Nunca ha habido y nunca habrá otro grupo como Monty Python. Estos geniales humoristas eran brillantez en cada sketch y este, escrito y dirigido por el recientemente malogrado Terry Jones, es prueba de ello.

Sólo ellos eran capaces de hacer que toda una iglesia se ría en pleno funeral (véase el de Graham Chapman, el primer miembro de Monty Python que falleció, en 1989), espero que en el tuyo, Terry, también hubiera más risas que lágrimas.

Quiere ser algo a medio camino entre una distopía propia de Black Mirror y la animación marca de la casa de Love, Death + Robots. Pero no os engañéis, nada más lejos de la realidad: es un mojón y punto.

Empecé con cierta ilusión y empatía (por eso de que soy de Madrid) y bastaron 3 minutos para desengañarme... Los últimos 4 fueron la confirmación de que es el corto de animación más decepcionante que he visto en mi vida.

Mi hermana y yo tenemos la tradición de ver películas de temática navideña cuando llegan estas fechas. Es un poco cómo volver a la infancia y dejarte llevar por esas sensaciones que tenías cuando eras niño.

Klaus es una pequeña joya que consigue justo eso: devolverte la ilusión de la niñez por lo que significa la Navidad y además lo hace con un estilo visual, un guión y un ritmo que atrapan.

Una película para niños y mayores (hay matices que los más pequeños quizás no lleguen a entender y que, sin embargo, encantarán a los adultos) dulce, bonita y con mensaje. Sin duda de las mejores películas navideñas que recuerdo.

Esta especie de Mamma Mía elevada a la cuarta potencia en la que no funciona nada es posiblemente la peor película española de la década... (La de la década pasada fue Mentiras y Gordas, en ambas está Maxi Iglesias realizando un papel estelar... ¿Coincidencia? No lo creo...)

Lo único bueno que tiene es que sólo dura 70 minutos y yo no voy a gastar ni uno más de mi tiempo en escribir esta crítica.

Este documental se origina a partir de un problema: la expansión sin control de los caballos salvajes en el medio oeste americano. Me parece un tema interesante y desconocido (al menos para mi) al que, a través de este documental, se da difusión. Al problema de la superpoblación de caballos salvajes, actualmente, se le esta dando una solución parcial y temporal: estabular y mantener en cautividad y a la espera de adopción a una parte de los caballos. Es ahí donde entran en juego los cuatro protagonistas del documental Ben (1), Jonny, Thomas y Ben (2).

Y es ahí donde, también, empiezan los problemas del documental "Unbranded"...

El objeto de este documental (entiendo yo) era difundir el problema de la superpoblación de Mustangs en el medio oeste americano y hacer un llamamiento a la adopción. Para ello, cuatro jóvenes se embarcan en un viaje para demostrar lo válidos que son estos caballos y hacer un alegato para su adopción. Propaganda, si queréis.

Pero es que nuestros cuatro protagonistas se embarcan en este viaje, lo hacen con demasiadas comodidades y facilidades; lo que le resta autenticidad a la hazaña. Y sus intereses personales se empiezan a entrecruzar con el objetivo del documental de tal manera que a veces parece que estamos viendo un "Gran Hermano" a caballo.

Una pena, porque el resultado podría haber sido un documental fantástico tratando un tema interesante y se queda en una serie de imágenes memorables de paisajes y caballos.