Sus tres historias todas estan relacionadas con la fantasía, aunque los finales cuenten con un toque de realidad por proporcionarnos una moraleja. La primera de ellas es la más floja y la más increíble, pero que nos viene a decir que el ser humano muchas veces tira de falsas apariencias para llegar al resto de los mortales y en este caso una máscara esconde la fealdad externa de una mujer, provocada por un interior aún más feo. A su vez surge un comportamiento noble hasta entonces inexistente. La segunda sin valorar la soberbia interpretación de E.G. Robinson, es en mi modesta opinión la mejor, plasmando lo extremadamente obsesivo que puede llegar a ser humano en este caso con una premonición de por medio. La tercera los sueños premonitorios de un trapecista se cumplen sólo en parte y vienen a decir que los sueños pues...sueños son.