Tengo debilidad por los filmes de época, me fascina este periodo histórico, aunque suelen ser muy trillados o devorados por la producción y su historia queda casi siempre relegada a segundo plano, pero esta ocasión no.

"A Royal Affair" esta basada en la novela "Prinsesse af blodet" de Bodil Steensen-Leth, una película cuyos 3/4 de metraje son sobresalientes pero que decae en su último tramo, se alarga con indicios de tedio melodramático y que cuyo desenlace se hace obvio por lo mismo, lo cual le impide ser redonda.

A nivel producción es exquisita, todo muy pulcro y cuidado, elegantísima dirección artística, vestuario, maquillaje y peluquería, el trabajo de fotografía sobre todo en exteriores es hermoso y que en compañía con una pausada y cálida composición de Yared & Aufort resulta un trabajo sumamente armonioso.

Nikolaj Arcel haciendo doble labor (guionista y director) es notable, manteniendo a flote siempre el hilo narrativo junto a su coguionista Rasmus Heisterberg, que no pierden la conducción de la historia y el desarrollo de esta, la intriga a floto, el sentimiento y siempre atentos a sus personajes.
Haciendo una de esas labores donde pocas veces el diseño de producción no se devora al filme. (Oso de Plata al Mejor Guión).

Sobre las actuaciones, Mikkel Boe Følsgaard se lleva sin lugar a dudas las palmas, merecidísimo premio en Berlín, con un personaje histriónico pero muy bien desarrollado e interpretado, con ciertas referencias al Amadeus de Tom Hulce pero con una carga emocional acomplejada que lo hacen robar pantalla.
También el cada vez más notorio Mads Mikkelsen (reciente premiado en Cannes) lo borda junto a una bellísima Alicia Vikander, que junto al resto del casting consiguen un trabajo bastante notable.

Conclusión, película sobresaliente y por lo tanto recomendable, a mí me recordó en esencia a filmes en la línea de Kapur, Frears o incluso Losey, muy meritoria por que su historia y personajes son lo primordial del filme y no su asombrosa producción.

De momento me parece una película interesante que creo ganará con el tiempo, tiene sus virtudes y pequeños grandes detalles, al igual que una serie de voluntarios e irritantes defectos que la vuelven pesada y una pasada, suficientes para que pase como obra de culto (como la misma novela).

"Cosmopolis" es un desfile de sucesos y personajes dentro una surrealista visión de la metrópolis que gira alrededor de un monótono e insignificante sujeto: Hombre poderoso = Capitalista.
Un recorrido donde abundan humanos que transitan en el vacío del espacio y tiempo, victimas de un sistema económico apisonador y feroz, que pese a la imposición de una minoría, la mayoría lo siguen manteniendo creando una tendencia encaminada a la autodestrucción.

Cronenberg realiza una narración irregular, empleando un lenguaje personal y brusco, que en cierta forma y por algunas escenas se nota hecho al propósito el desentonar y presumir de cierto aire modernista con el fin de hacer confuso lo sencillo, y dar pasó a bizarros y alucinógenos episodios.
Además de dotar esa esencia muy característica de su cine (no solo enfermiza y retorcida), su habitual colaborador Peter Suschitzky consigue darle un toque sugerente y sobresaturado del excesivo mundo de la tecnología, que entona bastante bien con música de Howard Shore y esa mezcla musical con Metric que suena bastante bien.

Sobre las actuaciones, es una película donde los personajes secundarios parecen representar la voz y eco de la sociedad (incluso a veces la conciencia del protagonista) y son como fantasmas que salen y desaparecen de la nada sin razón alguna.
El trabajo de Pattinson es la evidencia de que es una estrella con dotes actorales muy pero muy limitados para papales fuera del cine fantástico de adolescentes, su personaje pese a ser el tipo monótono resulta inexpresivo.
Juliette Binoche es una gran actriz pero aquí no cuadra para nada y donde Samantha Morton sale airosa, ya que en su secuencia sale una de las partes que más me gustan del film, y en cierta forma perceptiva y feroz de este caótico viaje.

Una adaptación que desconozco si es correcta o incorrecta, pero lo que es seguro es que no pinta para ser un producto fílmico, por lo menos no al uso, además de que Cronenberg tampoco es un cineasta que sirva al gusto.

"El registro del tiempo aceleró la marcha del capitalismo.
La gente dejó de pensar en la eternidad y se concentraron en las horas trabajo."

Clara y precisamente dirigida por el debutante austríaco Markus Schleizner, habitual director de casting para Haneke y Seidl.

“Michael” es un cuento de ficción de tono surrealista y lleno de matices que en su mayoría esta narrado desde la perspectiva del protagonista. Dibuja un retrato singular de la relación repugnante y forzada de un trabajador de seguros de mediana edad que tiene en cautiverio a un niño indefenso.

De ritmo pausado, misterioso y en medida inquietante, la historia se convierte en una batalla psicológica consumida con pensamientos tan aleccionadores y viles, entre una mente pederasta y la inocencia de su rehén, dándole un enfoque fresco y ácido sin quitarle la seriedad, a un tema que es a menudo, en el cine, bastante incomodo e interpretado de manera sombría, aquí está impulsado y reforzado por su desarrollo de carácter sutil, con una estructura narrativa convincente y unas actuaciones loables.

A nivel técnico la película es notable, un acertado diseño de producción minimalista y con un predominante naturalismo, al usar distintos y muy eficientes colores que consiguen una absurda y dramática atmósfera humorística que apoyan la descripción de este estudio.

“Michael” guste o no – aunque el público en su mayoría puede estar decepcionado de que él no tenga cuernos ni cola – lo cierto es que en el exterior es un hombre común y corriente, un conocido, un empleado, un vecino, etc., que cuando las persianas de su ventana bajan y las puertas cierran, lo único que queda dentro de casa es él, sus obsesiones y su mente, un mundo ‘desconocido’ que cada quien elabora para sí mismo.

Resulta inevitable la similitud con el de cine Haneke-Seidl, pero sin duda es un cineasta a seguir.

Margaret es una película valiente que trata la confusión moral después de un accidente de tráfico y las posibles consecuencias sociales después del dramático 9/11. Un melodrama de gran calidad tanto en el estilo de la película, la amplitud emocional de su director y el trabajo de sus actores.

Kenneth Lonergan pone de manifiesto la falta de comunicación en la sociedad moderna y lo muestra a través de la conexión entre las artes escénicas: el teatro y la opera.
Él alterna episodios teatrales y operísticos con los enfrentamientos familiares y personales, sugiere que llevar estas experiencias de la vida es más difícil y que el arte es en cierta forma un absurdo.

El conjunto actoral es de primer nivel, con grandes momentos entre J. Smith-Cameron y Jeanne Berlin ambas con magnificas actuaciones, y la destacable labor de Mark Ruffalo, pero por encima su actriz principal.
Anna Paquin se mereció la avalancha de premios por este personaje de gran carácter que puede despertar simpatía dividida entre la audiencia. Su Lisa, es una chica precoz, inteligente y franca, que muchas veces considera todo secundario por la manera en que lo dice; impetuosa, apasionada, altanera y de voz golpeada, una chica que solo busca preservar su seguridad.

El guión sufre de pequeños cabos sueltos entre algunos personajes, pero funciona mano a mano con la estética del film y la historia siempre luce relevante. Una narración de manera episódica, cuyo inicio es tremendo, su desarrollo lucido y su final verdaderamente conmovedor.

Una película importante y en cierta forma diferente.

“Footnote”, trata de la rivalidad entre los estudiosos del Talmud, Uriel y Eliezer Shkolniky, padre e hijo integrantes de una familia pequeñoburguesa.

La película esta escrita y dirigida por Joseph Cedar, cineasta de origen estadounidense pero que desde pequeño radica en Israel donde adquirió dicha nacionalidad. Consiguió la nominación al Oscar como Película de Lengua Extranjera y además gano el premio al Mejor Guión en el festival de Cannes.

Contada a base de intertítulos y acompañada de una banda sonora estupenda, que se vuelve bastante interesante de oír conforme cambian las posturas de las situaciones y el ritmo del filme.
Cedar nos ofrece un guión sólido, desarrollando una historia creativa e intuitiva que utiliza elementos de comedia ligera para mostrar las fuerzas destructivas de los celos en la profesión y ahondar en las prácticas de las relaciones paterno-fíales.

El argumento central, se enfoca en el planteamiento práctico que dice: La mayoría de los padres desean la verdadera felicidad para sus hijos.
A partir de aquí, la película desarrolla varios cuestionamientos en base a situaciones que ponen en duda dicha práctica: ¿Que ocurriera si el éxito profesional de tus hijos es superior al tuyo? ¿Es una razón para llenarse de orgullo paterno? ¿Pero qué sucede cuando el padre y el hijo eligen caminos similares? ¿Qué sucede cuando la animosidad aumenta a medida que la vida laboral del padre se considera innecesaria e irrelevante? ¿Qué sucede cuando el hijo llega a ser públicamente venerado y adorado popularmente?
Bueno, en este caso, obtenemos relaciones tensas y una tesis sobre los peligros del orgullo y el ego, ambos productos de la aún incomprensible naturaleza humana.

La película se favorece además por las notables interpretaciones de sus protagonistas, Shlomo Bar-Aba y Lior Ashkenazi, ambos ofreciendo trabajos estupendos. El trabajo de fotografía es visualmente muy significativo, captando la tensión en el ambiente y dándole un toque bastante intimo a la personalidad de cada uno de los personajes.
Sin embargo, se le puede reprochar de una narrativa pausada, sobre todo en la ejecución de su primera parte que tarda en enganchar con el espectador y su seco, pero necesario final.

Lo que deja claro Joseph Cedar, es que uno no necesita ser un académico, investigador o escritor para entender que los enfrentamientos paterno-fíales afectan a la familia completa. Y ese es un tema que es doloroso en cualquier idioma.