menos para saber qué ocurre cuando vamos en ese modo... ¿Quién no se dejó la luz encendida alguna vez, por ejemplo? En mi caso, he tenido olvidos bastante más graves porque soy sorda y no oigo los pitidos del microondas o el sonido del extractor de la campana o el ruido del termoventilador, entre otros ejemplos domésticos. Tengo que prestar extrema atención a todo lo que hago, no puedo permitirme ponerme en "piloto automático" tan a menudo como me gustaría... De hecho, me da MIEDO hacerlo, por si algún olvido hace que ocurra algo realmente serio.

Y eso que no tengo hijos.

Imaginad a padres amantísimos acostumbrados a una rutina, confiados de sí mismos, creyendo que sus cerebros son perfectos, que un olvido de vez en cuando no es para nada significativo, que con sus hijos jamás pondrían el piloto automático. Imaginadlo.

La mayoría de las veces son "casi" accidentes. Por suerte, únicamente suerte. Pero otras...

Es tremendo ser humano y querer ser padre. Porque cuando eres padre, quieres ser un dios perfecto capaz de no cometer errores, olvidos ni impulsos irracionales que puedan trastornar o incluso matar a tus hijos. Pero eso es imposible.

Me ha resultado especialmente conmovedora la reacción de la madre de uno de los hijos muertos. Todos esperamos que los padres se echen la culpa mutuamente, se odien y no quieran volverse a ver. Pero esa madre entendió al padre (que fue quien le olvidó en el coche) y no le vio sentido a odiarle ni a culparle. El padre sólo quería ser odiado, pues creía que se lo merecía. Pero ella no lo hizo. Es que... qué gran persona hay que ser para... para no odiar, sencillamente.

En fin, muy buen documental. Vedlo cada vez que en las noticias hablen sobre algún padre que olvidó a su hijo en el coche y murió del calor. Hacedlo, por favor.

Lo del título es lo que me suena en la cabeza cada vez que me acuerdo de la peli. Acabo de hacer una crítica para "A.I." ahora mismo, me acordé de la peli, canté lo del título un buen rato, y me puse a buscar la ficha de dicha peli. Cuál fue mi sorpresa al descubrir que era de 1999, apenas un par de años antes que "A.I.". ¿Acaso habré vivido un boom de películas de ciencia ficción -quizás aprovechando el cambio de siglo-, y no me habré dado cuenta siquiera?

Bueno, el caso es que ésa sí me gustó bastante, a diferencia de "A.I". De hecho, la volví a ver unas cuantas veces. Sentir no me hace sentir gran cosa, tampoco la relaciono con ningún momento especial de mi vida, pero sí que me hace pensar. ¿Elegiría ser mortal si tuviese la opción de ser inmortal? ¿Tanto duele la muerte de un ser querido como para preferir la muerte antes que vivir sin él?

Es por eso que aparece la palabra "Portia" en la canción del título. Portia es la clave por la que el robot se convierte en un hombre bicentenario, y por tanto, lo que nos conduce a hacernos tales preguntas existencialistas.

Muy buen actor Robin Williams, por cierto. Y película muy relajante, de buen rollo. Recomendable para verla una tarde con alguien que quieres.