Spike Lee... te adoro. No sé cómo te las arreglas para hacer siempre la misma película, con los mismos dilemas raciales, eso sí, en diferentes contextos y satisfacerme de esa manera.
Summer Of Sam no tiene nada que envidiarle a Zodiac, en ningún aspecto.

SOS es una de esas películas verborreícas en las que nada es casual, todo el mundo habla, habla y habla, hay un asesino en serie que se supone que es lo más importante del film pero, en ocasiones pasa a segundo plano... y todo porque el señor Lee consigue que los problemas humanos lleguen a ser mucho más importantes que un pirado que anda por ahí matando chicas con un 44...y en parte tiene razón. Todo el mundo se hace daño, todo el mundo se odia, se engaña, se pisa...y nadie es perseguido, bueno sí, en los 70 los afroamericanos y aquellos que son juzgados por cosas libians como por ejemplo, vestir diferente, cosa que, como en todos sus films Spike Lee denuncia hasta la saciedad.

Increíble el trabajo realizado por el reparto, haciendo especial hincapié en Adrien Brody y Mira Sorvino, increíble la BSO, e increíble trabajo de fotografía, no tengo ni idea de por qué joyas como estas pasan desapercibidas aunque sí sé, que me alegro mucho de haber dado con ella.

Con un comienzo frenético que atrapa al espectador desde el minuto 0, "Un ciudadano ejemplar" es, ese polvo en el que ambas partes disfrutan pero uno se queda a medias. En este caso el insatisfecho, como siempre, es el espectador. Aún me pregunto cómo una historia más que decente, con un buen casting y todos los medios posibles puede llegar a decepcionar tanto.
El caso es que el film coge pequeños detalles de otros films como por ejemplo Saw (eso sí, con algo más de sentido), pero con conforme todo empieza a parecerse al Inspector Gadget e incluso Prison Break se jode la marrana, es increible como una producción que iba para Thriller generacional termina en parodia nacional.Que quede claro que la película no es tan mala, no es ni siquiera de lo peor, de hecho es bastante entretenida, pero cuando te llenan de expectativas y no se cumplen...Choffff

Éste es un mensaje de socorro, la comedia familiar se muere, se hunde en la miseria, en un agujero del que es imposible salir. Un género tan respetado y refrescante ha perdido la gracia, secuelas, precuelas, producciones sin ninguna pretensión artística desbordan las salas de los multicines que sólo se preocupan en vender entradas y palomitas dulces.

La tercera parte de esta saga no es más que una caricatura de lo que fue la primera parte, los personajes no han sufrido evolución ninguna, los chistes se parecen a los que vimos en las dos primeras entregas... todo un despropósito. Realmente yo soy más de un humor más ácido, poniendo como referente "Happiness" de Todd Solondz pero, después de comer un Domingo una comedia plagada de gags ayuda a hacer bien la digestión...aunque en éste caso, no hay ni un gag que merezca la pena... ¿La piscina de bolas? No, eso no salva una película con Robert de Niro, Dustin Hoffman y Harvey Keitel como parte del reparto.

Todd Philips es pionero en el mundo de la carcajada fácil, para mí, nunca ha sido sobresaliente en el género pero, hay que reconocer que tanto "Resacón el las Vegas" como "Salidos de cuentas" son comedias más que aceptables. Éste film supone el renacimiento de un género tan respetado como las "Road Movies", cuyo apogeo se dió durante los 90 y que actualmente andan un poco olvidadas.

Cuando una película se centra en una pareja de actores, éstos deben tener química, si no, el proyecto fracasará, en este caso, la hay. Aunque para mí R.Downey Jr. se lleva el pastel, Zach Galifianakis es el equivalente a Seth Rogen o a Jonah Hill en las películas de la factoría Apatow.
El guión deja una gran variedad de frases memorables, y la historia en algunos momentos es menos creible que algunos tertulianos de prensa rosa pero, a rasgos generales, es muy entretenida, de hecho, reinventa el "momento pajilla" de Torrente, algo muy digno de ver.

Como el anuncio de Gaseosa en pleno mes de Agosto, "Carne de Neón" refresca un panorama que, si no fuese por los de siempre, estaría más que estancado. Con una más que notable influencia del cine de Guy Ritchie, este film se muestra frenético, excesivo, violento, descarado y sorprendentemente "no muy mal escrito". Mario Casas no es un gran actor, pero con la cantidad de trabajos que está realizando últimamente, el chico está adquiriendo tablas. El resto del casting pasa con más gloria que pena, sobre todo Viecente Romero, Dámaso Conde y Ángela Molina.

En cuanto a nivel estético, la película cuida hasta el más mínimos detalle, es de los pocos films españoles que, en este aspecto, está a la altura de grandes títulos del cine europeo. Puede que la película en sí, no se tome muy en serio a sí misma y que, el apartado moraleja ande un poco vacío aún así nos deja un mensaje muy claro: No es justo que los niños carguen con la herencia de sus padres... No ahonda en un tema tan punzante como la trata de blancas o la prostitución simplemente, porque no es su cometido.